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t/n y Ni-ki seguían acurrucados en el banco de piedra, el cielo estrellado desplegado sobre ellos y la tranquilidad de la noche envolviéndolos en un abrazo apacible. La calidez del cuerpo de Ni-ki contra el de ella le daba una sensación de seguridad. Sin embargo, un pensamiento persistente la llevó a plantear una pregunta que había estado rondando en su mente.

—Ni-ki —dijo t/n, levantando la vista para mirarlo—, ¿alguna vez estuviste celoso de Sunghoon? Durante el tiempo que él estaba cerca, tú parecías tan... distante.

Ni-ki se quedó en silencio por un momento, su expresión cambiando a una de sincera reflexión. Finalmente, suspiró y la miró a los ojos.

—Sí, estaba celoso —admitió Ni-ki, su voz llena de una sinceridad inesperada—. Odiaba verte con él. Cada vez que estaba cerca, sentía que no podía soportarlo. La idea de que él pudiera estar abrazándote o haciendo algo más contigo me volvía loco.

t/n se quedó sorprendida por la franqueza de Ni-ki. El conocimiento de que sus sentimientos no eran solo una simple admiración, sino algo mucho más profundo, la hizo sonreír con una mezcla de ternura y asombro.

—¿En serio? —preguntó, tratando de procesar lo que acababa de escuchar—. Nunca pensé que te afectara tanto.

Ni-ki asintió, su expresión mostrando un leve dolor al recordar el pasado.

—Sí, me afectaba —dijo él—. No solo porque me dolía verte con alguien más, sino porque deseaba poder estar a tu lado, abrazarte y besarte sin que nadie más estuviera allí. Quería ser el único en tu vida que te hiciera sentir especial.

t/n sintió una oleada de emociones al escuchar sus palabras. Su corazón se aceleró, no solo por la sinceridad de Ni-ki, sino por el reconocimiento de que sus propios sentimientos también habían evolucionado hacia algo mucho más profundo.

El chico, con una sonrisa juguetona, rompió el silencio que había seguido a su conversación profunda.

—Sabes, t/n—dijo él, con un tono burlón—, ahora que he confesado lo celoso que estaba, creo que debería añadir algo más.

La chica lo miró, intrigada por el cambio en su actitud.

—¿Ah, sí? ¿Qué es? —preguntó, su curiosidad palpable.

Ni-ki se recostó en el banco, estirando los brazos sobre el respaldo y mirando a t/n con una sonrisa traviesa.

—Ahora que sabemos lo que siento, creo que te debo una advertencia —dijo él, con un tono exageradamente serio—. No voy a permitir que nadie más te mire. Eres mi chica, y eso significa que a partir de ahora, nadie tiene permiso para acercarse a ti.

t/n se sonrojó instantáneamente, sus mejillas adquiriendo un tono rosado. La mezcla de las palabras posesivas y su actitud juguetona la hicieron sentir una mezcla de vergüenza y alegría.

—¡Ni-ki! —exclamó t/n, golpeándolo ligeramente en el hombro—. No tienes que ser tan exagerado.

El chico se rió, disfrutando claramente de la reacción de t/n. Su risa era ligera.

—Oh, lo siento —dijo él, haciéndose el inocente—. No puedo evitarlo. ¿Cómo podría dejar que otros te miren cuando te tengo justo aquí a mi lado?

t/n se rió, a pesar de su sonrojo, y le dio un pequeño empujón juguetón.

—Eres imposible —dijo, mientras se acurrucaba más cerca de él—. Pero me gusta que seas protector.

Ni-ki la rodeó con un brazo, atrayéndola hacia él con una sonrisa satisfecha.

—Siempre lo seré —prometió—. No puedo evitarlo cuando se trata de ti.

Mientras la noche continuaba, ambos se mantenían juntos, el silencio a su alrededor lleno de una comodidad compartida.

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Una noche, mientras Hogwarts se sumía en la tranquilidad nocturna, t/n y Ni-ki decidieron aventurarse fuera de los límites del colegio, usando el Mapa del Merodeador para asegurarse de evitar a los prefectos. Querían disfrutar de un momento juntos sin las distracciones del día a día.

—No puedo creer que estemos haciendo esto —dijo t/n, riendo mientras caminaban sigilosamente por los pasillos.

Ni-ki la miró con una sonrisa divertida.

—Siempre te han dicho que soy un mal ejemplo. Solo estoy cumpliendo con las expectativas —dijo él, guiándola hacia una de las salidas secretas que conocía.

Salieron al aire fresco de la noche y caminaron hacia un claro en el bosque cercano. El lugar estaba iluminado solo por la luz de la luna, creando un ambiente romántico y sereno.

Se sentaron en una manta que Ni-ki había traído, y t/n se acurrucó junto a él, disfrutando del silencio interrumpido solo por los sonidos de la naturaleza.

—Este lugar es perfecto —dijo la chica, mirando las estrellas—. Gracias por traerme aquí.

Ni-ki la miró, su expresión llena de cariño.

—No hay nada que quiera más que estar contigo —dijo él, acariciando su cabello—.

t/n rió suavemente.

—Me gustas, Ni-ki.

— A mi me encantas, t/n— respondió y la chica le dio un corto beso en la mejilla.

El chico correspondió el gesto y la abrazó con más fuerza. En un momento de silencio, Ni-ki se inclinó hacia t/n y la besó con ternura, su beso lleno de una profunda emoción que ambos habían estado guardando. Las manos de Ni-ki comenzaron a recorrer la espalda de la chica y la presionó más contra su cuerpo mientras ella se sentaba en el regazo del chico y acariciaba su cabello mientras lo jalaba ligeramente para profundizar el beso.

De repente, Ni-ki se separó ligeramente, mirándola con una expresión de diversión traviesa.

—Sabes, si alguien nos viera ahora, se daría cuenta de que no podemos mantener nuestras manos fuera el uno del otro —dijo él, con una sonrisa.

t/n rió, mirando a Ni-ki con cariño.

—Me parece que eso no sería un problema para mí. De hecho, creo que me gusta que estés tan cerca.

Se acurrucaron nuevamente, disfrutando de la paz y la tranquilidad del lugar.

En ese momento, todo parecía perfecto. No había problemas ni preocupaciones, solo ellos dos y la promesa de un futuro juntos lleno de momentos como este.

Hechizos [Ni-ki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora