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Sus manos tiemplan y su corazón es lo único que hace ruido en su interior.

- ¡No te acerques a mi hermana, no eres quien para pegarle! -

Sus dedos temblorosos aprietan el botón de subir el volumen con la intención de que sus cascos opaquen el ruido exterior.

Su cuerpo muestra signos de ansiedad, sus sentidos están alerta y su corazón le indica que debía salir de ahí cuanto antes, sin embargo su mente está apagada, aparte de los signos exteriores Minho no siente nada, no sabe si tiene ganas de llorar, reír o gritar.

- No hables de esa forma a tu madre. - Contesta su padre.

Minho se maldice mentalmente por no haber cargado sus cascos inalámbricos antes, eran los únicos que detenían el ruido exterior.

- ¡Esa no es mi madre! -

Su ansiedad cada vez aumenta más, es por ello que sin pensarlo mucho se calza, coge su chaqueta negra y con sus cascos aún reproduciendo música ruidosa camina hacia la sala de estar, lugar protagonista de la pelea.

- ¡Yo te parí! - El grito de su madre dirigido a su hermana asusta a Minho, pero sigue su camino sin mirar a nadie.

- Minho - La voz de su padre se alza, no obstante él finge no escucharla mientras agarra sus llaves de la entrada.

- ¿Veis? Ni vuestro propio niñito os aguanta - La manera en la que su hermana dice esa frase le da a entender al menor que ahora empezará a sacarles en cara a sus padres que era un mimado y que sólo le querían a él.

Tenía que salir de ahí cuanto antes. Al abrir la puerta ve por el rabillo del ojo a su hermana pequeña sentada en el taburete de la cocina, mirándole.

La luz apagada hace que pase desapercibida, pero sus ojos rojos y sus mejillas húmedas reflejadas por las farolas que alumbraban la noche desde el exterior avisaban de su presencia.

Algo en él le decía que se quedase, que tenía que ayudar a su hermana, pero el sonido de un estruendo le saca de sus pensamientos y cohibido observa como pedazos de cristal yacen en los pies de su otra hermana. El vaso lo había lanzado su madre.

Sale de ahí sin mirar atrás.

Su teléfono marca la una y veinte de la madrugada. El frío de noviembre golpea con fuerza su rostro y cuello logrando calar en sus huesos.

No sabe a dónde ir. La calle desolada y el sonido de los semáforos es lo único que le rodea.

Camina sin rumbo, concentrándose en las pisadas y en la música que ahora suena levemente por su auriculares. Al detenerse bajo una farola un recuerdo llega a su mente.

- ¿Qué te ha pasado? - Le había preguntado Jisung un mes antes nada más llegar al instituto.

Minho no entendía a qué se refería hasta que el otro sin mucho cuidado le tocó el rabillo del ojo logrando que soltase un jadeo.

- Serás bruto - Le regañó apartándose de su toque.

- ¿Entonces? ¿Cómo ha llegado eso a tú ojo? - Insiste. Minho saluda a uno de sus profesores cuando este pasa por frente de ellos, perdiéndose por la puerta de entrada del edificio - Lino, no me ignores. -

- Me di con la esquina de un mueble. - Murmura concentrándose en la punta de sus zapatos, ahora mismo era lo más interesante que podía observar.

- Ya claro, y yo llevo un marcapasos porque Iron Man me regaló su corazón, no jodas Minho - Responde con ironía Han.

Minho no dice nada pero le mira, y parece que esa mirada le sirve al menor para entender algo más profundo. Avergonzado Minho traga saliva, aún no comprendía como Jisung podía llegar a leerle la mente.

- Deberíamos entrar ya - Minho se separa del extenso muro de la fachada donde él y Jisung esperan cada mañana a que el timbre del colegio sonase para acudir a la primera clase.

- Min... - Jisung le agarra del brazo evitando que huya de ahí, porque en el fondo era lo que estaba haciendo, huir.

Desde muy pequeño Minho comprendió que sus problemas no debían ser compartidos porque en el fondo los humanos sólo se importaban a sí mismos.

A nadie le interesa lo que les sucede a los demás, nadie tiene verdadero interés en lo que ocurre a su alrededor en el caso de que no tenga que ver con su persona.

Es por ello que en momentos su cabeza no lograba entender porque Han Jisung parecía tan interesado en lo que le sucedía, por qué siempre le miraba con atención cuando contaba cosas tontas y superficiales.

No comprendía porque Jisung siempre le preguntaba qué tal nada más verse cada día, y es que la pregunta sonaba tan real, tan verdadera, como si quiese realmente saber todo de él.

- Tengo exposición de historia, entremos - Se excusa con lo primero que llega a su mente pero los ojos almendrados de Jisung le detienen.

- Solo escucha una cosa, da igual la hora, el día o la situación, búscame si lo necesitas. -

Y es así que Minho con mucha duda abre el chat que tiene con Jisung.

< Te necesito. Enviado a la 01:28.

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Holaaaa, por primera vez he empezado una historia larga. Debido a la poca paciencia que tengo suelo publicar OS pero estoy inspirada y no voy a desaprovecharlo ;)

Iré publicando capítulos seguramente los martes, jueves y sábados siendo hoy el primero. (Al ser el primer día he publicado los dos primeros)

Espero que os guste y me tengáis paciencia a la hora de escribir, no soy para nada una profesional pero algo intento.

Muchas gracias por leer y os espero en el siguiente capítulo :))))

Loved | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora