𝚅𝙸

31 15 32
                                    

Se que Nathaniel volverá a mi pidiendo ayuda, siempre pasa lo mismo.

Él no sabe controlar sus ataques y yo siempre limpio sus desastres

Es como un ciclo que no acaba

Aunque... En estos momentos es lo que menos me preocupa, ya que las cosas se están volviendo un desastre.

Después de la pelea con Nathaniel me vine al castillo, en cuanto llegue las cosas eran totalmente diferentes.

Cambiaron los guardias en cada lugar del Castillo y pusieron más guardias serca del trono, al igual que la servidumbre, dejaron uno que otra sirviente que trabaja aquí hace mucho tiempo.

Si no hubiese llegado a tiempo Ari no siguiera en el castillo... Aunque no creo que los hallan dejado libres así de fácil, pero nadie quiere darme información

En estos momentos estoy en mi cuarto con Ari, quien está algo confundida por tantos cambios.

Esto es gracias al heredero al trono, quiere decir; mi querido y cavernícola hermano mayor.

-Ari... -unos golpes en la puerta no dejaron que terminará de hablar -Adelante -digo con molestia

Entra un hombre fornido con el cabello largo de color negro, tés blanco, una cicatriz que trasaba sus labios, y unas facciones que daban a entender los peligro en los que había estado -El Príncipe Davin quiere verla, señorita -habla recorriendo mi cuerpo de arriba hacia abajo.

Ya no traía el vestido que manche al enterrar el cuerpo de ese hombre, tenía puesto un vestido un poco ajustado a mi figura, un poco más que el de ayer

Empiezo a caminar en dirección al pasillo pero él me detiene -Con su dana de compañia también -agrega mirando a Ari.

-Vamos Ari -digo sin dejar de caminar, ella se posiciona a mi lado sin perderme el paso

-¿Para que cree usted que nos está solicitando el señor Davin? -dice Ari mirando al hombre a nuestra espalda y volviendo su mirada al frente.

-No se, espero que sea para algo bueno -digo intentando ocultar mi desconfianza de todo esto para que Ari no se preocupe

Tengo un mal presentimiento...

Estamos frente a las grandes puertas del salón las cuales se abren en cuanto el Guardia que nos trajo toca una sola vez.

Al abrirse vi a mi hermano parado a un lado de su silla en la segunda mesa.

Su mirada callo en la mia, vi como levanto la comisura derecha de su boca al darse cuenta que no quite la mirada

-Hola hermanita -habla rompiendo la tensión que había en el aire

-Hola

-¿Por qué ella sigue aquí? -habla serio refiriéndose a Ari

-Porque es mi dama de compañia, y no se va sin que yo lo ordené -digo sin importarme su opinión

Él se separa de la mesa y viene hacia nosotras, me mira fijamente a los ojos -No me desafies, Lina -su voz salió ronca e intimidante.

Le iba a responder, pero abrieron las puertas sin avisar, volteo para ver quién es, y para mi suerte se aparece el chico de ayer

-Naikel, te dije que no nos interrumpieran -habla Davin molesto

-Lo siento señor...

-¿Qué pasa hermano? -entra Nathaniel interrumpiendo a... Naikel -Deja de intimidar a nuestra hermana pequeña -dice con una sonrisa en el rostro, yo pongo los ojos en blanco ante su referencia

Trono en llamas [1/3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora