Hechizos [Ni-ki y tú]

1.

En el castillo de Hogwarts, el nuevo año escolar había comenzado con un bullicio de emociones y expectativas. t/n, caminaba por los pasillos con la confianza de alguien que conocía bien cada rincón del lugar. Desde pequeña, había sido amiga de Ni-ki, aunque la palabra "amiga" quizás no capturara completamente su dinámica. Ni-ki tenía una forma peculiar de mostrar su afecto: la molestaba constantemente. Ella había aprendido a responderle con la misma moneda, desarrollando una relación donde las bromas y las pequeñas disputas eran el pan de cada día.

Mientras se dirigía a su clase de Pociones, escuchó un rumor que hizo que todos sus compañeros murmuraran emocionados. Un nuevo estudiante había llegado a Hogwarts, transferido desde Durmstrang. Su nombre era Sunghoon, y según se decía, era un excelente patinador en el mundo mágico. Las chicas ya suspiraban por él, y t/n, aunque curiosa, se encogió de hombros y siguió su camino.

En el aula de Pociones, el profesor Snape comenzaba a dar las instrucciones para la lección del día. Encontró su lugar habitual junto a Ni-ki, quien inmediatamente empezó con sus bromas.

—¿Sabías que hay un nuevo chico? Dicen que es todo un prodigio —dijo Ni-ki, dándole un empujón suave a la chica.

—Sí, ya me enteré —respondió, rodando los ojos—. ¿Y qué? ¿Tienes miedo de que alguien te quite el título de "Rey de los irritantes"?

Ni-ki sonrió de lado, una chispa de diversión en sus ojos.

—Vamos, t/n, sabes que nadie puede competir conmigo en eso.

Justo en ese momento, la puerta del aula se abrió y entró Sunghoon. Alto, con una mirada reservada pero segura, captó de inmediato la atención de todos. Se presentó brevemente y tomó asiento al fondo del salón, sin prestar mucha atención a los susurros a su alrededor.

La chica sintió una punzada de curiosidad. Había algo en la manera tranquila de Sunghoon que le llamó la atención. Durante la clase, trató de concentrarse en su poción, pero no pudo evitar lanzar miradas furtivas hacia el nuevo estudiante. Ni-ki, siempre perceptivo, notó esto y no perdió la oportunidad de burlarse.

—¿Qué pasa? ¿Ya te enamoraste del nuevo? —dijo en voz baja, lo suficiente para que solo ella lo escuchara.

—Cállate, Ni-ki —replicó, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas—. Solo estoy viendo si realmente es tan increíble como dicen.

Después de la clase, t/n salió rápidamente, tratando de evitar a Ni-ki y sus comentarios sarcásticos. Decidió dar un paseo por los terrenos de Hogwarts para despejar su mente. Al llegar al lago, se sorprendió al ver a Sunghoon practicando en la superficie helada. Con movimientos ágiles y precisos, deslizaba sobre el hielo con una destreza que dejaba claro por qué tenía tanta fama.

Intrigada, se acercó lentamente, tratando de no interrumpir. Sunghoon la vio y se detuvo, sonriendo amablemente.

—Hola —dijo con una voz suave—. ¿Eres t/n, verdad? He oído hablar de ti.

t/n levantó una ceja, sorprendida.

—Sí, esa soy yo. ¿Y tú eres Sunghoon, el chico que tiene patines en vez de pies? — bromeó nerviosa.

Sunghoon se rió ligeramente, bajando la mirada con modestia.

—Algo así. Me alegra conocerte. Espero que podamos ser amigos.

La sinceridad en su tono la tomó por sorpresa. Acostumbrada a la actitud burlona de Ni-ki, la amabilidad de Sunghoon era un cambio refrescante.

—Claro, sería genial —respondió, sintiendo que tal vez este año en Hogwarts sería más interesante de lo que había anticipado.