Amor de hospital || Sanzu Haruchiyo

𝟔.

Lo subo pronto 😽😽

Sanzu's pov

Como ya se sabía, a Sanzu ya le dieron el alta del hospital.

Por lo que el ya podría volver a trabajar.

El despertador de su móvil solo a la misma hora de siempre: 05:30

Estuvo sonando durante 5 minutos y cuando el chico se despertó, se dio cuenta de que no estaba en su casa. Ni en una casa más bien, estaba en un banco.

Con un dolor de espalda y de cuello, por la mala posición en la que tuvo que dormir de una forma la cual ni el se acordaba, se tuvo que levantar.

Le dolían los ojos y la nariz, ¿Tan rápido había traicionado la confianza de Eiko?

Miro su móvil y desactivó el modo "no molestar". Vio todas las llamas perdidas y mensajes que le dejaron:

Rindounu
10 mensajes
5 llamadas perdidas

Rana
3 mensajes
7 llamadas perdidas

Caca de chowchow
10 llamadas perdidas

Mikeeyyy
2 mensajes
1 llamada perdida

Sugar mommy
1 mensaje
4 llamadas perdidas

Ei⭐️
2 mensajes

Aunque el obviamente solo vería los mensajes de Eiko
________
Ei⭐️

Sanzu, ¿qué chiste es ese?
Es pésimo JAJAJAJAJ
________

El pensar que hizo reír a la chica con su "chiste" lo hizo sonreír.

"No serviría para hacer monólogos no?"

Le volvió a escribir.

Obviamente era demasiado pronto como para que ella estuviera despierta.

Guardo su móvil en uno de los bolsillos de su chaqueta y se levantó.

Era hora de visitar a la organización.

...

Como cada día y a la misma hora (6:30) todo alto rango de Bonten se reunía para hablar de cualquier tema importante. Como por ejemplo otras mafias que estaban jodiendo territorios, tasa de traidores y entre otros.

Ese día no iba a ser menos, así que ahí se encontraban todos los más importantes. Menos uno.

— ¿Vamos a seguir esperando, jefe?— Preguntaba Takeomi con su barbilla apoyada en su mano.

— Claro que sí, no podemos empezar si no estamos todos juntos.— Respondió el peli blanco.

Estuvieron esperando 5 minutos más, hasta que por fin el teñido entró.

— Buenos días a todos.— Dijo de forma energética saludando a todos con una gran sonrisa.

Tenía el traje manchado y cuando por fin el chico se sentó y abrió los ojos vieron lo rojos que estaban.

— No te voy a preguntar ahora por qué estamos en una reunión, pero más te vale decirme luego donde estuviste.— Le susurraba Koko a Sanzu con cierta intriga.

Si es verdad que ver a Sanzu en ese estado no era nada del otro mundo. Pero normalmente en los días de reuniones siempre aparecía con ropa limpia y con una apariencia de modelo.

¿¡Dónde está el Sanzu que teme descuidar su imagen!?
Pues hoy no estaba.

Las preguntas fueron las mismas de siempre.