"Mi vida de K-drama"
¡Hola a todos! Soy Hanna, la chica que, según mi mamá, siempre anda con la cabeza en las nubes. Tengo 16 años, y aunque mi vida parece bastante normal, a veces se siente como si estuviera viviendo en un K-drama. ¿No me creen? Bueno, déjenme contarles un poco sobre mi día a día.
Primero que nada, les presento a mi familia. Mi papá, Luis, es el típico papá bromista que siempre intenta ser el gracioso de la casa. Mi mamá, Elisabeth, es la reina de la paciencia... o al menos eso parece hasta que alguno de nosotros tres la saca de quicio. Y hablando de nosotros, tengo un hermano mellizo llamado Halan. Aunque tengamos la misma edad, no podríamos ser más diferentes. Él es alto, atlético, guapo (según él), y muy competitivo. Siempre anda molestándome, pero a veces... solo a veces, puede ser gracioso. Y luego está mi hermana mayor, que se llama Melanie ... bueno, nunca la llamo por su nombre, sino por sus apodos como "La Mandona" o "La Jefa." Tiene 21 años, es súper responsable, inteligente, y siempre está al tanto de todo lo que pasa en la casa. Es bonita, sí, pero eso no le quita lo chismosa que puede ser.
Esta mañana empezó como cualquier otra. Desperté tarde (como siempre), y escuché a Halan gritar desde el baño.
—¡Hanna! ¡Apúrate, que vamos a llegar tarde! —gritó Halan mientras golpeaba la puerta del baño con insistencia.
—¡Ya voy! —respondí, tratando de calmarlo mientras me lavaba los dientes rápidamente.
En ese momento, mi hermana mayor pasó por el pasillo y nos miró a ambos con una ceja levantada.
—¿Por qué no se organizan mejor? —dijo, cruzando los brazos. —Halan, siempre andas gritando, y tú, Hanna, siempre andas tarde. No sé cómo van a sobrevivir en el mundo real.
—Gracias por el consejo, "Jefa" —respondí con un tono sarcástico.
—Podrías intentar ser un poco más puntual, Hanna —añadió mi hermana con un suspiro.
—¡Déjala en paz! —intervino Halan, poniéndose en modo defensivo, pero en realidad, sólo quería fastidiar un poco.
—No necesito que me defiendas, Halan —le respondí, lanzándole una mirada fulminante.
—¡Como si tú pudieras sola! —me respondió él con una sonrisa burlona.
—¡Ugh! ¡Eres insoportable! —exclamé mientras intentaba salir del baño, pero Halan me bloqueó el camino, lo que solo hizo que me frustrara aún más.
Nuestra madre, Elisabeth, apareció justo en ese momento, con su típica expresión de "aquí vamos otra vez."
—Chicos, ¿otra vez peleando tan temprano? —dijo, separándonos suavemente—. ¡Por favor, ya basta!
Papá, que había estado observando desde el comedor, decidió intervenir, como siempre, con su humor característico.
—Amor, pégales para que se calmen —dijo Luis, en tono de broma, mientras sonreía.
—¿Y por qué no les pegas tú? —respondió mamá con una sonrisa cansada—. ¡Siempre soy yo la que tiene que hacerlo!
Al final, logramos salir de la casa sin matarnos, aunque no sin antes de que mi hermana nos recordara nuevamente que debemos "organizarnos mejor." Pero, seamos sinceros, la vida sería aburrida sin un poco de caos matutino, ¿verdad?
Y así, comienza otro día en mi vida de K-drama. Con risas, gritos, y uno que otro regaño, pero al final, con mucho amor. Porque, aunque no lo crean, somos una familia bastante unida... incluso cuando estamos a punto de arrancarnos los cabellos.
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Mi vida de Kdrama
Teen FictionHanna muestra su vida comparándola con un k-drama ya que con todo lo que le pasa pareciera que estuviera en uno y aun que su personalidad según ella no es la mejor y no esta para morirse termina enamorando y enamorada de el chico que supuestamente e...