Capítulo 10

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El cumpleaños de Beomgyu había pasado de maravilla. Sin contar el hecho de que había despertado con una jaqueca que lo hizo jurar no volver a emborracharse en su vida, todo había sido asombroso. Sus amigos, allegados y familia habían asistido a la cena de su cumpleaños y lo más importante era que Yeonjun también había pasado la noche entera con él.

Al principio su papá Yoongi se mostró reacio a la presencia del alfa menor en su casa y sobre todo al estar tan apegado a su pequeño hijo después de todo lo ocurrido, pero después de un regaño por parte de Beomgyu y unos cuantos regaños más por parte de Jimin, el alfa mayor había recuperado la compostura y para el final de la noche se llevó igual de bien con Yeonjun como antes. Eso lo ponía muy feliz.

Lo mejor de su cumpleaños fue cuando se excusó para ir al baño y, al terminar de hacer lo que necesitaba hacer, el fuerte olor a musgo lo llenó sin previo aviso y sus ojos se ampliaron cuando Yeonjun le impidió salir del baño y entró con él allí. Recuerda tener sus manos temblando y su rostro lleno de asombroso; seguro y lo hacía lucir gracioso. Sus olores se mezclaron en el pequeño espacio haciendo que sus lobos suspiraran complacidos en sus interiores.

Feliz cumpleaños, bebé— Había dicho Yeonjun con esa voz gruesa que tanto amabaPor fin puedo darte tu regalo—

Beomgyu despegó sus ojos de aquellos oscuros orbes para dirigirlos a la mano del mayor que se posaba en su bolsillo y sacaba una pequeña caja azul oscuro. El omega sonrió en grande cuando la tuvo enfrente de él, tomándola emocionado para abrirla rápidamente. Lo primero que notó fue una hermosa cadena dorada con un brillante dije de lo que supuso y era un diamante.

Miró con ojos brillosos al alfa que lo veía con una tenue sonrisa en sus labios y saltó a sus hombros con un abrazo fuerte, haciéndolos tambalear. Ambos soltaron unas risitas nerviosas y Beomgyu mordió su labio feliz cuando las grandes manos del alfa lo apretaron más al cuerpo de él.

—Gracias, alfa— Susurró Beomgyu nervioso y emocionado.

El omega sintió el estremecimiento del cuerpo contrario y suspiró complacido cuando Yeonjun plantó un efímero beso en su cuello.

—No deberías decirme así en un lugar tan apretado como este— Yeonjun se separó de Beomgyu para poder controlarse. Sentía a su lobo rasgar en su interior para poder estar más junto al omega.

Beomgyu sintió sus mejillas coloradas al darse cuenta de ello— Lo siento— Susurró— ¿Podrías ponérmela?—

Yeonjun asintió y Beomgyu esperó pacientemente a que el alfa le colocara el hermoso regalo en su cuello. Se estremeció al sentir el mentolado aliento del alfa en su mejilla y mordió sus labios reprimiendo una sonrisa.

—Listo— Beomgyu arrugó su nariz al sentir el pequeño golpecito que el mayor había dejado en ella.

—Deberíamos volver. Seguro papá está nervioso al no vernos—

—Sí, beberíamos— A pesar de ambos estar de acuerdo, no podían moverse de sus lugares. El calor del cuerpo ajeno los hacía sentir plenos y Beomgyu sentía cómo sus barreras eran derribadas una por una. Ya no tenía fuerzas para alejar al mayor de su vida.

Beomgyu se relajó en su lugar cuando el mayor posó su mano en su mejilla dejando leves caricias en ella.

—Eres hermoso, bebé— Yeonjun susurró sin pensarlo. El omega lo miró con sus mejillas rojas lleno de vergüenza, pero con un sentimiento creciente en su pecho.

—Tú también eres hermoso, alfa— Beomgyu se atrevió a hablar.

—Dios, me estás matando— Yeonjun rió posando su frente en el hombro izquierdo de Beomgyu. El menor posó sus manos en el cabello del mayor para comenzar a darle leves caricias. Le sorprendía lo suave que era su cabello.

Not my type || YeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora