Amor de hospital || Sanzu Haruchiyo

𝟖.

Se me pasó el día, sorry

— ¿Por qué Sanzu actúa de manera rara?— Preguntaba Mikey a los Haitani.

— Por una tía, ya llevan unos seis meses conociéndose si no mal recuerdo.— Responde Ran.

— ¿No te habías dado cuenta hasta ahora?— Le pregunta ahora Rindou.

Y si, habían pasado seis meses desde que Haruchiyo Sanzu conoció a Takagi Eiko.

Sanzu ya llevaba tiempo pensando si se gustaba de ella o no, y el sabía que si se gustaba de la rubia.

— Como queréis que me de cuenta.

— Vamos jefecito, dejo de fumar por ella.— Habla Ran.

— El que más feliz debería estar eres tú, sonríe hombre.— Le sigue Rindou.

Ellos se encontraban en la oficina privada de Manjiro.

— Iros.— Dice seco.

Ran suspiró y se levantó junto a su hermano.

Ambos salieron de la oficina como su jefe se los ordenó y fueron hasta su coche.

— ¿Crees que le habrá molestado?— Preguntaba Rindou.

Ran solo se encogió de hombros y arrancó el coche.

Era muy pronto, así que aprovecharon a ir a alguna panadería a desayunar.

— Luego vamos a comprar ropa.— Dice Ran.— Noto mi armario demasiado vacío.

— Está bien, así aprovecho y compro una funda de móvil nueva.

Una vez llegaron a Roppongi, fueron a una de las panaderías a la que solían ir a desayunar cuando eran adolescentes.

Era una de sus favoritas ya que aunque no fuera muy conocida, servían muy buenos desayunos.

Era una panadería infravalorada y todo por que ningún famoso la promocionó.

La gente no sabía lo que se perdía.

— Buenos días, ¿Qué desean?— Pregunta una chica con el pelo corto negro, la encargada a esa hora.

— A mi dame un café cappuccino y un croissant, por favor.— Habla primero Ran.

— Está bien, ¿Y usted caballero?— Pregunta ahora mirando a Rindou.

— Un café corto de café y tostadas con mermelada.— Le respondió.

Aquella chica asintió y fue a preparar aquella orden.

Mientras, los hermanos fueron a una de las mesas.

Como fue mencionado, la panadería no era muy conocida y se podía ver de forma muy clara ya que más de siete personas no habían. Eso que habían hasta dos pisos.

Y normalmente en una panadería "famosa" de roppongi solían haber muchas más.

— Ahora que lo pienso, hace mucho que no veo a Sanzu.— Habla Rindou.

— Ya...— Le sigue Ran.

— ¿Estará en aquel hospital?— Pregunta.

— A saber, igual le volvió a dar una sobredosis y esta vez no sobrevivió.— Ran se rio.

— Que malo eres, te ríes de eso.— Rindou también tapó su boca.

El primer pedido que llevaron fue el de Ran.

— Ahora traigo el suyo, las tostadas se están haciendo.— La peli negra se inclina de forma simple.