professeur | Tom Riddle +16

𝟎𝟓

La mañana llegó anunciando un nuevo día en Hogwarts. Algunos estudiantes todavía se encontraban somnolientos, mientras que otros ya estaban llenos de energía.
Las aulas se llenaron rápidamente, con el murmullo constante de estudiantes discutiendo sobre pociones y hechizos. Las clases transcurrieron con normalidad: Encantamientos con el profesor Flitwick, donde practicaron el hechizo "Levicorpus", y luego una animada sesión de Transformaciones con la profesora McGonagall, quien convirtió una mesa en un cerdo ante el asombro de todos.
El almuerzo en el Gran Comedor fue, como siempre, un festín, con platos rebosantes de comida deliciosa.
Finalmente, llegó la última clase del día: Defensa Contra las Artes Oscuras. Los estudiantes se dirigieron al aula con cierta anticipación, pues era bien sabido que el profesor Riddle odiaba la impuntualidad y castigaba severamente.

Tom estaba sentado detrás de su escritorio cuando todos entraron. Su mirada se dirigió inmediatamente hacia ella. Él no pudo evitarlo; siempre buscaba su rostro para encontrarla en la habitación, como había estado haciendo todos los días desde hacía semanas.
-Bien. Hoy haremos algo diferente -anunció mientras se levantaba de su lugar.
Todos tomaron asiento y prestaron atención, sus ojos estaban llenos de curiosidad mientras lo observaban.
Tom hizo un ademán con su varita y las mesas y sillas se movieron hasta quedar contra las paredes, dejando el salón en su mayoría vacío.
-Los pondré en parejas -habló con ese tono de autoridad que lo caracterizaba.
Todos empezaron a moverse para pararse junto a la pareja que Tom había asignado.
-Van a tener un duelo amistoso -reveló mientras veía fugazmente a todos en el aula.

Algunos alumnos se quejaron a lo bajo y otros sonrieron emocionados; Adeline era uno de esos. Le gustaba la idea de enfrentarse a cualquiera; podría decirse que le emocionaba probar sus habilidades.
Tom notó cómo Adeline se emocionaba y, aunque trató de esconderlo, una leve sonrisa se dibujó en sus labios al observar el entusiasmo en la mirada de ella.
Adeline estaba ansiosa por que llegara su turno; ya habían pasado 3 parejas y aún no las nombraban para pasar. Le había tocado enfrentarse a Hermione Granger, una alumna excepcional de Gryffindor. No la conocía personalmente, pero a simple vista podría decir que era bonita y agradable; se preguntaba si era tan buena en la práctica como en la teoría. Como si el universo la hubiera escuchado rogar, Tom nombró a ambas anunciando su turno.
Hermione caminó al frente, mirando a su oponente. Sabía que había escuchado que ella era bastante buena. La había observado algunas veces hacer duelos en clase cuando tenían que dar demostraciones.
Tom se paró detrás de ambas alumnas para supervisar.
-¿Listas? -preguntó. Hermione asintió suavemente, Adeline también lo hizo y se colocó en posición para empezar el duelo- Listo, comencemos -ordenó.

Hermione fue la primera en atacar, lanzando un "Petrificus Totalus" hacia ella.
Adeline rápidamente movió su varita y lanzó el conjuro de "Finiti" para contrarrestar lo que le había lanzado Hermione. Antes de que su oponente pudiera hacer algún otro movimiento, nuevamente movió su varita y pronunció "Expelliarmus", desarmándola al instante.
Hermione miró su varita, que estaba tirada en el suelo a sus pies. No esperaba que la desarmara tan rápido. Se había preparado bastante bien y estaba sorprendida.
En cambio, Tom no se sorprendió en lo absoluto. La había estado observando. Sabía que tenía habilidad, pero no esperaba que fuera tan buena.

Hermione volvió a poner su varita en la posición para duelo.
Adeline tomó su posición nuevamente. Tenía una mirada de determinación; estaba lista para atacar nuevamente, pero dejaría que Hermione lanzara su ataque primero. Hermione también estaba determinada a no ser desarmada nuevamente. Esta vez se tomó un momento para pensar en su próximo movimiento.
-¡Incarcerous! -lanzó su hechizo, intentando dejarla inmovilizada, y funcionó.
La sorpresa de Adeline fue evidente cuando sus manos fueron atadas; las movía con frustración en un intento torpe de soltarse.
Hermione sonrió divertida. Fue un éxito. Su hechizo había funcionado. Ella podía ganar esa ronda.
Tom observaba con atención, cruzado de brazos detrás de ella, esperando ver qué hacía ahora.