•| LARGA CAMINATA |•

358 54 2
                                    

— ... cuando operaba en mis prácticas los profesores decían que nunca tuve completa empatía, solo hacia mi trabajo y solo eso. En una ocasión tome el bisturí entre mis manos e hice un corte fino en el abdomen, introduje la jeringa y ...

— Bien, creo que ya es suficiente. No quiero escuchar más historias sobre cómo cortabas humanos. — Chan Young me atrajo hacia su pecho mientras aún caminábamos. — No tengo duda de que eres una excelente doctora, pero jamás dejaría que me hicieras una operación.  

— Sature la herida en tu hombro. — deslice mi dedo sobre el lugar mencionado. — Hasta donde recuerdo, no te quejaste ni un poco.

Los brazos de Chan Young me levantaron con facilidad, envolviéndome en un abrazo caluroso que me obligó a esbozar las sonrisas mas sinceras y reales de mi ser.

— Hiciste un buen trabajo, de no haber sido así no hubiera podido levantarte.

La noche era fresca, no había nada que perturbara nuestro alrededor y con ello la ilusión de que estábamos a salvo nos permitió caminar libremente por las ruinas de la ciudad.

Me sentía feliz y segura, aún habían rastros de culpa sobre la desicion tomada pues acabábamos de dejar al estadio sin una doctora y sin un soldado, pero aún cargando con esa culpa el chico se encargaba de hacerme saber que estaba bien; debíamos aprovechar el tiempo para terminar de conocernos y ¿por qué no? Disfrutar el uno del otro.

— Además ¿Cómo podría quejarme? No iba a lucir débil o temeroso frente a una fiel seguidora del increíble y asombroso jugador Chan Young.

En mi cuerpo reposaba el jersey del chico, lo cuidaba como mi más preciado tesoro y también lo portaba con orgullo.

— Chan Young, hay una chica en el estadio. — el recuerdo de la mujer vino a mi mente de momento a otro. — No se su nombre, pero se que tiene sida. Está muriendo poco a poco, ella no hace nada al respecto pero tiene un novio que es parte del pelotón cuervo.

— Si, se de quién hablas ¿qué sucede con ellos?

— No estamos actuando o siendo así de estúpidos ¿verdad? Esto, esto es diferente. No somos una especie de trágicos amantes ¿cierto?

— ¡Nari! Dios ¿cómo puedes decir algo así sin sentir un poco de pena por ellos?

— Solo contesta, no me regañes.

Chan Young lo meditó un momento, sujetaba mi mano con fuerza capaz de hacerme ver el buen recibimiento de mi tacto. Desde que habíamos salido las sonrisas no dejaron de aparecer con cada cosa que decíamos.

— Somos estúpidos, pero no ...

— Vamos, dilo. Nadie más que yo lo sabrá.

— No somos estúpidos como ellos. Somos estúpidos porque andamos merodeando en este lugar como si nada fuese a sucedernos. Esa es nuestra clase de estupidez.

— Tres veces usaste la palabra estúpido y en una la conjugaste. Estoy orgullosa de ti.

Estábamos por seguir nuestra plática cuando un par de gritos nos detuvo, toda la diversión y relajación de ambos se esfumó al instante. Chan Young sujetó con fuerza su arma y buscó la procedencia del sonido.

Los gritos se intensificaron, eran llamados de auxilio de una mujer.

— ¿Q-qué es lo que vamos a hacer? — el nerviosismo se acomodó en mis entrañas. — Chan Young ¿vamos a ir?

— Y-yo

— ¡Ayuda! ¡Auxilio! — la voz poco a poco fue siendo más clara y cuando descifré la persona que emitía los gritos mis ánimos cayeron un poco.

¡Hey! Batter •| Chan Young |• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora