Capítulo III

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Iba levantándome por la mañana, la ventana cubierta por las cortinas con pequeños dibujos de animales marinos dejaba pasar pequeños rayos de luz solar, solo me cubrí un poco más con las sábanas para continuar con mi descanso hasta que sonó el despertador de la verdadera Rosalie.

—¡Uliana, apaga esa cosa! —Me moví entre las sábanas y vi cómo con uno de sus tentáculos rompió la máquina que dejó de sonar.

Después de unos 15 minutos me desperté y abrí las cortinas de Uli.

—Rose, maldita sea, deja dormir.

Vi a Uliana con mis ojos somnolientos, tomé una almohada y se la tiré. Comencé a cambiarme y a arreglarme el cabello (multimedia) para ir a las clases con el profesor Merlín, se supone que hoy tocaba Alquimia Avanzada, Estudio de Criaturas Vivientes, Adivinación y Encantamientos. Aunque esta última clase me tocaba solo con los que sí tenían magia o dones para hechicería, según el diario de Rosalie le toca en el grupo de estudio de Lucille Grimhilde (o más conocida como la Reina Malvada en un futuro) y Fay.

Tomé mis cosas y con mi libro de hechizos y en un solo bolso de la misma Rosalie metí los casi mil libros que se necesitan, agradezco que Rosalie haya hecho esta una bolsa infinita.

—Uliana, si llegas tarde no será mi culpa si tienes que saltarte clases, te guardaré un poco de fruta.

Después de eso le tiré una almohada demasiado fuerte que me pegó a mí por rebote. Justo para que en ese momento la chica de rastas se burlara y gritara:
—¡Karma!

Sinceramente, Uliana era una buena amiga, en mi tiempo me hubiera gustado tener una amiga así y no a la insoportable de Red. Uliana, por lo menos, me supo entender en la conversación de ayer y tenemos algo en común: el odio a Úrsula.

—¡Alteza! Buenos días, princesa. Me tiene preocupado, ayer no asistió a la cena. —Vi el rostro de preocupación de Chris, o ahora que me enteré de todo, el cazador de Blancanieves. Sinceramente era tan lindo, amable, heroico, atractivo y de buen corazón, pero muy caballeroso y principesco.

—Oh, buen día, Chris. Lamento oír tus preocupaciones, solo que el día de ayer me quedé dormida, estuve muy cansada.

Él me miró con duda, parecía analizar si mentía o no, en el fondo él lo sabía, pero dudaba porque Rosalie nunca mentía, pero las palabras de la chica frente a él sonaban vacías. La única verdad era que me quedé hablando hasta tarde con Uliana.

—Espero tenga más cuidado con su rutina, puede enfermarse. —Hizo una reverencia recta, me ofreció su mano para tomarla y que me guíe al comedor, lo tomé del brazo.

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Ambos jóvenes se encaminaron por los pasillos para ir al comedor, pero por ahí pasaba un rayo rosado con mucha energía, aquella muchacha parecía haber comido una tonelada de azúcar por la gran cantidad de energía que tenía.

—¡Rosie! —Saludó a lo lejos.

La contraria lo vio con extrañeza, el muchacho Humbert se lleno de dudas, su majestad, la princesa Rosalie nunca miraría con indiferencia a su amada prima. La platinadas comenzó a pensar quien era ella, hasta recordar era Bridget, su prima/madre, siendo Rosalie era su amada prima, casi hermana; siendo Rose era su madre en un futuro, la reina de corazones.

La albina con una sonrisa falsa se soltó del joven y camino delicadamente hacia su prima y la tomó de las manos.

—Oh prima querida, te eché mucho de menos, me hacía falta tu presencia. —Dio su pequeño discurso manteniendo una sonrisa pero en sus ojos o facciones superiores se veía antipatía y desinterés.

𝕽𝖔𝖘𝖊𝖘 𝖆𝖗𝖊 𝕽𝖊𝖉 🤍 【JAMES HOOK】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora