prólogo

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"la vida pone a cada uno en su lugar, pero mi lugar siempre fue a tu lado"

Estudiar música, teatro y danza siempre había sido su mayor sueño. Era su tercer año de carrera y Martin se encontraba emocionado a la vez que intrigado por que le fuese a deparar el nuevo curso académico.

El curso anterior fue lo que Martin definió literalmente como "una jodida mierda", pues le fue imposible coincidir con ninguno de sus mejores amigos en ninguna de sus clases. Pero eso iba a cambiar este año, ya que sus mejores amigas le acompañarían en muchas de sus clases y así se sentiría algo más acompañado. No es que el chico tuviese problemas para socializar, al fin y al cabo estudiaba en la universidad de la ciudad de la que llevaba siendo parte desde hace ya casi diez años, cuando se mudó para estudiar en el instituto de artes musicales.

Madrid no se encontró entre su lista de lugares favoritos hasta hace un par de años, una vez hubo encontrado su sitio y a sus verdaderos amigos. Ahora la ciudad le abrazaba mientras en sus auriculares sonaba "Everybody's Changing" de uno de sus discos favoritos: "Hopes and Fears" de Keane.

Vislumbro como su amiga Ruslana le saludaba al final de la calle, haciéndole gestos para que se diese un poco de prisa, pues el bus estaba a punto de llegar a su parada, que se encontraba a unos pasos de la pelirroja.

Martin llegó junto a su amiga y le dio un abrazo rápido y un beso en la mejilla, parando la música y entrando en aquel bus que como cada año, les llevaba hasta su facultad.

— Que guapo vas hoy tú — dijo su amiga con una risita despreocupada— ¿Por alguna razón en especial?

— Es el primer día de clases — dijo el chico encogiéndose de hombros — Simplemente quería ir guapo

— ¿Seguro? — preguntó su amiga curiosa — ¿No tienes ninguna intención de ligar ni nada?

— Pues no — bufó Martin — Rus ya sabes que desde lo de Alex he jurado no volver a pillarme del primer chico que es majo conmigo en clase.

— Ya bueno, eso fue en primero de carrera, tampoco puedes pensar que vas a volver a pillarte de un chico hetero otra vez — le recordó su amiga — Además que lo de Alex no salió tan mal Martin.

— A ver Rus, claramente salió mal porque quedé en ridículo invitándole a salir cuando absolutamente todo el mundo sabía que era hetero — respondió Martin con un puchero — Que mal lo pasé te lo juro

— No sé de qué hablas si fue genial — dijo la pelirroja con una risotada, haciendo que varias personas en aquel vehículo se girasen a mirarla —  Yo me lo pasé genial

— Claro, porque tú sabías que era hetero y no me lo dijiste — bufó el chico cruzándose de brazos, pero internamente riendo por aquel recuerdo de hace casi dos años. — Aún recuerdo la cara que se le quedó al pobre, que no sabía cómo rechazarme sin hacer que me sintiese mal.

— Oye que yo no lo sabía — se defendió la chica — Simplemente te dije varias veces que le había visto muy pendiente de varias chicas de segundo. Además que todo salió bien, ahora sois buenos amigos, y sin eso no hubiese sido posible.

— Pfff gracias a que soy adorable — le dijo Martin  arrugando la frente con una mueca adorable, que hizo que la chica plantara un sonoro beso en su mejilla.

Cualquiera que les viera podrían pensar que ambos eran claramente pareja, pero a ellos todos aquellos pensamientos no hubiesen hecho otra cosa que provocarles náuseas. Ambos se conocieron hace unos años en el instituto, Ruslana tenía su grupo de amigos y Martin el suyo, y aunque compartían varias clases, nunca habían tenido ninguna interacción hasta primero de bachillerato, a dos años de acabar su etapa en el instituto, mientras hacían de protagonistas en Macbeth de Shakespeare.

sparks fly - juantin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora