𝙸𝚅

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                                ⊹ 𝐋𝐀 𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎́𝐍 ⊹

Me puso un vestido, obviamente más cómodo, pero bello.

Para salir y dejarme guiar por Nathaniel, quien todavía está todo ensangrentado...

Aunque le dije que me mostrará eso después, para que fuera a bañarse y descansar, pero él me dijo que no.

Que no tenía tiempo, no entendi eso...

Lo note algo ansioso mientras voy detrás de él, ya que no se a donde me está guiando.

Me está llevando fuera del Castillo a un lugar que desconozco.

Tampoco salgo mucho, hay veces que voy al submundo, pero casi nunca voy sola y tampoco estoy ahí tanto tiempo del necesario...

Entramos al bosque que queda detrás del Castillo, pero estamos muy adentro al bosque, el cual es algo tenebroso. Como todavía está oscuro y lo único que da una escasa luz es la Luna, los gigantesco pinos sombríos le dan ese toque terrorífico al bosque.

Y la niebla que se forma, lo que hace que nuestra visión sea inestable.

De verdad, nose como Nat sabe por donde va, yo ni se donde estoy parada...

-Nat, ¿cuanto Falt...? -no pude terminar ya que tropese con algo y caí al suelo.

¿Qué pasa conmigo hoy?, estoy muy torpe

-¿Estas bien? -pregunta Nat mirando desde arriba...

-Si vale, solo quise descansar un momento aquí -hablo irónicamente -¿Tu qué crees? -me levante con la ayuda de Nathaniel.

-Vamos, que falta poco para llegar -dice apresurando el paso sin soltar mi mano.

Después de pasar unos pinos extraños, llegamos a una cabaña, la cual se veía desgastada. Con enredaderas de plantas alrededor, con polvo, se notaba que nadie le venía a dar cuidado.

-¿De quién es esta cabaña? -pregunte con algo de curiosidad.

-Del dueño

-Que chistoso -puse los ojos en blanco

Nat abrió la puerta sin ningún problema y nos adentramos a la aterradora cabaña.

No vi a nadie, solo oscuridad -Nat, ¿no me sueltes? -digo nerviosa.

No es que me de miedo la oscuridad, todo lo contrario me gusta estar en ella, solo que con Nathaniel siempre hay algo a que temerle.

-Tranquila peque -diciendo esto, él prende fuego dando unos golpes a la yesca...

Quiero una de esas...

-¿Por qué no me dejas tener una de esas? -señalo la yesca

No me responde y veo como el fuego avanza al rededor de la casa, pero no está incendiándose, es como si estuviera dirigida para iluminar la casa de una manera muy linda.

-Es porque soy chica, ¿verdad?

-No, es porque estas loca -me expresa con mucha sinceridad.

Bueno, eso no lo voy a negar... Pero tampoco se lo voy a aceptar.

-Callate -le sacó la lengua -andas muy chistoso hoy, ¿A qué se debe el placer? -digo con sarcasmo.

-A esto -señala abriendo una puerta.

Guio mi mirada a donde él está diciéndome...

Otra vez no...

[... ]

Trono en llamas [1/3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora