𝟏𝟑

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El bebé se calmó en los brazos de Sanji, mientras la mayoría observaba con fascinación a la pequeña, con sus mejillas sonrosadas y sus ojitos cerrados, completamente relajada. Zoro estaba sentado al lado de la cama de su esposo con una sonrisa triunfante. Vivi, atenta y enternecida, no podía apartar la mirada de la bebé.

—Es tan linda, aún teniendo ADN de ese idiota—Nami sonrió

—Roguemos para que no herede esa carota—bromeó Usopp, provocando más risas.

—Idiotas—gruñó Zoro, sin poder evitar que una sonrisa asomara en sus labios.

Robin, observando la escena, preguntó:

—¿Dónde está Torao?

Todos voltearon a ver al alfa, que mantenía una sonrisa serena.

—¿Lo dejaste solo?—Kaya se cruzó de brazos

Luffy se encogió de hombros y explicó para evitar las malas miradas sobre él:

—Lo estoy esperando. Tuvo algunas revisiones; los cachorros han estado demasiado activos y ha tenido fuertes calambres y dolores. Su sensibilidad se volvió más intensa. Quise quedarme con él, pero me echó para que viniera—rió—. Chopper ha avisado que está mejor, así que llegará más tarde o mañana temprano

—¡Ya quiero verlo!—Los ojos de Kaya brillaron—¡Luce tan lindo!

Sanji acunó a la bebé con cuidado, suavemente para mantenerla tranquila, mientras los demás se sumergían en conversaciones animadas y suspiros de admiración por la recién llegada. 

—Sora-chan es tan pequeñita—comentó Franky, tocando suavemente su dedito antes de empezar a llorar. 

—Pensé que sería niño

—Se suponía que lo era—explicó Zoro, con una sonrisa—. El médico casi se desmayó al verla. Incluso Chopper nos había dicho que sería niño. Supongo que es buena en el camuflaje

—Ahora entiendo por qué el conjunto le queda más grande—. Brook sonrió 

—Lo sentimos, Sora-chan, tendremos que comprar ropa y juguetes nuevos para ti —se disculpó Kaya con la bebé, juntando las manos en señal de arrepentimiento.

—Los tíos te traerán cosas nuevas mañana—prometió Vivi, guiñándole un ojo a Sanji.

De repente, la bebé empezó a llorar y todos se alarmaron, guardando silencio inmediatamente. Sanji la meció con ternura y besó su frente.

—Creo que esa es una señal de que quiere estar sola—susurró Robin

—Mi pequeña damita—murmuró Sanji, palmeando suavemente su espalda—, es hora de comer y de tu siesta. Lo siento, chicos

—Nos vamos, ella necesita un descanso de nosotros—anunció Nami,  levantándose con cuidado.

Todos se levantaron y se despidieron, dejando a la nueva familia en paz. Se dirigieron al jardín, donde se sentaron alrededor de una mesa. El sol brillaba tenuamente, y una brisa suave hacía que las hojas de los árboles susurraran. Pidieron algunos bocadillos y bebidas, tratando de relajarse después de la emoción de la visita.

Luffy, sin embargo, lucía impaciente. Su mano se estiraba constantemente para tomar un trozo de carne, mientras miraba atentamente el Den Den Mushi que había dejado en la mesa. Sus amigos lo observaban, compartiendo su preocupación y curiosidad.

—Tranquilo, Torao estará bien—intentó calmarlo Jinbei.

—Sí, solo necesita tiempo para descansar y recuperarse—añadió Vivi, sonriendo con amabilidad.

EL ESPOSO DEL REY  ʟᴜʟᴀᴡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora