𝟎𝟒

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Hace varios días que habían transcurrido desde la última platica a solas entre Adeline y Tom. La joven estudiante seguía con su rutina diaria.
Para ella, ese día no fue nada importante, solo sentía un poco de vergüenza al recordar que su profesor leyó la clase de cosas subidas de tono que ella leía.

Tom, sin embargo, no podía quitarse a Adeline de la mente. Aunque mantenía su compostura habitual, internamente luchaba contra ese deseo hacia ella. Cada vez que Adeline pasaba por su lado en los pasillos de Hogwarts, sentía una inexplicable necesidad de tomarla y hacer lo que su perversa mente desea.

Ajena a todo, Adeline seguía sonriéndole cada vez que lo encontraba por los pasillos, preguntándole cómo iba su día, deseándole una bonita mañana o tarde, siendo, a los ojos de Tom, irresistible. Mientras que él intentaba concentrarse cada vez que la veía, sintiéndose cada vez más fascinado por ella. Sin ser consciente de ello, Adeline había dejado una marca en él, y aunque ella no lo notara, cada encuentro casual seguía avivando en Tom una mezcla de atracción y deseo que no podía ignorar.

- Los inferi. ¿Alguien sabe qué son?-preguntó Tom apenas entrando al salón.
Varios estudiantes levantaron su mano al instante, pero él solo observó a Adeline quien platicaba animadamente con Cedric sin percatarse que había comenzado la clase.
- ¡Lemoine!-exclamó con autoridad, haciendo que se sobresalte- ¿Puedes contestar a la pregunta?-
Adeline nerviosa volteó a todos lados buscando que alguien le dijera cuál era la pregunta y del otro lado del aula un chico movió sus labios formulando la pregunta.
Sonriendo, dirigió su vista hacia Tom- Claro, los inferi o inferius son cadáveres reanimados por magia oscura, profesor-Tom sonrió y asintió de manera aprobatoria
- Correcto, señorita Lemoine. Los inferi son extremadamente peligrosos porque no sienten dolor ni miedo. Para defenderse de ellos, el fuego es particularmente efectivo. Quiero que lean el capítulo sobre los inferi y realicen un ensayo que entregaran al final de la clase. Comiencen-

Todos comenzaron a leer y realizar el ensayo. Tom, por su parte, disimuladamente observaba a Adeline, quien estaba concentrada realizando la actividad.
De reojo observaba, ya que su atención estaba en Adeline, como los alumnos dejaban el ensayo en su escritorio y sin darse cuenta se pasó toda la hora.
De un momento a otro ya tenía a la chica frente a él dejando su trabajo.

- Pueden irse. Nos vemos la siguiente clase-comentó mientras guardaba con ayuda de la magia los trabajos.
El salón se iba vaciando lentamente hasta que solo quedaba él, Adeline y un chico rubio de la misma casa que ella.
- Adeline ¿cierto? Te visto en la clase de Transformaciones. ¿Sabes? Tu forma de aprender a conjurar hechizos no verbales es increíble. ¿No te molestaría enseñarme uno de estos días?-halago el chico al acercarse a ella
- claro, no sería molestia. Debo darte las gracias por soplarme la pregunta-agradeció mientras tomaba sus cosas para salir del aula
- No fue problema. Por cierto, soy Matt Linux. Y debo decir que tienes una sonrisa muy contagiosa... y bonita-el tono coqueto era muy evidente en su voz, demasiado y eso Tom lo estaba notando. Parecía que el chico se olvidaba de la presencia de él.
- Encantada, Matt. Tú ya sabes quién soy. Gracias, qué amable de tu parte-respondió amablemente. Tom realmente no sabía si Adeline era demasiado inocente para notar que coqueteaba con ella o solo fingía no notarlo.
- Por cierto, ¿te gusta la cerveza de mantequilla? Podríamos ir por una mañana. Prometo hacerte reír más mientras me intentas enseñar hechizos no verbales-propuso. Tom no pudo evitar voltear con desagrado "¿Acaso creía que podía invitarla a salir así porque si?" Ese era uno de los muchos pensamientos de Tom.

No podía permitir que Adeline aceptara, así que decidió hacerse notar.
- ¿No tienen otras clases?-interrumpió con ese tono de autoridad que lo caracterizaba. Ambos chicos voltearon asustados- Largo de mi salón-ordenó con el mismo porte.
Adeline junto al chico asintió y camino hacia la salida, pero Tom no la iba a dejar ir tan fácil
- Señorita Lemoine, puede venir aquí-no tenía ni idea de que diría, pero no quería que pasara un solo segundo más con ese chico.
- ¿Sí, profesor?-Adeline se acercó nuevamente a Tom
- ¿Qué quería contigo?-preguntó con recelo. Definitivamente, eso no era lo que Tom planeaba decir.
- ¿Mmh? No comprendo ¿Quién?-pronunció extrañada
- Ese tipo que estaba a tu lado... ¿Qué es lo que quería contigo?-volvió a preguntar autoritario. De nuevo no sabía por qué había hecho esa pregunta, parecía que hablaba antes de pensar, algo que no era propio de él.
- Supongo que nada. Solo conversábamos ¿Algún problema?-cuestionó desconcertada por la actitud de Tom.
Él hizo una mueca disgustada "¿Que si tengo un problema? Por supuesto que si tengo problema, no me gusta ver cuando otro hombre se te acerca, te hace cumplidos, te desea." Pensó con celos evidentes.
Tom suspiró un poco irritado- Deberías tener cuidado con quién hablas-no dijo más. De hecho, estaba algo confundido. Sabía que ella le atraía, demasiado si se era sincero, pero era su profesor, además de que era mayor que ella. ¿Entonces por qué estaba tan celoso de que otro tipo estuviera hablando con ella?
- Oh, está bien, lo tendré en cuenta. Gracias por la preocupación-dijo amablemente y con una sonrisa de amabilidad, pero aún confundida por la actitud de Tom.

Tom sintió un impulso de hacer algo estúpido. Lo sabía. Como acercarse más a ella y besarla. Le costaba trabajo controlarse cuando ella lo miraba con esos ojos tan bonitos y de esa manera inocente que hacía que le encantara aún más. Simplemente, le costaba trabajo apartar la mirada de ella.
- ¿Necesita alguna otra cosa, profesor?-preguntó
- No-respondió secamente, aun luchando consigo mismo. Deseando que no tuviera que contenerse. Eso sería un problema porque probablemente él no podría controlarse. Cerró los ojos, intentando pensar en otra cosa.
- De acuerdo, entonces nos vemos la siguiente clase, profesor-Adeline se despidió y salió del aula.

Tom observó cada movimiento de su cuerpo. La manera en que caminaba, sus caderas, la manera en que la falda se movía con cada paso. Tom dejó escapar un gemido bajo y cerró los ojos, respirando profundamente. No podía sentir ese tipo de atracción por ella porque era su alumna y además, 10 años menor. No podía sentir esto por ella. Tenía que controlarse de alguna manera.

Tom no podía quitarse esas imágenes de la mente. La forma en que ella caminó hacia la puerta y luego salió del salón. Él se quedó ahí, sintiéndose como un depravado por pensar así de su alumna, pero ¿tal vez era uno? ¿Sería capaz de dejar que sus más obscuros y bajos deseos ganen? No sabía cómo iba a poder quedarse tranquilo.
Se llevó las manos a la cara y se masajeó la frente con frustración- Estoy jodido...-

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Por los enormes pasillos de Hogwarts se observaba a una Adeline un poco confundida por la conversación anterior con Tom. Era algo inocente, más no estúpida, podía ser que notó algo de ¿celos? En el tono de su voz. No definitivamente ya estaba alucinando, o al menos ese era su pensar. Realmente estaba lejos de saber que su profesor la veía como si de un pedazo de carne se tratara y que está esperando el momento correcto para devorarla.

- ¡Ey, Adeline! ¿Estás esperando a alguien? ¿A alguien tan encantador y dulce como yo?-Suena ligeramente engreído de manera sarcástica. Riendo, camina a su lado mientras ambos se dirigen hacia el Gran Comedor para la cena
- Qué gracioso eres, Ced-dijo con algo de sarcasmo. Sonríe ampliamente y sacude exageradamente la cabeza, riendo por el sarcasmo en su tono, sin saber si es en realidad serio o si solo está jugando
- Gracias, gracias, soy bastante gracioso. Sé cómo hacer reír a la gente-dijo en un tono lleno de orgullo, guiñando un ojo
- ¿Puedo preguntarte algo?-
- Por supuesto-dice con confianza, ladeando la cabeza ligeramente y mirándola con algo de curiosidad- Pregúntame lo que sea-
- ¿Conoces a Matt Linux? Es de nuestra misma casa-preguntó.

Asiente con la cabeza- Por supuesto, lo conozco. Matt es un buen tipo y un jugador de Quidditch bastante decente, es bateador y claro... es mi mejor amigo ¿Por qué preguntas?-ahora la curiosidad de Cedric era mayor
- Es que al final de la clase de DCAO me hablo... y me invito a salir-dijo con algo de vergüenza.
Una expresión de sorpresa se extiende brevemente por su rostro, pero la disimula con una sonrisa suave- Oh, vaya. Parece que Matt tiene buen gusto. ¿Y qué le dijiste?-
- No pude contestarle, el profesor Riddle nos interrumpió-confesó con cierto enfado en su voz
- Vaya, la suerte te estaba acompañando ese día, parece que el profesor Riddle te salvó de una decisión rápida. ¿Vas a salir con él?-volvió a preguntar mientras reía
- Yo... no lo sé, ¿tú qué piensas? ¿Es alguien agradable? Yo soy nueva en este colegio, llevo poco menos de 3 semanas, tú lo conoces desde que entraste, ¿crees que debería aceptar?-cuestionó ansiosa, podría ser sorprendente, pero Adeline nunca había tenido novio ni nada parecido
- Matt es un tipo bastante agradable, sí. Es divertido y muy sociable. Es un buen amigo, y estoy seguro de que también sería un buen novio. Por lo que sé de él, creo que vale la pena darle una oportunidad. Pero recuerda que la decisión final es tuya, Adeline-contestó Cedric con mucha sinceridad, era cierto que Matt era una gran persona, por algo era su mejor amigo
- ¿Sabes que te quiero mucho?-dijo riendo mientras lo abrazaba de su brazo derecho.
Le brillaron los ojos y sonrió ampliamente al escucharla, pero también se sonrojó ligeramente.
- Y yo a ti, no lo dudes-respondió, riendo y relajándose un poco mientras ambos continuaban caminando hacia el Gran Comedor.

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professeur | Tom Riddle +16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora