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La noticia de una excursión a Hogsmeade fue recibida con entusiasmo por todos los estudiantes de Hogwarts. Era la oportunidad perfecta para escapar de la rutina del castillo y disfrutar de un día de diversión y libertad en el encantador pueblo cercano. t/n, aunque emocionada, no podía evitar pensar en cómo sería pasar el día con Ni-ki, especialmente después de todo lo que había pasado recientemente.

Cuando el día de la excursión llegó, la chica se encontró con su amigo en el Gran Comedor. Él estaba más animado de lo usual, bromeando con los demás estudiantes y mostrando su típico encanto despreocupado.

—¿Lista? —preguntó Ni-ki, acercándose con una sonrisa.

—Claro que sí —respondió t/n, tratando de igualar su entusiasmo—. ¿Tienes algún plan en mente?

Ni-ki se encogió de hombros, su sonrisa se volvió más traviesa.

—Pensé que podríamos improvisar —dijo—. Pero primero, ¿qué tal si vamos a las Tres Escobas por una cerveza de mantequilla?

La chica asintió, encantada con la idea. Juntos, caminaron hacia Hogsmeade, disfrutando del aire fresco y la compañía del otro. Las calles del pueblo estaban llenas de estudiantes, todos disfrutando de su día libre. Al llegar a las Tres Escobas, encontraron una mesa en un rincón acogedor y pidieron sus cervezas de mantequilla.

—¿Recuerdas la última vez que vinimos aquí? —preguntó Ni-ki, tomando un sorbo de su bebida.

Ella sonrió, recordando la ocasión.

—Sí, fue el año pasado. Creo que terminamos comprando un montón de dulces en Honeydukes —dijo, riendo.

—Y luego pasamos horas intentando hacer que Heeseung se riera con nuestras bromas malas —añadió Ni-ki, riendo también.

La conversación fluyó fácilmente entre ellos, llena de recuerdos. A medida que el día avanzaba, visitaron varias tiendas, probándose sombreros ridículos en Zonko's y comprando dulces en Honeydukes. Ni-ki no dejaba de provocarla, haciéndola reír con sus comentarios sarcásticos y bromas ingeniosas.

En un momento, mientras caminaban por una calle menos concurrida, su acompañante se detuvo frente a una tienda de artículos de Quidditch.

—Mira esto —dijo, señalando una escoba nueva y brillante en el escaparate—. Algún día tendré una de esas.

t/n lo miró, su expresión divertida.

—¿Y para qué necesitas otra escoba? La que tienes es perfectamente buena —dijo, burlándose ligeramente.

—Siempre hay espacio para mejorar —respondió Ni-ki, sonriendo y haciendo una pausa para mirar a la chica—. Además, con una de estas, podría impresionarte aún más.

t/n sintió su corazón latir un poco más rápido ante su tono coqueto. Intentó mantener la compostura, pero no pudo evitar sonreír.

—Me impresionas lo suficiente ya —admitió, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas.

El chico la miró, sus ojos brillando con una mezcla de diversión al ver la reacción de ella.

—Es bueno saberlo —dijo suavemente.

Continuaron su paseo por Hogsmeade, disfrutando de la compañía del otro y de la atmósfera animada del pueblo. Al final del día, se encontraron sentados en un banco cerca del lago, observando el sol ponerse sobre el horizonte.

—Ha sido un buen día —dijo la chica, suspirando con satisfacción.

—Sí, lo ha sido —respondió Ni-ki, mirándola con una sonrisa—. Gracias por pasar el día conmigo.

Hechizos [Ni-ki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora