𝟎.1: 𝐂𝐇𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐁𝐎𝐍𝐃𝐒

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TW: Trauma bonding, familias disfuncionales, sátiras a la religión,  conductas violentas, relaciones de poder.

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Suguru's Memories.

Hasta hace poco creía en la metafísica, el ocultismo y el espiritismo, en la quiromancia, el budismo y cómo no, en el cristianismo.

Cualquier cosa que me hiciera sentir que tengo a un dios a mi lado para cubrir esa carencia de seguridad. Tener algo —o alguien, si es que Dios tiene un cuerpo físico— a lo que aferrarme para no cuestionar la suerte que me ha tocado. Para rogar perdón. Para confesar penas. Para agradecer los milagros.

Para tener a quién culpar de las tragedias.

Aunque en la casa de acogida no me enseñaron lo último, y lo de agradecer, jamás lo hice. No precisamente porque soy un ingrato. Creo que jamás tuve algo que agradecer en vida.

Quizá... Quizá el gran árbol de naranjo que estaba en el patio trasero del hogar si merecía que le dé las gracias, pero no lo hice a tiempo porque al final lo talaron alegando que era "peligroso" para los niños.

Me fui a llorar allí cuando los de seguridad social me transfirieron a la casa de acogida y en el mismo día, las monjas me bautizaron con agua helada cuando estábamos en pleno invierno.

No recuerdo por cual de todas las cosas lloré más ese día. Si fue porque un grupo de desconocidos irrumpió en mi casa para arrebatarme de mis papás adictos al fentanilo. Si fueron las monjas que me aterrorizaron por lo feas que eran y me inmovilizaron de manos y pies para ahogarme en agua helada —pero bendita—. O si fue por Copito, a quién conocí mientras lloraba bajo el árbol y me dijo que me apartara porque ella tenía que trepar, pero luego me empujó y me llamó "marica".

Copito o Copo de Nieve era una especie de terror andante en la casa de acogida. Pues está ahí desde que era una bebé y la encontraron durante uno de los inviernos más fríos que hubo en años, justo a tiempo antes de que muriera de hipotermia por la nieve. De ahí el nombre, Copito. Aunque las monjas le hayan bautizado con un nombre cristiano, la Madre Superiora siempre la llamaba por ese apodo, y ella siempre ocultaba su nombre de bautizo, no le gustaba que ese nombre acompañado de un chorro de agua fuera lo que la hiciera "cercana" a Dios.

Aunque para mí, Copito era un sobrenombre muy alejado de como era en realidad. Demasiado lindo para la clase de persona que iba a conocer.

Tengo aún pequeñas cicatrices en las pantorrillas por las veces en las que me mordió cuando aún nos llevábamos mal. Mordía a todo aquel que le hiciera enojar, sus colmillos, porque decirles caninos era quedarse corto, eran la pesadilla del hogar entero, casi todos ahí tenían una marca de sus dientes. También rascaba y se "afilaba" las uñas con las piedritas que hallaba en los jardines, llevaba sus manos directamente a tus ojos, así que tenías que apretar muy bien los párpados para no terminar ciego. Sabes que arañó a alguien porque varios niños y monjas alguna vez aparecieron con benditas en la cara de un día a otro. Y, su forma favorita de responder a insultos o llamadas de atención, era escupiendo, por lo que en algún punto, aprendías a desarrollar buenos reflejos si no querías tu cara llena de baba.

𝐆𝐎𝐎𝐃 𝐁𝐎𝐘𝐒 ☆ 𝐒𝐮𝐠𝐮𝐫𝐮 𝐆. & 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 𝐆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora