1-Confunción

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De nuevo despierto agitada. Desde hace unas semanas aparece una sombra entre mis sueños que susurra cosas que no alcanzo a escuchar, pero hoy paso algo distinto a las otras veces, pude notar sus ojos, eran rojos y fue lo que hizo que diera un respingón y despertara. Trato de no pensar en esa sombra o en esos ojos y me limito a poner musica para calmar mi desasosiego, es lo único que me ayuda a dormir por las noches últimamente. me recuesto de nuevo tratando de apasiguar mis miedos, mientras suena 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘭𝘪𝘯𝘦 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘴𝘬𝘪𝘯 desde mis auriculares, le subo todo el volumen para concentrarme solo en eso y mi mente no divague en otra cosa que no sea lo que estoy escuchando.
Estoy quedando dormida hasta que escuchó, o creo que escuchó un ruido, pero por lo fuerte que está el volumen no le tomo importancia y sigo en mi proceso de tratar de conciliar el sueño.
Hasta que una mano me agarra desde mi hombro y me zarandea bruscamente lado a lado, mi corazón empieza a latir desenfrenadamente del miedo que empiezo a sentir hasta que volteo.
Es mi mamá! - pienso desde mis adentros relajándome sabiendo que es ella... Oh ¿no debería alegrarme? Esta sudada, sus labios tiemblan, se ve muy nerviosa y sus ojos se ven desorbitados con un miedo reflejante en ellos. no me preocupa tanto, más que lo que tiene en una de sus manos.
—ma mamá suelta eso  —le digo en un hilo de vos que suena más a súplica que una órden.
—shhh tranquila, está pasando algo extraño kaori —me susurra —estaba revisando unos planos
hasta que empecé escuchar ruidos a fuera y después de eso se azotó la puerta principal de la casa. No lo sé, tome el cuchillo y vine corriendo a por ti —el miedo empezó a recorrer
por mi habitación, ver a mi madre en ese estado que nunca había visto me congelo, no sabía que decir, que hacer.
Antes de que abriera la boca para decir algo se empezó a escuchar fuertes zancadas provenientes de las escaleras, mi madre y yo quedamos perplejas e inmovilizadas, miramos hacia la puerta de hito en hito y sentí  un terror que jamás había sentido. Lo único que podía pensar era: que es lo que está en la escaleras, si en esta casa solo vivimos mi madre y yo y como hizo para que no sonarán las alarmas de la casa.
Los pasos empezaron a sonar a un mas fuertes, como si desearan ser escuchados. Un grito ronco y sobre humano sonó tras las paredes, yo y mi madre quedamos paralizadas por unos segundos. Mi mente comenzó a maquinar a toda velocidad pensando en nuestra supervivencia —mamá hay que saltar tras la ventana  —con un nudo en la garganta, fue lo único que me salió. Corrimos hasta la ventana y la abrí, el aire que entro era frío y denso haciendo  me estremezca.
—salta —le dije —iré tras de ti luego de que hayas saltado —vi la batalla interna que llevaba ella, al no saber si era lo mejor al saltar ella primero que yo, hasta que con un gesto de mi hizo que saltara.
La vi caer y me hizo un seña con la mano para saber que estaba bien, después de saltar de un segundo piso. Iba a saltar, trague saliva y puse mi primer pie en el alféizar hasta que senti un jalón que me llevo hacia atrás haciendo que callera de nalgas al suelo. Mi pulso empezó a desestabilizar, no podría respirar, no podia pensar, mi miedo me estaba ganando y no sabía que era lo que me había arrastrado, no había sentido ninguna mano en el momento que me jalaron, ni si quiera quería parpadear del temor que tenía.
escuché tras mi espalda como tarareaba una canción. Y tampoco quería voltear a descubrir a quien le provenía esa voz.
Sonaron pasos relajados más cerca de mi hasta que pararon, sabía que estaba atrás de mi por lo abrumador que se sentia.
voltea —ordenó con una vos vacía y profunda, era de un hombre —hazlo ¿o quieres que a aquí mismo te saque esos hermosos ojos? —me advirtió tras ver qué yo no tenía ni la mínima intención de voltear. Sin pensarlo mas, después de la amenaza que me soltó, volte.
Oh por dios... Su sus ojos son color carmesí y sus pupilas son ¿Una línea vertical? Su cabello blaco le llega hasta las orejas, orejas que son puntiagudas, es alto muy alto, su torso está desnudo solo lleva unos pantalones, pero su piel... Su piel tiene venas negras que resaltan y que llegan hasta su nuca, los dedos de su mano tienen hilos negros recorriendo toda la habitación. Trato de reprimir mi pánico y miedo, hasta mis temblores sin éxito.
Se inclina y yo retrocedo arrastrándome por el suelo. Ni siquiera tengo la fuerza suficiente para levantarme y salir corriendo, el me agarra por mi tobillo y me jala hacia el, hasta separar sus piernas y quedar acomodadas entre mis caderas.
—Ey no te alejes ¿O acaso te volviste masoquista? Tal ves quieres una castigo—dice con una sonrisa en los que se asoman colmillos que me dejan los pelos de punta.
Empieza a acercarse más a mi hasta que puedo sentir su respiración en mi cuello, siento como besa y mordisquea ligeramente mi cuello; trato de moverme y safarme de el, pero me retiene con sus piernas.Contraigo las lágrimas que amenazan de salirme de mis ojos, mi boca está temblando tratando de decir algo pero no consigo decir nada más que: no.
—¿No? —dice mientras enarca una ceja —Creí que ya había quedado claro quien da órdenes aquí —dice con una vos arrogante y con hilo de lujuria. Se levanta y me mira de pies a cabeza mientras se lambe los labios
—esperado mucho por ti. En dos semanas cumplirás 99 y yo nunca olvido las promesas bonita —se ríe con un hilo de malicia en ello —pero por ahora lo dejaremos así. Soy un hombre pasiente, verás que me pedirás que sacie tu deseo y me lo improraras.
Con eso desaparece —que— digo con vos queda. Escucho a mi madre gritarme y vuelvo en si y corro hacia la ventana que está ves logro salir. Después de salir de la casa  y sin ninguna lesión, solo con heridas pero no dé gravedad, puedo respirar
—por que te tardaste tanto
kaori —suena más a a regaño que pregunta.  respondo y elijo concentrarme en salir viva de esta situación —hay que ir a la casa de liam —propongo. Es mi mejor amigo y se que el nos ayudaría —Debemos tener cuidado, esa persona que a entrado a nuestra casa puede estar cerca —dice tan bajo que apenas la
alcanzó a oír —hay que buscar objetos con que protegernos
—sugiero. Se que mi madre tiene un cuchillo pero después de ver lo que había en mi habitación, yo también necesitaré un arma para hacerle aúnque sea un rasguño. A mí alrededor solo veo un patio trasero bien podado pero nada que pueda ayudar, así que me limito agarrar unas tijeras de la casita que tenemos para aguardar material para cortar las plantas y podar el pasto
—Vamos por el coche —de digo a mi madre. Ella asiente.
corremos para la parte frontal de la casa y paramos de golpe al llegar a la cochera donde debería estar el auto de mi madre —¿que? ¿Dónde está? Aquí estaba. No puede ser; esto no puede esta pasando kaori —yo solo puedo ver por todas partes buscando algo que claramente no está, respiro y exhaló tratando bloquear mis nervios y concentrarme —no podemos quedarnos aquí, corramos hasta la casa de Liam no está muy lejos de aqui —veo que lo piensa ¡Cómo si tuviera tiempo para meditarlo! —¡Vamos mamá! —Le reprendo, al momento que ella  accede y apresuramos el paso.
Tras el recorrido que nos tomamos al llegar a la casa de mi mejor amigo, volteo varias veces hacia atrás para verificar que nada nos esten persiguiendo... o ese hombre.
Cuando arribamos la casa de Liam corremos hacia la puerta y yo tocó con golpes nada delicados. nadie habré. Vuelvo a tocar y empiezo a sentir desesperación, así que en un susurro digo: Liam soy kaori, habré por favor —lo último lo digo con un nudo en la garganta, que trato de controlar para que no salgan lagrimas. Empiezo a escuchar el cerrojo abriéndose hasta ver la figura de su madre con una expresión de extrañeza por nuestra presencia, al vernos su mirada cambia a una de pavor mientras nos ojea. No necesito mirarme en un espejo para saber es estoy sudada, sucia y con heridas al igual que mi madre que trata de respirar con normalidad, después de haber corrido hasta acá.
