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Rin trabajaba en su escritorio, estaba muy feliz de que aquel día le estuviera saliendo tan bien, había conseguido un magnífico empleo, sus jefes parecían buenas personas, incluso el peliplata , el señor Sesshomaru, que aunque mal encarado le parecía una persona muy educado y definitivamente sabía lo que hacía, no por nada era el jefe del departamento.

En eso cuatro mujeres rodearon su escritorio, ella las miró, ninguna se veía amigable.

—¿Quién eres tu?

—¿Xq andabas de resbalosa con nuestro Sessh?

—Él es nuestro.

—Mas vale que te alejes de él—Rin solo bajó la mirada, aquello le recordó cuando era golpeada y acosada en el colegio y en la universidad, unos por ella ser de escasos recursos, otros por no tener familia, otros simplemente por diversión.

—No eres bienvenida.

—¿Que hacen aquí?—la voz del peliplata las hizo pegar un brinco—¿No tienen trabajo que hacer? Entonces traiganme sus proyectos, los voy a revisar—él estaba tras ellas con una cara de pocos amigos.

—Aún no termino—dijo una recibiendo una mirada severa—¡Ya mismo voy!—se retira y las otras también huyen despavoridas.

—¿Me darás problemas?—le pregunta a Rin quién seguía con la mirada baja, ella negó despacio—¿Has terminado?—ella le entrega una carpeta, el peliplata lo revisa y se lo devuelve—continua—Se va.

Rin lo mira alejarse ¿Acaso eso era bueno? No le había dicho nada malo ¿Había venido para ver como iba o había notado que necesitaba ayuda? Como fuera le agradecía su intervención.

Al terminar el día recogió sus cosas y fue a despedirse de él con una reverencia sin decir nada, Sesshomaru no respondió a esto pero igual ella se retiró, al cruzarse con Naraku también le hizo una reverencia y siguió su camino con una sonrisa radiante.

—¿Que tal su día?—le preguntó a Sesshomaru el pelinegro.

—¿Es muda?

—No, por lo que dice su expediente tiene problemas de comunicación y para relacionarse desde luego que perdiera a su familia, hazla sentir segura.

—¿Quién dijo que me interesa relacionarme con ella? Mejor que siga trabajando en silencio.

—¿Y que tal se adapta a ti?

—Para ser su primer día muy bien en realidad.

—Viniendo de tí eso es un prodigio—rió ligeramente Naraku—sigue así.

Los siguientes días transcurrieron en silencio, solo interrumpido por acotaciones de parte de él, la verdad si se sentía cómodo trabajando con la chica. Algunos de esos días ella le traía alguna merienda cacera pero él lo rechazaba, no acostumbraba a comer nada dulce y tampoco quería que ella confundiera lo laboral con otra cosa pero ella parecía no molestarse con sus rechazos, por el contrario seguía con su trabajo con tranquilidad.

☀️

Ese día Rin se despertó más temprano de lo regular, ya un mes desde el inicio de su trabajo, guardó sus alimentos y en un termo aparte café, estaba agradecida del trato de su jefe pero al parecer él no era amante del dulce así que había preparado un café con un toque de nuez, esperaba esta vez sí lo aceptara xq se quedaba sin opciones.

También organizó una carpeta para Naraku, su jefe principal. Ya había tenido su primera consulta así que lo más correcto era notificar de su embara, esperaba que no hubiera inconveniente ya que le había gustado trabajar allí, aún cuando el personal femenino aparentemente la odiaba.

Sólo MíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora