Capitulo 24

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T/n Davis

El cuello me duele y siento mis pulmones arden cuando respiro, trato de concentrarme pero el zumbido molesto que tengo en mi cabeza no me deja hacerlo.

Cómo puedo me quito el cinturón de seguridad, mala idea ya que por la gravedad caigo lastimándome mas de lo que estoy. La vista se me nubla cuando trato de enfocarme y buscar a Máximo o Yung.

Los neumáticos me ponen de nuevo en alerta y los nervios se apoderan de mi. Me duele demasiado la cabeza. Y no creo estar bien para defenderme

Los disparos se escuchan y supongo que la seguridad de papá es quien está respondiendo al fuego. La puerta de mi lado se abre con brusquedad y cuando noto quien es, el corazón se me estabiliza

— vamos hay que salir— Máximo me toma del brazo intentando ayudarme a salir del auto que está volteado. Y cuando casi estoy afuera siento otro par de manos jalándome más rápido

— ustedes, acompáñenlos — Los hombres de papá nos rodean y me ponen a pasar saliva cuando veo la cantidad que son

— Thomas— logró llamarlo en un susurro. Los guardias que me cuidaban en Boston están aquí y definitivamente no es una buena señal— cuídate— Asiente y tres de ellos nos acompañan

— ¿y Yung? — preguntó por el otro guardia de Taehyung

— está muerto — asiento  pasando saliva y Máximo me toma de la mano adentrándonos al bosque.

El plan, por lo que logró entender, es perderlos en el bosque, no podemos regresar a casa aún estamos muy lejos  y la mejor opción es regresar por donde venimos

Máximo no se separa de mi y aunque los hombres de papá también me cuidan él es el único preocupado por cómo me veo ya que cada ciertos tiempo  me pregunta si estoy bien, cojeo cuando camino

Siempre fui la más débil de los cuatro, cuando de resistencia física se trata Melanie era la mejor, y Elizabeth y Damien fueron los mejores en combate cuerpo a cuerpo, era de esperarse de pequeños siempre se peleaban entre ellos
y yo bueno yo prefería quedarme mirándolos. Ahora me arrepiento. No digo que soy mala solo que hay mejores que yo

Estamos lejos, ya hemos caminado varios metros y los disparos se han dejado de escuchar.

— ¿quieres eran? — pregunto mientras nos detenemos y tomamos un poco de aire

— no sabemos— responde John — quizás el sepa algo

Los crujidos de las ramas se escuchan y ponen alerta a los cuatro hombres que me acompañan. Máximo reafirma su agarre y no deja que ninguno de mis hombres se acerque. Confiamos en él, es lo único que repite mi cerebro

— yo los cubriré — John se esconde entre los árboles mientras nosotros avanzamos a pasos apresurados intentando escapar.

Los disparos se vuelven a escuchar poniendo alerta a todos. Los otros dos se vuelven a distanciar  no sin antes entregarme un arma.

Con dolor comienzo a correr mirando para todos lados buscando una señal de escapatoria pero no la encuentro. Los crujidos de las ramas se vuelven a escuchar, están más cerca y de la nada tres hombres aparecen frente a nosotros obligándonos a detenernos. Son tres no es mucho pero ellos no están lastimados

— piérdase yo los contendré— susurra el grandote pegado a mi espalda

— olvídalo, estamos juntos en esto — le recuerdo y asiente

Los tres se acercan y eliminó a uno de inmediato, la mano jamás me a temblando a la hora de disparar y si mis amigos eran mejor en resistencia física y combate cuerpo a cuerpo mi puntería superaba a la de ellos

La Dama de la Mafia / KTH+18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora