Princesa oscura

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Hermosa diablilla, rogando de placer, de rodillas en el suelo, mientras mis dedos dibujan siluetas de erotismo por tus facciones. Aquí te tengo,  frente a mi, atando tu ansiedad de querer tocarme a la pata de la cama para enloquecer tú paciencia.
He decidido perpetrar tu cordura a la esencia de querernos en todos los tiempos, aunque mi piel se haya alejado de la tuya y mis ganas ya no reclamen la misma frecuencia de tu locura. Has devuelto al bandido que se encontraba dentro de mí, aquella bestia indomable capaz de hacer latir corazones a mil kilómetros de distancia. Escapar de mi se te hace imposible, hoy eres mi reina, pero mañana serás mi esclava...

Escritos que refugian el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora