7- ¿cazar o ser cazada?

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Me está dando la espalda y solo puedo vislumbrar su silueta, su altura aterradora, su torso de tono grisáceo, los dos cuernos que ocupan lugar en su cabeza. Mi corazón empieza a latir desenfrenadamente. Busco a Caleb entre todos los demonios y veo que su mano está rodeando el cuello de ese demonio y que los hilos de humo negro que maneja Caleb tienen sujeto a ese ser, haciendo que chille de dolor y produciendo un grito ronco que hace que yo tenga que cubrir mis oídos. 
—¡Kaori! —escucho a Iraide gritar mi nombre. La encuentro haciéndome señales para que me acerque. Corro hacia ella porque no tengo opción, pero no porque confíe en ella, en nadie de aquí en realidad. —Quédate con Adán —me ordena al tiempo que se aleja rumbo a donde se está llevando la pelea. —¡Tápale los ojos! —le oigo a Caleb gritar. Me sobresalto cuando siento unas manos en mis ojos. Trato de removerlas de mi vista, pero es imposible. —Estoy aquí —Reconozco su voz; las manos que estaban sobre mis ojos se van, pero sigo sin ver nada porque ahora me abraza Caleb, haciendo que no vea nada y solo pueda observar su torso. Unos segundos después, todo a mi alrededor se llena de humo y, cuando desaparece por completo, veo que estoy de nuevo en mi habitación.

Solo puedo escuchar mi respiración agitada. —¿Qué fue todo eso?— musito, con los ojos muy abiertos. —Lo siento, todo se arruinó por ese hijo de perra, pero esto no se va a quedar así— dice con un ápice de irritación, mientras yo tengo la vista abajo y mis ojos desorbitados ven algún punto del suelo. —Bonita, ¿estás bien?— se mueve hacia mí. Yo retrocedo un paso y espero que entienda que no lo quiero cerca de mí. No se mueve de su lugar, pero de soslayo veo cómo su mano trata de tomar mi rostro. —¡Aléjate de mí, joder!— grito, ya descolocada por todo lo que pasó en solo una noche. Solo necesito tiempo para pensar y tratar de apaciguar mis emociones,_vete_, lo digo en mi mente, pero sé que él lo va a escuchar. Suelta un gruñido al mismo tiempo que escucho cómo mi ventana se estruja y se rompe en pedazos. Doy un brinquito de susto, pero me quedo quieta, con la mirada aún en el suelo. —Me largo, pero nosotros tenemos algo pendiente —desaparece y, por fin, puedo alzar la vista. No me muevo por unos segundos, o tal vez por unos minutos, pero parece que duró una eternidad en ese trance porque siento mis piernas entumecidas por mantenerme parada tanto tiempo. Voy en dirección a mi baño y abro la llave de mi regadera. Sin más, me meto y rápidamente siento el agua fría cayendo sobre mi piel. Me empiezo a desvestir y, aunque resulta un poco difícil porque ahora está empapado, el vestido está muchísimo más pegado sobre mi cuerpo. Después de tantos intentos, al fin me despojo de ese vestido color rojo que me hacía lucir realmente linda y que es una pena que ahora esté arruinado. Otra vez, lejos de él. Siento un vacío, y ni siquiera sé por qué tiene ese poder en mí. Me preparo para dormir, aunque me resultará un poco difícil; mi cabeza no deja de dar vueltas sobre esos besos exquisitos y me siento un poco mal por lo que ha pasado. De pronto, mi móvil empieza a vibrar. Veo el nombre de Liam en mi pantalla y me debato entre contestar o no. La verdad es que sigo un poco cabreada por cómo me trató. Dejo entrar aire a mis pulmones y respondo la llamada: —¿No crees que es demasiado tarde para una llamada? Dime rápido qué quieres, porque no estoy de buen humor para soportarte —suelto con hastío. —Kao, sé que estás en todo tu derecho de estar molesta conmigo, por eso vine a pedirte disculpas —ahora no es momento… ¿cómo que viniste? —cuestiono. —Sí, estoy afuera de tu casa. No podía dormir sabiendo cómo te traté y sobre lo que me dijo ese hombre… —hace mención al causante del porqué nos enojamos. —Si salgo, ¿me vas a contar lo que te dijo? —Le pregunto, para saber si vale la pena salir. Lo escucho vacilar desde la otra línea. —Está bien, te lo contaré todo. 
Bajo lentamente las escaleras para que mi madre no se dé cuenta. De hecho, me sorprende que no se haya despertado cuando explotó la ventana de mi habitación. 
Abro la puerta principal y veo a un Liam desaliñado. —Habla —digo cortante; quiero que me cuente lo que le ha dicho ese hombre. Lo escucho suspirar. Empiezo a caminar hacia el patio trasero de mi casa mientras Liam me sigue. Me siento en el umbral de la puerta trasera y mi mejor amigo se sienta a mi lado. —Bien, mmm, la verdad es que todo es un poco aterrador —suelta un suspiro y prosigue: le expliqué todo lo que me habías contado. El rostro de ese sujeto pasó de ser uno de aburrimiento a terror absoluto, así que yo me callé y dijo: “Están en graves problemas. Si dices que esa chica ha entablado una conversación con ese demonio, es probable que haya sido como una invitación para él y que ahora la pueda controlar desde la mente de ella.” —Me exaltó al escuchar eso. Siento cómo me empieza a costar respirar. Liam me ve, toma mis manos y las aprieta, y sigue citando: “Lo más probable es que ella sea su caza. Los de su especie suelen tener una celebración que consta de tres días festivos: una cuando invitan a su presa, y ahí les lavan el cerebro. Empiezan a crear un vínculo para que se sientan atraídos hacia ellos. No sé bastante de lo que hacen, pero al llegar al día tres hacen una ofrenda con su prisionero, se alimentan de su alma hasta dejarlos vacíos, para después ingerir el cuerpo de la presa.”  Yo le pregunté el por qué hacen eso y me explicó que cada 80 años pueden tomar a una persona de este mundo, poseerla y después alimentarse. Esos tres días son para hacer que se enamoren de ellos, porque, si ese humano se entrega a ese demonio por su voluntad, el poder que se le concede en el ritual hace que se convierta en la especie que es abundante en poder. Para llegar a tener el máximo poder, necesitan siglos de estas ofrendas, así que quien lo práctica, cómo Caleb, lo lleva haciendo hace siglos.

