𝐍𝐎 𝐒𝐎𝐘 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐓𝐈 || 𝐅𝐑𝐄𝐄𝐍𝐁𝐄𝐂𝐊𝐘 (𝐆!𝐏)

Capítulo 27.

Maratón 3/6

Mismo día por la tarde.

Oficina de Freen.

—Así como lo oyes, Leah, así como lo oyes —le aseguró View a través del manos libres de su celular.

La tailandesa había tenido varios asuntos que atender hasta el mediodía, pero ya por la tarde, iba rumbo a la oficina con todas las intenciones de indagar a su socia acerca de los acontecimientos de la noche anterior.

— ¿Cómo qué si estoy segura de lo que digo, Leah? —View estaba poniendo al tanto a la señora Sarocha de la información que manejaba—. ¿Tengo que repetírtelo? Dios. June me hizo explicarle mis deducciones como tres veces esta mañana. Bien —se resignó—. Abre bien tus viejas orejas porque la evidencia número uno es que—empezaba el recuento de la investigación realizada por View —, las últimas en dejar el edificio la noche anterior fuimos Jisoo y yo —aseguró—. Y cuando nos fuimos, la rarita—

View giró los ojos ante el reproche de la madre de su mejor amiga.

—Sí, sí, lo que sea. ¡No! Bueno, está bien. Becky —destacó— la rarita —murmuró para sí misma, no había otra forma de reconocer a la pequeña para la japonesa que no sea esa— seguía esperando a la testaruda de tu hija en el lobby, y estoy muy segura de que no se iba a mover de ahí hasta no verla.

De hecho, ella misma le había dado permiso para que se quedara siempre y cuando View pudiera pasar a ver al Mercedes Brabus, pero esa extorsión no tenía por qué saberla nadie más que ella y la rarita.

—Sí, sí, ya sé que la sin culo de tu hija —automáticamente View frenó el auto para ver si no estaba Becky para corregirla—. ¡Dios! La rari me ha vuelto una psicótica perseguida, ahora no puedo hacer mis bromas sobre el trasero de Freen sin pensar que en cualquier momento la rari me corta por partes y me mete en unos de sus freezers —y dale con eso—. Como sea, ya sé que la pelinegra sin culo de tu hija estaba enojada con ella, que se encerró en su oficina sin querer ver a nadie y que no hay nadie más cabeza dura en el mundo que Freen, pero... —y esto era muy importante—, Leah, la rari es el virus que atraviesa absolutamente todas las paredes protectoras que tiene Freen en su sistema.

View estaba actualizada.

—Y cuando digo todas, me refiero a absolutamente todas. ¡Por Dios, Leah! Tú viste con tus propios ojos la cara de tonta enamorada que pone cada vez que la rarita está cerca. ¡Exacto! —al parecer la señora Jeenprasom le había dado la razón—. Y eso que ni siquiera la viste toda verde defendiendo su territorio el otro día.

Por otro día se refería a aquella tarde en que ella y Freen fueron a ver los nuevos inquilinos de Becky y se encontraron con una pequeña sorpresa.

—La tendrías que haber visto en ese modo celosa, Leah, más que Hulk era "La increíble Freen". No paró hasta que todas las maletas de la chica nueva estuvieran afuera del edificio, y la rari la miraba con su cara torcida y toda confundida. ¿El chico? —Leah, que al parecer estaba muy al tanto de la situación, preguntaba por el otro inquilino—. Por favor... —View soltó una carcajada mientras entraba a la cochera del edificio—. Después de que vio como Sarocha echaba a patadas a la otra tipa, salió espantado de allí —al parecer la pequeña se había quedado de nuevo sola en su departamento—. En fin —la conversación se había desviado—. Evidencia número dos, tu hija no volvió a dormir al departamento y... —Viee giró los ojos—. ¿Puedes ser más negativa? ¿Cómo que se puede haber quedado llorando en la oficina? —Leah no quería ilusionarse—. Primero, todavía no sabemos si tu hija es capaz de llorar y no derretirse, y segundo, uno de los principios supremos e inquebrantables de Freen es: "Tu casa es mi casa, pero mi oficina no es tu casa".