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Su madre se hace un lado para dejarnos pasar aún que sigue con esa mirada de confuncion absoluta
—¿Que les a pasado? —dice lina la madre de Liam.
mi mamá inhala ondo y empieza a hablar —lamentamos llegar asi a tu casa lina. Todo fue muy rápido y no sabíamos que hacer. Solo sabemos que alguien entro a nuestra casa. Fue muy extraño —¡no para nada Emma! Me alegro que hayan venido hasta acá y que ahora estén a salvo, le hablaré a Liam y a su padre. Siéntense por favor —señala el sillón que está cerca de nosotros —gracias —trato de decirlo con una vos estable pero solo sale en un susurro.
Después de unos minutos escucho pisadas y veo a un Liam con la mirada de pánico y que me escudriña con la mirada, al ver qué no tengo heridas de gravedad se apresura hacia a mi y me abraza —¡Dioses, ¿que te a pasado? ¿Estás bien? Dime que lo estás ¡no ya se! Vamos al hospital
—¡estoy bien Liam! —miento para que no se preocupe más, aún que se que estoy por aventarme en sus brazos y no soltarlo nunca. Mi mejor amigo expulsa todo el aire que estuvo conteniendo y me sostiene las manos
—bien —me abraza y yo le regreso el abrazo.
—vengan les prepararé un te, y luego les acomodare la habitación de huéspedes —nos regala una sonrisa Lina — muchas gracias Lina —se sincera mi madre y yo solo puedo sonreírle con ratificación.
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Entramos a la cocina y su madre de Liam nos sirve una taza. Le agradezco y me limito a tomar el té, mientras mi madre y Lina hablan sobre llamar a la estación de policía, para que se ocupen "del ladrón" que a entrado a nuestra casa.
Sentía la mirada de Liam sobre mi, pero no me importo; yo estaba pensando en ese hombre y no podia tomarle importancia a el. Liam se fue primero, resignado de que yo no le hablara. Pero antes de irse me pidio que fuera a su cuarto para que le contara y me consorala, si así lo quería, y es lo que más necesito, decirle a mi mejor amigo que paso y contarle sobre... Eso.
—kao que a pasado  —Liam me dice cuándo entro a su habitación y el esta sentando en su cama
—cuando estábamos en la cocina no has hablado para nada ¡Ni si quiera me mirabas! —Cierro los ojos, para poder concentrarme y escojer bien mis palabras.
—Liam —respiro ondo y apretó los ojos —cuando mi madre y yo nos dispusimos a salir de nuestra casa y ella bajara primero que yo —Sollozó pero le digo todo lo que vi con lujo y detalle.
Sus ojos se abren al escuchar todo. Ahora es el turno de el de respirar
—¿99? Pero si solo cumplirás 19—me dice en un aliento —¿Que más te dijo kaori? —me sostiene entre los hombros mientras tensa los labios y me ve alterado —solo lo que te acabo de decir  —confieso —¿Tu madre lo sabe? —niego con la cabeza —bien creo que es mejor que no lo sepa —yo levanto la mirada —¿por qué?— le pregunto —no creo que te crea ¡y solo te llevará a un manicomio! —y no le discuto, es lo que pasaría si le dijera. Que de todas maneras no planeaba decirle.
—y... ¿Y si esa cosas viene a por mi?
—me sale con vos queda, al tener un nudo en la garganta.
—¿que haré Liam? Tengo miedo —me sale la primera lágrima que tanto trate de suprimir —y tiene razón en unas dos semanas será mi cumpleaños. Todavía siento su respiración en mi cuello, el rozar de su lengua, sus mordeduras en mi cuello —empiezo  a sollozar. Liam se balancea hacia a mi hasta que me sostiene entre sus brazos y me estruja mientras yo recargo mi menton en su hombro.
—esta bien enana, no te pasará nada, yo te cuidare, solo tranquilizante ¿bien? —esas palabras me tranquilizan, hasta que me quedo dormida entre sus brazos.

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