Con eso termina su explicación. Trato de controlar mi respiración sin éxito porque mi mente me trae los recuerdos de estas semanas que él ha estado en mi vida y el cómo me sentí hoy sobre él. Me llega el flashback de la conversación que escuché esta noche cuando me acerqué a la puerta: “¿Por qué la trajiste? Aún no es el momento”, dijo Adán, Apretó la mano de Liam y esta vez no puedo controlar mis emociones. Me empieza a costar respirar y siento cómo mi rostro se humedece por las lágrimas que me brotan. —Tengo miedo, Liam, mucho miedo. Por favor, no me dejes sola con esto, no sé qué hacer. —Le digo con la voz rota. —Kao, no planeo dejarte sola, estamos juntos en esto, saldremos de esta. —Me mira de hito en hito, como si con su mirada me estuviera prometiendo lo que me ha dicho. Me envuelve con sus brazos; yo solo quiero quedarme así por un momento. Sus abrazos siempre me reconfortan. 
—Dime, Kaori, ¿has tenido otro encuentro con ese? —Rompe el silencio. Trago seco, porque justo esta noche fue la primera etapa de esa “festividad”. —No. —Liam se aleja y me toma de los hombros, me ve con los ojos entornados. —Prométemelo, Kaori. Para salirnos de esta, no me tienes que ocultar nada. Dime la verdad —dice serio. Bajo la mirada porque me siento culpable de mentirle, pero sé que se enfadará y no quiero eso. —Me invitó a una celebración; para eso era el vestido que me obsequió, pero pasé mi noche con Apolo en un restaurante, y no fui con él… —Miento, es sorprendente que con la primera falsedad puedas soltar más y más mentiras con más facilidad. Mi mejor amigo me mira como si no creyera lo que le digo, pero después de unos minutos acepta lo que estoy diciendo. —Bien, qué bueno que no caíste en su maldito juego. —¿Te dijo algo sobre cómo alejarlo de mí? —cuestiono, lo miro esperanzada. —Sí —siento que puedo volver a respirar con su respuesta. —“Tendrá que decidir entre ser la presa o ser la cazadora” —cita lo que dijo el hombre —eso, ¿qué significa? —junto las cejas, él suspira y sigue con su explicación: él está planeando toda una cacería hacia ti, entonces voltea la jugada, tú serás quien lo manipule y asesine. —Me sobresalto, levanto las manos en señal de que pare de hablar. —Yo... yo no puedo hacer eso, no soy capaz, Liam, él es un demonio, el más poderoso de su especie, yo… —respiro hondo—solamente es imposible, Liam . —Hasta lo que nosotros sabemos, Kaori, tienes que hacer su jugada. Haz que se sienta atraído hacia ti; los demonios suelen ser lujuriosos. No se tiene que enamorar de ti, pero sí que despierte una pizca de interés en ti. Con eso tendrás una oportunidad. Pero para que esto funcione, debe ser un día en específico. Pero… —tensa sus labios—, perdóname, Kaori, me exalté y no dejé que terminara de explicarme, así que no sé a qué día se refería, pero podemos preguntarle juntos. —Lo miro con reproche; ni siquiera sé, por qué se molestó tanto. —Bien, iremos de nuevo después de clases. Aunque tal vez ni siquiera pueda con todo esto. Para serte sincera, el miedo me está consumiendo. Caleb sabe controlarme, Liam, tú muy bien sabes cómo me hace sentir. Te lo dije el otro día: algo de él me atrae, tal vez pierda; él tiene la ventaja sobre mí y los dos estamos conscientes de ello —le recuerdo que él me manipula la mente _y que soy estúpida y lo besé. Ahora me siento más confundida _pienso. —Escúchame bien, Kaori Miller, no eres un puto muñeco con el que se puedan divertir, ni porque seas un maldito demonio. Eres fuerte, tú nunca has dejado que alguien te doblegue y esta vez no será la excepción, así que levántate y no dejes que te gane. Haz que todo arda junto con Caleb.

