𝟏𝟓

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Luffy estaba acostado en la cama, recostado en su mano y acariciando suavemente el estómago de su hija. La miraba fijamente, observando lo tranquila que estaba. Su boquita formaba un leve puchero mientras sus ojitos grandes y curiosos lo observaban. Lami estaba despierta mientras su hermano gemelo, Ace, dormía plácidamente a su lado. Hace unas horas, la situación era al revés.

La pequeña manita de Lami se estiró hacia el rostro de Luffy. Al tomarla con cuidado, Lami abrió más los ojos, sorprendida por el tamaño del dedo de su papá. A veces, la bebé mostraba cierta aprehensión hacia su padre alfa. Cuando no lo veía durante mucho tiempo, empezaba a llorar desconsoladamente, haciendo que el corazón de Law se derritiera.

Mientras tanto, Law estaba profundamente dormido al lado de Ace. Ambos padres no habían podido dormir en toda la madrugada y la mañana, exhaustos por cuidar de los gemelos. Para el omega, la fatiga era aún mayor, ya que los gemelos tenían horarios diferentes para comer. Si uno lloraba, despertaba al otro. Ace, en particular, era el más difícil de satisfacer y mantener dormido. Lami, por otro lado, era más dormilona y disfrutaba de ser cargada, mientras que Ace era activo y curioso, siempre explorando su entorno con sus ojitos, también le agradaba ver rostros nuevos.

Luffy suspiró, observando a sus dos hijos y a su esposo. Dejó de acariciar el estómago de su hija y estiró su mano hacia Law para acariciarle la mejilla, luego estiró sus labios y le dio un piquito en los labios y a Ace un beso en la frente. Regresó su atención a su hija y depositó un beso en su cabeza.

—Papi es demasiado lindo como tú—susurró, cuidando de no despertar a los bellos durmientes a su lado—. Aunque siempre luce serio y frunce mucho el ceño—añadió, imitando el gesto de Law cuando se enojaba con él, con el ceño fruncido, la mirada fija y los labios apretados—. En realidad, él es blando y sentimental, aunque eso es un secreto entre tú y yo—le guiñó un ojo mientras picaba suavemente la punta de la fina nariz de Lami.

Lami se removió un poco, y él la observó atento, maravillándose de lo pequeña y perfecta que era.

—Amo mucho a tu papi, demasiado. No te sientas celosa—continuó, acariciando delicadamente la cabeza de Lami—. Yo también te amo a ti y a tu hermano—dijo, lanzando una mirada afectuosa al pequeño cuerpo dormido junto a ella.

Lami lo miraba con sus grandes ojos, absorta en la voz y los gestos de su padre. Luffy notó cómo su hija parecía absorber cada palabra, cada movimiento, y su corazón se llenó de ternura. Volvió la vista hacia Law, su rostro relajado en el sueño, y sintió una profunda gratitud por todo lo que compartían.

En ese momento, Ace se removió ligeramente, emitiendo un suave ruidito. Luffy sonrió. Continuó susurrando dulces palabras a Lami, mientras el suave sonido de la respiración de su familia llenaba la habitación. Se prometió a sí mismo ser el pilar que ellos necesitaban, brindando amor y protección a cada paso del camino qué dieran. 

La pequeña cachorrita también cerró sus ojos, acurrucándose junto a su hermano. Él alfa, tras asegurarse de que todos estuvieran bien, se separó un poco y se sentó con cuidado. Luego, se levantó con pasos lentos y silenciosos, alejándose para salir de la habitación. Antes de cerrar la puerta tras de sí, les dio un último vistazo, confirmando que estaban a salvo y tranquilos.

Se dirigió a la cocina, guiado por el leve ruido de botellas entrechocándose. Al llegar, encontró a Zoro saqueando sus bebidas.

—¿Cómo va todo, gran papá?—preguntó Zoro, empinándose una botella de sake y sonriendo de forma pícara.

Luffy abrió el refrigerador, buscando los bocadillos que Carrot siempre dejaba para él. Encontró sus mini sándwiches favoritos y se sentó en la barra de la cocina.

EL ESPOSO DEL REY  ʟᴜʟᴀᴡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora