Xavi Simons (1)

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El aroma del césped recién cortado mezclado con los gritos de los aficionados siempre me había encantado. Desde que era niña, el fútbol había sido una pasión, y con el tiempo, había convertido esa pasión en mi profesión. Como periodista deportiva, había entrevistado a innumerables jugadores, pero esa tarde, algo se sentía diferente.

Cuando llegué al estadio con mi grabadora y libreta en la mano, lista para una serie de entrevistas después del entrenamiento, noté a Xavi Simons en el campo. Había algo en la manera en que se movía, una combinación de gracia y poder que llamó mi atención. Era un talento natural, uno de esos jugadores que simplemente nacen con el don.

Cuando el entrenamiento terminó, me dirigí hacia él. Estaba empapado en sudor, con su cabello rubio oscuro pegado a la frente. Se quitó la camiseta y se pasó una toalla por el rostro antes de notar mi presencia. Cuando nuestros ojos se encontraron, sentí un nudo en la garganta que estuvo a punto de privarme de preguntar.

- Hola, Xavi. ¿Tienes unos minutos para una entrevista? -Pregunté con una sonrisa amable.

Xavi asintió, y pude ver una mezcla de nervios y asombro en sus ojos. Había dado muchas entrevistas, pero algo en la forma en que me miraba lo hacía diferente.

Nos sentamos en uno de los banquillos cercanos al campo, y comencé con preguntas típicas sobre el entrenamiento, el próximo partido, y su relación con los compañeros de equipo. Respondió con la misma profesionalidad de siempre, pero parecía que estaba disfrutando la conversación tanto como yo, así que aproveché para hacer una de aquelles preguntes que de normal no hubiese hecho.

- Xavi, ¿Qué es lo que te motiva a seguir luchando partido tras partido? -Pregunté, inclinándome un poco hacia adelante, realmente interesada en conocer la esencia de su espíritu competitivo.

Se quedó en silencio por un momento, pensando en cómo responder.

-Supongo que es el amor por el fútbol. -Dijo finalmente. -Es algo que siempre he tenido dentro de mí. Cada vez que estoy en el campo me siento libre, como si pudiera ser quien realmente soy.

Asentí, apreciando la sinceridad en sus palabras.

-Esa es una respuesta muy bonita, Xavi. Creo que es por eso que tienes tantos seguidores.

A medida que la entrevista continuaba, ambos nos relajamos, y la conversación fluyó de manera natural. Hablamos sobre nuestros orígenes, nuestros sueños y nuestros miedos. Compartí algunas historias divertidas de mi carrera como periodista, y Xavi se rió, dejando ver una faceta suya que antes no había visto.

Al finalizar la entrevista, apagué mi grabadora y guardé mi libreta, pero no me levanté inmediatamente.

-Ha sido un placer hablar contigo. Creo que esta será una de mis entrevistas favoritas.

Sonrió, y sentí una calidez en mi pecho.

-Lo mismo digo. No suelo disfrutar tanto de las entrevistas, pero contigo ha sido diferente.

Mientras me alejaba, no pude evitar mirarlo un poco más. Había algo en él que me atraía, algo más allá de su profesionalismo y no contenta con ello, decidí que tenía que conocerlo mejor.

Durante las semanas siguientes, Xavi y yo nos encontramos en varias ocasiones. A veces era en eventos deportivos, otras veces en entrevistas programadas, pero siempre había una chispa entre nosotros. Nuestras conversaciones se hicieron más profundas, y poco a poco, me di cuenta de que mis sentimientos por él estaban creciendo.

Una tarde, después de un partido particularmente intenso, vi a Xavi en la sala de prensa. Se acercó a mí con una mezcla de decisión y nerviosismo.

—Sara, ¿Te gustaría cenar conmigo esta noche? —Preguntó sin previo aviso, esperando mi respuesta con el corazón acelerado.

Lo miré sorprendida, pero una sonrisa suave se formó en mis labios, no me esperaba en absoluta esa propuesta, y menos cuando la relación que habíamos tenido hasta ese día era estrictamente profesional.

-Claro, me encantaría.

Esa noche, en un pequeño restaurante italiano en el centro de la ciudad, hablamos durante horas. Compartimos historias de nuestras infancias, sueños de futuro, y nos reímos de anécdotas divertidas. La conexión entre nosotros se hizo más fuerte con cada momento que pasábamos juntos.

Nunca me había sentido tan cómoda con una persona como lo había hecho con Xavi esa noche.

Al final de la supuesta cita, mientras caminábamos por las calles iluminadas de Leipzig, Xavi tomó mi mano. Lo miré, y en ese momento, ambos supimos que algo especial había comenzado.

-Sara, desde que te conocí, supe que eras diferente al resto. -Dijo Xavi, deteniéndose y mirándome a los ojos.- Nunca había sentido esto por nadie antes.

Sonreí de la emoción, me pareció una locura que esto estuviera sucediendo.

-Xavi, tú también significas mucho para mí.

Con una sonrisa compartida, continuamos nuestra caminata, sabiendo que lo que había comenzado como una simple entrevista se había transformado en algo mucho más profundo. Xavi y yo, el futbolista y la periodista, habíamos encontrado el amor en medio del mundo futbolístico que ambos amábamos.

Nuestra relación empezó un mes después de esa cita y solo nos faltaron cinco meses más para sabe que estábamos hechos el uno para el otro. En unas vacaciones en Ibiza me pidió matrimonio, parecía una locura, pero la conexión que tuvimos desde el primer día nos llevó a vivir una relación tan intensa como esta.

Nos casamos el día que cumplimos un año de relación y aunque fue una noticia bomba y muy criticada por la prensa, para mí fue lo más bonito que podríamos haber hecho.

Le quería más que nada en el mundo, quién me diría a mí que una relación que empezó en una sala de prensa acabaría en un altar.
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¡Nueva historia!

Sé que los pedidos que quedaban se han hecho de rogar, pero estan en camino todos✨

Volvemos a leernos pronto❤️

ONE SHOTS/ FutbolistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora