-Me va a explotar la cabeza --Arya suspiro bebiendo un poco de agua.
-Te pasaste con la bebida --Sansa sonrió divertida.
-Por dios Sansa dile a tu cachorra que me deje tranquila --Margarye se incorporo en el sofa en que dormia.
-Callense --Missandei gruño molesta.
-Hay que sacarlo --Sansa hizo señas a la cachorra y esta corrió hacia ella --Tengo que cambiarme.
-Ve así --Arya la miro de arriba abajo --Mi pantalón no te queda mal.
-¿Así? --Ella frunció el ceño --Me lo puse para dormir porque manchaste mi pijama.
-Es un pantalón corto, no pasa nada --ella rodo los ojos --Ademas tienes una piernas bonitas, no pasa nada por mostrarlas.
-Esta bien --asistió con desgana. Tampoco le apetecia cambiarse ahora y tan solo serían unos minutos mientras sacaba al perro por el muelle. Agarro la correa y se la puso --Ven Lady, vamos a dar un paseo.
Y salió a la calle, por imposible que pareciera, nada incómoda con su look, un shorts vaquero, una camiseta de manga cortas de color amarillo y el pelo apenas recogido hacia atrás con una pinza. Decidió salir de la calle y acercarse a la zona del puerto, para pasear por los pequeños jardines que habían frente al agua y así poder disfrutar del sol.
A esas horas de la mañana ya había bastante gente, paseando, corriendo, disfrutando del buen día.
Lo que mas le apetecia era relajarse mientras el sol bañaba su piel, pero Lady no se lo estaba poniendo nada fácil.
-Para Lady --Tropezo mientras trataba de lograr que el perro disminuyera su velocidad de caminar.
Si alguien le hubiera preguntado hace una semana si se veía con esas pintas paseando al perro por el puerto mientras trataba de mantener el equilibrio para no caerse, cosa que le estaba siendo bastante difícil, diría que era imposible. Y ahí estaba, más bien siendo ella la que era sacada por el perro.
-¡Lady! --Grito molesta tratando de frenar --¡Para!.
En ese momento paso junto a ella una chica corriendo y el perro pareció tomarselo como un juego. Inmediatamente salió corriendo, arrastrando a su dueña tras el.
-¡No! ¡Lady para! ¡Para! --Sansa gritaba asustada mientras se veía llevada por el perro a través de todo el jardín. Y de repente levanto el rostro y vio a otra mujer de espaldas a ella, justo parada en mitad del camino. -¡No! ¡Cuidado!.
La mujer se giro y se encuentra con aquella gran sonrisa que ya conocía, aunque esa sonrisa desapareció cuando ella miró su rostro asustado y se chocaron. Sansa se dió de pleno con el pecho de aquella mujer y juntas cayeron al suelo del jardín, soltó la correa del perro y este giro la cabeza hacia atrás y al verla acostada se sentó ante ellas.
-Dios --Sansa suspiro aliviada de no haberse roto nada, entonces sintió una mano en su cintura. Levanto el rostro y vio aquellos ojos azules que la observaban divertidos --Perdon.
-Hola -y ella volvio a sonreir.
-Disculpa, el perro, yo, no pude controlarlo --se levanto rapidamente sacudiendose la ropa y la miro preocupada -¿Estas bien?.
-Eso creo -Ella se incorporo y sacudió la cabeza haciendo que las bridnas de hierva que habia en su pelo cayeran, entonces fruncio el ceño y levanto la mano que tenia apoyada en el cesped -Uagh.
-Oh -Sansa encogio el rostro con un gesto de asco.
-¿Se supone que esto trae suerte? -Ella se levanto manteniendo la mano alejada, que estaba manchada de mierda de perro -La gente es guarra, ¿No podrian recoger los pastelitos?.