La mañana siguente despierto acostada en la cama de Liam, abro los ojos lentamente buscando a mi mejor amigo y me doy cuenta que no está por ningún lado de la habitación. me dispongo a ponerme los... !¿los tennis?! ¡No traje tennis! ¡Me vine descalza hacia la casa de Liam! Busco hasta que encuentro un par de sandalias en un cajon y me los colocó sin pensarlo dos veces.
Al salir de la habitación encuentro a mi madre hablando con el papá y la mamá de Liam —buenos días
—todos voltean hacia
mi dirección y me saludan —ayer no pude agradecerles como es debido, en verdad muchas gracias por dejarnos quedar en su hogar señores wilson
—no te preocupes kaori lo
entendemos ¿Cómo estás? —pregunta el señor Wilson —estoy mucho mejor, gracias —le digo mientras le sonrió y el me devuelve la sonrisa en aprobación.
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Después de desayunar con la familia Wilson, nos trasladaron a la comisaría junto con Liam, porque no quería dejarme sola.En la madrugada, cuando Lina y su madre hicieron el reporte a las autoridades del hombre que se había adentrado a nuestra casa y del coche de mi madre que fue robado, hoy en la mañana llegó el aviso de que habían encontrado el auto y teníamos que ir a verificar si era nuestro.
Al llegar a la estación, nos hicieron preguntas sobre lo que vimos y escuchamos. Pudimos corroborar que ese auto era nuestro y nos lo devolvieron después de un largo proceso de papeleo. Mi madre les preguntó si se podría proceder con una denuncia. Los oficiales nos explicaron que si habían saqueado algo de valor, sí podía hacerse, ya que nosotras estábamos intactas y sin ninguna agresión por parte de los ladrones.
Luego de explicarnos todo lo que se podía hacer si usurparon nuestro hogar; una patrulla se dispusieron a llevarnos a casa a verificar algún robo que hayan echo, al llegar examinaron cada parte de la casa y nos preguntaron si faltaba alguna pertenecía que fuera de valor. Tambien checaron las cámaras y no encontraron nada, solo nosotros saliendo de ella corriendo. Mi madre quedo perplejas al percatarse que no habían robado nada y que no salía ni un alma en las cámaras, solo dos locas corriendo por las calles, por mi parte no era de sorprenderme, sabía que fue lo que entro a nuestra casa.
Así que, quedaron que los oficiales solo pueden patrullar más seguido por esta zona y verificarían que todo estuviera bien en nuestra casa.
---—No puede ser que los policías no puedan hacer bien
su trabajo! —suelta inconforme mi madre —mami, déjalo ya. Además que debemos agradecer por el echo de que no nos hayan robado nada y el auto está con nosotros —le digo
mientras le doy una sonrisa de
comprensión —señora Miller lamento
mucho por lo que está pasando pero no le hará bien enojarse, comprendo su enfado pero le hará daño —Liam le sonríe reconfortante —asiente resignada.—creo que tienen razon. Iré a descansar a mi habitación y luego veré nuevos sistemas de alarma. Liam estás en tu casa y gracias por no dejar a mi hija sola —Con eso se retira y nos quedamos viendo por un buen rato hasta que yo hablo —vamos a mi habitación quiero recostarme pero no quiero estar sola —Liam sonríe y asiente. —¿como te sientes?
—pregunta Liam al llegar a mi
habitación —con el temor de que vuelva —me sinceró. A el no le puedo mentir de como me siento —kao no te preocupes ya dije que te protegeré, no se cómo pero lo haré ¿okay?
—me dice—se que no es nada confortador pero prometo que no te tocará ni un cabello —asegura mientras no recostamos en la cama. Yo solo puedo sonreír por su apoyo.
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Ese día todo marchó bien y con normalidad. llegó la noche y Liam se fue y yo me preparo para dormir. Cuando me acuesto me colocó los auriculares y con eso consigo dormir.
Esa noche no fue diferente a las demás tambien soñé con algo peculiar para no decir jodidamente raro, yo era... Diferente.
Dejo ese sueño atrás y checo la hora _son las jodidas 4 de la mañana ¿En serio? Tengo clase a las 8 ¡Y ni siquiera voy a poder conciliar el sueño ahora..._ Mi mente se pone en blanco cuando escucho un golpe en la ventana, lo que me hace levantarme de un brinco de la cama y alejarme lo más que puedo de la ventana, mis latidos empiezan a palpitar desenfrenadamente con la idea de que sea aquel hombre, tomo mi poca Valentia y me acerco a la ventana y con fe de no morir en el intento de ser por primera ves valiente. _Mierda solo era un gato_. Lo colmino con la mirada por casi hacer que me dé un paro cardíaco. Al voltearme hacia mi cama, veo la figura de un hombre apoyado en ella, un grito ahogado sale de mi boca. La figura se mueve y con la luz que reflejan mis cortinas, noto que sí, es el hombre de aquel día. No puedo resistirlo más y empiezo a sollozar.—¿Qu qué es lo que quieres? —le pregunto con un intento de verme fuerte sin éxito.
—Claramente te quiero a ti bonita
—dice con esa voz calmada
—Tranquila, ¿te lo dije no? No haré nada a menos que así lo quieras, así que ven —Entrecierra sus ojos y da golpecitos invitándome a sentarme junto a él. Yo estudio mis posibilidades de salir de aquí hasta que él habla de nuevo —No, Kaori —niega con la cabeza —no tienes posibilidades de salir de aquí a menos que yo lo permita. ¿Acaso no te has dado cuenta de lo que soy? —Me quedo con la boca abierta. _¿Quizá él puede saber lo que pienso?_
—Bien, Kaori, soy el puto dios de la oscuridad, el demonio más poderoso durante siglos —Me dice con ese tono de voz de superioridad. Dejo de respirar por un momento y trato de relajar mi pulso, así que trago saliva y me empiezo a acercar a él con pasos suspicaces, mientras él sonríe como si verme en ese estado fuera lo mejor que haya visto. Me siento al lado de él sin siquiera voltear a verlo, aunque sé que él sigue mirándome. Se ríe y habla: Maldición, Kaori, eres hermosa. Yo doy un respingo y por segunda vez en este día tomo mi valentía y volteo a verlo. Por todos los dioses, da miedo, pero no puedo negar que es atractivo. —Vaya, por fin te dignas a verme.
—alza su mano y me acaricia una mejilla, mientras en sus ojos noto ver un fuego ardiente. O tal vez estoy loca, que es lo más probable, claro está.
Respiro hondo y saco mi valentía ¡3 veces en este día!
—¿Cómo te llamas? —sus ojos se abren, y deja de acariciar mi mejilla pero rápidamente trata de ocultar su asombro volviendo con su gesto de superioridad y coqueteo.
—Tal vez te lo diga si me concedes un deseo —me guiña un ojo. —Me reiría si no supiera lo que es él, así que me limito a seguir viéndolo. —Caleb —suspira al decir su nombre, dándole menor importancia.—Ya que te lo dije, me debes algo
¿verdad? —me pregunta. Yo no sé qué decir, estoy demasiado consternada para pensar en mi respuesta.
—Bueno, linda, tu silencio lo tomaré como un sí. Espera mi petición, tal vez te guste —se lame los labios, levanta la comisura y forma una sonrisa seductora.
Todo se queda en silencio, el viéndome y yo observando cada parte de su rostro. Hasta que el empieza a mofarse —ayer en verdad que fue muy gracioso como te fuiste sin zapatillas y yo solo que venía a saludarte.
—dice con una risotada —¡No ya se! Lo más entretenido fue ver las cámaras de seguridad y que solo se vieran dos mujeres corriendo por la calle y una sin zapatillas puestas —y su risa empieza ser aún más fuertes en cambio yo ahora siento mis mejillas calientes.
—pues perdón por tratar de pensar en sobrevivir después de que un demonio entrara a mi casa, si hubiera sabido que al día siguiente se reiría de mi tal ves me hubiera quedado a soportarlo —le suelto ya un poco cabreada. Siento como se expande el rubor en mi cara, por haber dicho todo eso sin pensar en las consecuencias que pudieron haber ocurrido al hablarle asi. El para de reír y me ve como si fuera un maldito payaso —ya bonita, me encanta
que te enojes pero no cuando es
conmigo —con eso agarra mi menton y empieza acercar su cara a la mía hasta que siento su respiración, dejo de respira por un momento, mentiría si dijera que ya no me da pavor en estos últimos minutos. Acercar su cara a la mía hasta que siento su respiración y unos golpes en la puerta hace que salte del susto, volteo y escucho a mi mamá —hija ¿Estás bien? Escuché ruidos dime si necesitas algo —rápidamente le contesto-- no, no te preocupes mamá todo bien, solo estaba viendo vídeos, ve a dormir.
—mmmm bueno kaori ya duérmete
¿bien? —si mami —Caleb se separa poco de mí y tiene la vista en la puerta, pero sigue agarrando mi mentón. En el momento en que se deja de escucharse ruidos del otro lado de la puerta, vuelve a poner su mirada en mí, suelta mi mejilla al mismo tiempo que toma una de mis manos y la posa en su mejilla; mi palma toca su rostro, su piel se siente fría y me quedo hipnotizada por un momento hasta que muerde mi dedo índice. Me tenso por eso, tan inesperado. Por otra parte, él se da cuenta y se aleja aún más de mí, me mira y se levanta de la cama —Bueno, bonita, me voy. Deberías descansar —suena seco, lo cual es algo imprevisto ya que durante toda la conversación sonaba tan alegre.Camina hacia la ventana y se detiene de golpe sin voltear a verme
—¿Puedo venir a visitarte más a menudo? _claro que no, por mi, te tendría muy lejos de mi_ pienso. Él se ríe sin gracia y agrega: Bueno, igual ni siquiera necesito tu aprobación. Te veo luego, bonita.Luego de que él saliera por mi ventana, siento cómo mis pulmones pueden volver a llenarse de aire e inhalo hondo. Me dejo caer en mi cama y pienso en lo que acaba de pasar y por qué mi cuerpo se siente tan raro cuando estoy cerca de Caleb. Me acurruco entre mis sábanas hasta que en algún momento me quedo profundamente dormida.
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KAORI
Fiksi RemajaKaori tiene una vida normal y tranquila hasta que el rey de la oscuridad aparece, haciendo que cambie su mundo por completo. Ella, al no saber por qué siente esa conexión con él, empezará a buscar respuestas, mientras que por otro lado, querrá tener...