Venganza y Redención

Sentimientos Indecentes

Nuestro dúo recientemente formado se encuentra justo después de pasar la puerta del primer círculo, un círculo en donde su ambiente predomina el rojo, pero en este nuevo círculo su ambiente tiene un ligero tono rosado, algo que el bicolor notó al momento de entrar.

Dante: Pandemonica ¿Soy yo o este círculo es un poco más rosa? Y… ¿Con un aroma más dulce? -preguntó extrañado ante el ambiente que lo rodea, se esperaba algo más macabro ya que, bueno, está en el infierno-.

Pandemonica: Mira ¿Sabes como se divide el infierno? -preguntó con su cansancio reducido gracias al café-.

Dante: Si, un esqueleto me dijo que técnicamente hablando se divide en 9 círculos, el Limbo, los círculos de los pecados capitales y el círculo Real -dijo con simpleza-.

Pandemonica: Bueno, el orden de los círculos de los pecados es así, Pereza es el que acabamos de abandonar, el que estamos ahora es Lujuria, luego sigue Gula, Ira, Avaricia, Envidia y Soberbia -dijo con normalidad mientras miraba el ambiente-.

Dante: Entiendo ¿Y como es este círculo? -preguntó nuevamente-.

Pandemonica: Pues, al ser el círculo de la Lujuria, está lleno de súcubos, demonios que tienen la lujuria en la sangre, pero al siguiente nivel y por esa razón es que no hay demonios masculinos en este lugar. Luego hay un bosque que tendremos que cruzar y por último una cueva que lleva a la puerta para pasar al siguiente círculo -dijo mientras leía una de las hojas que trajo con su portapapeles-.

Dante: Muy bien, y… ¿Dónde están las súcubos? -preguntó al no notar nada por donde estaban-.

Pandemonica: ¿Vez esa pequeña ciudad de allá? Ese ciudad se llama Luxoria, ahí es donde viven las súcubos -dijo mientras señalaba al pueblo que estaba a la lejanía-.

Incluso a esa distancia se podía ver varias cosas, como los carteles de neón con temáticas poco santas, bares, hoteles, tiendas de juguetes sexuales, lo normal viniendo de unas demonios que tienen la lujuria más desarrollada o descontrolada que otros demonios.

Dante: Entonces no perdamos el tiempo acá, si hay que cruzar esa ciudad para llegar al siguiente círculo, que así sea -dijo con seriedad mientras miraba la ciudad, sólo para recibir una afirmación de parte de la demonio cansada-.

Nuestro dúo comienza a caminar en dirección a la ciudad, mientras caminaban, Dante miraba su alrededor, estando atento ante cualquier cosa, que el viaje hasta ahora haya sido tranquilo para el bicolor no significa que se tiene que olvidar que sigue estando en el infierno.

En cuanto a Pandemonica, ella miraba de vez en cuando al bicolor, en parte por una sensación de admiración y gratitud que sentía hacia el hombre que la ayudó tan amablemente sin segundas intenciones, algo que le generaba un extraño y desconocido impulso por ayudarlo en este viaje, pero también quería preguntarle un par de cosas que no le quedaban muy claras. Si, es el hombre que la ayudó en su momento de lamento, pero no saca el hecho de que sigue siendo un enigma, como la forma en la que llegó al infierno.

Pandemonica: Dante ¿Cómo llegaste al infierno? -la pregunta no tomó por sorpresa al bicolor, ya que este sabía perfectamente que tarde o temprano le harían una pregunta como esa-.

El hombre se quedó pensando en su respuesta, no podía decir que fue gracias a la ayuda de Belcebú, porque, a pesar de que el sabe que la demonio mosca está arrepentida de sus acciones, no significa que los demonios la hayan perdonado, al final de cuentas, cometió un crimen que la terminó condenando a un exilio eterno en un vacío sin fin. Luego de un rato, el bicolor dirigió la mirada a la demonio cansada.

Dante: Quizás me consideres como un loco, pero gracias a un sueño o una especie de visión pude descubrir un ritual para llegar a este lugar, aunque tuve que pasar primero por el Limbo, algo bastante desagradable -dijo con seriedad, pero ese último detalle agarró por sorpresa a la diablesa-.