Sobre todo, nunca olvides que estoy de tu lado. Aunque en este juego apueste mi vida, no pienso dejarte sola. Estamos juntos en esto. —Sentencia. Siento cómo mi corazón se oprime, mis labios tiemblan de impotencia, pero de algo estoy segura… —ganaremos. Liam, el mundo que se va a corromper será el suyo, no el mío. —Digo, segura de cada palabra que suelto.
...
No puedo dormir en toda la noche, mi mente da vueltas a todo lo que pasó en tan solo unas horas: los besos, el vacío que se está amortiguando en mi interior por no tener a Caleb cerca, como si mi ser se acostumbrara a no tenerlo conmigo, toda la información que me dio Liam.
Suspiro y me levanto de mi cama, aunque ya sean las 8 de la mañana. En mi habitación se ve aún oscura, porque le puse un pedazo de cartulina en mi ventana rota, que hace que no entre la luz ni el frío. Jejeje. 
—Que comience la cacería, Caleb.

[Comentario del autor]

Dos cosas importantes: uno, creo que he tenido algunas fallas cuando paso el capítulo a Wattpad y me cambia las palabras a unas que ni se entienden (No lo he leído por aquí; si tengo alguna falla, perdón, lo arreglaré). 😭

Dos, perdón por no actualizar tan rápido; tal vez desde aquí me tarde más, para adelantar más capítulos y ya subirlos más rápido.

¡Muchas gracias por su apoyo, por cierto! 🖤

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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