Beastars.

Temp. 2. Capítulo 6: Contando ovejas

Tal como se diseñó Cherryton, el campus era un gran terreno forestal, mantenido por un equipo de jardineros.

El campus en sí estaba dividido desde el exterior por muros de ladrillo que rodeaban casi por completo la escuela, aunque había algunos lugares en los que se utilizaban vallas de alambre, como el triturador de basura junto a la puerta de entrada trasera y el lado sur de la escuela que daba al océano.

La pequeña abertura que se abría en la línea de árboles junto a un baño era un espacio abierto para observar la vida de la ciudad y, al mismo tiempo, contemplar el océano. Un lugar que las parejas solían visitar por su ambiente romántico. En el centro del campus había tres edificios principales conectados por pasillos en los pisos superiores.

De izquierda a derecha, se encontraba el edificio del club, que albergaba las salas específicas del club, así como varias casetas pequeñas detrás de los edificios principales que se usaban como medio de almacenamiento o para necesidades específicas del club, como la zona insonorizada de las salas de música en la que se podía practicar sin molestar a las demás clases. El edificio central y más grande consistía en las clases, las salas de conferencias y de proyección, la cafetería y la sala de descanso. Y, por último, estaba el teatro. Había muchos otros edificios más pequeños alrededor del campus que albergaban la administración, oficinas importantes para estudiantes y otras facultades.

El jardín de los estudiantes estaba en la parte superior del edificio del club. El techo del edificio principal estaba ocupado por la piscina, algunos árboles, la caseta del conserje y el nombre de la escuela escrito en grandes letras de metal.

Los dormitorios eran dos edificios opuestos. A poca distancia del trío principal, rodeaban un pequeño sendero cuyo centro era un campo abierto con solo unos pocos árboles, el lugar soleado para los estudiantes en pleno verano.

Alrededor de los dormitorios también se encontraban la pista de atletismo principal, la cancha de baloncesto y el campo de fútbol. Básicamente, los terrenos deportivos de la escuela. Era algo que Legosi había intentado visualizar en los últimos días. Los caminos por los que caminaría el oficial Strightman cuando estuviera de patrulla. Las áreas que más usarían los estudiantes serían las principales áreas que patrullaría.

Legosi no sabía qué era, pero algo en esa situación no cuadraba. La sensación de saber que el policía iba a encontrar o causar algo que solo causaría más problemas. No se podía confiar en los adultos de la escuela, como se vio por lo mal que manejaron un secuestro. Por lo tanto, un asesinato que rondara por los terrenos de la escuela probablemente sería igualmente mal manejado y tratado de manera horrible.

Tal vez el lobo simplemente estaba preocupado por que la brecha entre herbívoros y carnívoros se hiciera cada vez más grande. Ya había sido un problema, pero era probable que fuera a empeorar.

Miró por la ventana del dormitorio, el sol se hundía en el océano de árboles que había debajo de su ventana. Solo la mitad de la esfera seguía arrojando cálidos rayos de sol hacia la habitación. Suspiró. Teorizar en su habitación no ayudaba en absoluto. Tendría que hablar con Strightman para averiguar más sobre la situación y qué más sucedería pronto. Tal vez incluso aprendería algo más sobre los asesinatos en sí.

Legosi miró su teléfono, la hora marcaba las 8:16. Se puso de pie, dejando una nota en la litera de Jack, el labrador había decidido prepararse demasiado para el próximo examen, y siguió estudiando en la biblioteca hasta las 9:30 en punto. En ese momento, probablemente, una vez más, lo detendría una labrador hembra tan negra como la noche misma. Parecía que recientemente le había cogido cariño. Legosi no podía recordar su nombre en ese momento, pero sabía que Jack había comenzado a hablar de ella de vez en cuando. Probablemente no regresaría al dormitorio hasta mucho después del toque de queda.