Hoy vi un pájaro muerto.
Me acerqué a verlo
y me puse a pensar,
¿cómo fue su vida?
¿a cuántos lugares viajó?
¿estaba listo para irse?
¿cuánto sufrió?
y ya no recuerdo como
llegué a casa.
Todos me preguntaron que
pasaba,
yo no le respondí a nadie.
Ellos no pueden comprenderlo,
que hoy vi un pájaro muerto
y que me duele el pecho.
Hoy lloré sola,
tomé vodka.
Hoy hablé con dios:
le pedí paz, le pedí esperanza.
¿Cómo un alma tan libre
que conoce el cielo, que
vive entre el viento, cómo
el cuerpo de esa alma
terminó destruido en el
suelo?
Todos morimos.
Pero, ¿a dónde va nuestro amor?
¿qué pasa con la libertad?
¿a dónde irá mi melancolía?
¿qué será mi nostalgia y de
mi dolor?
¿qué será de mi juventud?
Hoy lloré sola.
¿De qué serviría estar
acompañada, de todos
modos?
Nada puede repararme.
¿Y de qué sirve mi alma
inmortal, si ya nada puede
salvarme?
¿Y qué importa si mi corazón
es inquebrantable?,
¿de qué importa si ya estoy
absolutamente sola?
Si mi destino es la muerte
¿por qué debo esperar?
Si todos morimos
y nadie puede hacer nada.
Si yo sufro
y nadie puede hacer nada.
Ni siquiera yo.
¿Por qué debo esperar?
Todos morimos.
Todos morimos,
Todos morimos,
y hoy vi un pájaro muerto.
Ya nada puede salvar mi alma.
