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"Date la vuelta, bestia", Sungchan le chilló molesto, pero finalmente se dio vuelta hacia la pared del pasillo fuera del departamento de Taeyong.

La risita de Taeyong fue evidente, pero también muy corta cuando Jaehyun lo jaló de la cintura para chocar ambos pares de labios en un beso matutino de buenos días, Taeyong dejó morir su risa, envolviéndose en el beso que Jaehyun le estaba dando y subiendo sus manos al cabello de este mismo para jalarle hacia sí y profundizarlo.

Los labios de Taeyong sabían a manteca de cacao, dulce y suave, a Jaehyun no le gustaba específicamente, pero en Taeyong sabía bien, lo disfrutaba.

Mordisqueó esos labios con entusiasmo, haciendo tambalear a Taeyong en su puerta y sacarle un bonito jadeo bajo.

Se separaron de forma abrupta, ambos respirando profundamente y Taeyong con un adorable sonrojo y una sonrisa suave adornando su bonito rostro. Jaehyun estaba satisfecho con el resultado, los labios de Taeyong estaban rojos por sus mordidas y bien besados, la camiseta del chico fuera de sus pantalones y el rostro contraído en una mueca de satisfacción.

"Buenos días, precioso", murmuró, con la voz ronca y relamiéndose los labios para quitar el exceso de manteca de cacao.

"Buenos días, Jaehyun-ah, ¿cómo amaneciste?", preguntó el mayor, tomando del perchero su gran chaqueta y su bolso para finalmente salir del departamento donde vivía.

Jaehyun le tocó la cabecita a Sungchan, quien se giró con un mohín en los labios y camino a pisadas de pingüino hacia Taeyong, atrapando la pierna derecha de este en su cuerpito y refregando su naricita de poroto en la tela del pantalón de este mientras cerraba la puerta.

"Mucho mejor ahora que te veo, Yongyong hyung", Taeyong soltó un bufido en broma, incapaz de ver a Jaehyun a los ojos y extendiendo su mano para acariciar las suaves hebras de Sungchan y disimular su vergüenza.

"¿Y tú, bebé?", preguntó dulcemente al niño, que seguía refregando su nariz en su pierna.

Sungchan se separó mínimamente de Taeyong, alzando su cabeza para mirarle bien.

"Hyung me dio leche con sal de desayuno", murmuró, tomando por sorpresa a Taeyong quien miró con el ceño fruncido a Jaehyun.

Jaehyun hizo una mueca de arrepentimiento, llevándose una mano a la nuca para rascar el cabello de allí.

"Tenía tanto sueño que le eche sal a la leche de Sungchan", confesó avergonzado, recibiendo otra risita de Taeyong.

El castaño terminó por cerrar la puerta de su departamento, y le extendió la mano a Sungchan que seguía en su pierna. El niño le miró por un par de segundos, antes de soltarse y agarrar entre su manito 4 dedos de Taeyong con dificultad.

Taeyong suspiró contento, sintiendo a su otro lado su mano ser acaparada con el tacto de Jaehyun contra su palma, y como este le elevaba su mano y besaba el dorso de esta cariñosamente antes de ser suavemente jalado al ascensor para ir al primer piso y por fin dirigirse al jardín infantil. Dejó que Jaehyun apretara suavemente sus dedos, le gustaba esa sensación, era como una pequeña descarga eléctrica que le movía todo el cuerpo cuando Jaehyun apretaba su mano suavemente y con cariño.

Tomando a Sungchan por las axilas, subió al niño al auto cuando llegaron a este y lo sentó en su sillita especial, abrochándole el pequeño cinturón de seguridad para finalizar tocando la pequeñita nariz del bebé con su dedo índice. Sungchan le bostezó de vuelta, con sueño.

Jaehyun caminó hasta el asiento del piloto, subiendo y acomodando su chaquetón antes de mirar con una sonrisa a Taeyong subir en el asiento del copiloto.

Kindergarten boy; JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora