Eternos Siempre

Capitulo 24

— Mami... ¿Estás bien?— pregunta Anny. Estamos sentadas en el suelo mientras la abrazo. Decidí venir antes y, a penas entré, senté a Anny en mi regazo y la abrase.

La miro con adoración luego de darle un beso en la nariz—. Sí, cariño. Solo tuve un mal día en el trabajo y te extrañe.

— Estas... ¿Estás triste?— pregunta con inquietud. Suspiro y niego sonriendo. Anny es muy intuitiva y siempre sabe mi estado de ánimo sin decirle mucho. Ella baja la cabeza al ver que no le diré nada pero luego sonríe— Maddy me llevo al parque otra vez. ¡Comimos helado!— comienza a contarme. Le di la tarde libre a Maddy y, como Ale se ofreció a cuidar a Anny, le dije que podía tomarse la noche también. Anny se levanta y va a buscar su cuaderno para enseñarme las tareas que hizo en la guardería—. La cuidadora me felicitó. Hice toda mi tarea.

— Eso está bien, cariño. Esa es mi niña.— paso las páginas viendo algunos dibujos que hizo junto con palabras cortas representando la inicial de cada vocal. Noto que la cuidadora dejo un mensaje al final de la tarea. Una reunión de padres para una fiesta que tendrán los niños. Tendré que pedirle a Mike que me cubra—. Están muy bonitos, Anny.

— Si... Eh... Mami mira...— se acerca dudando,  suspira y me enseña un lindo collar. Tiene una fina cadena dorada y un dije de estrella fugaz. Noto que brilla un poco y que la estrella tiene un color azulado iridiscente.

— ¿De dónde sacaste esto, Anny?

— Fue un regalo... Me lo dió mi amigo, Deneb.

Frunzo el ceño al oírla. Deneb fue el niño que encontramos en el parque, además de ser sobrino de Ethan. Fue muy amable y, por lo que me ha contado Maddy, se ha hecho amigo de Anny. Todas las tardes va al parque y juegan juntos. Lo raro es que Maddy me ha dicho que el chico ha ido con un hombre que parece ser su guardaespaldas. Ni rastro de sus padres. Aunque quizás ambos trabajan y no les queda tiempo para ir con el niño. Así que no los juzgo sin saber. Devuelvo la mirada al colgante, se ve que es algo costoso. Anny casi nunca acepta regalos de nadie a menos que tenga mi aprobación y, cuando no estoy, ella simplemente niega diciendo que no puede aceptarlos. Dudo unos segundos y suspiro.

— Cariño, creo que deberías devolverlo,— inicio. Anny me mira sorprendida y hace un puchero—, no sabemos de dónde lo saco. Quizás es de su madre. Los niños a veces toman las cosas sin permiso y se las regalan a sus amigos.

— P-pero... ¡Yo nunca le regalaría al señor Patitas!

— Lo sé.— suspiro y lo intento de nuevo—. Aún así, debes preguntar de dónde lo saco y si tiene permiso para regalarlo. Si es así, puedes aceptarlo.

— El señor Ross dijo que podía tenerlo. No quería aceptarlo porque no sabía si podía tenerlo pero Deneb pregunto y el señor dijo que estaba bien.

— Mmh...— pienso un segundo en sus palabras y asiento. Anny es honesta conmigo y nunca me ha mentido, no creo que empiece a hacerlo ahora. Aún así, saldré con ella al parque, veré quién es ese tal Ross y tendré unas palabras con Deneb—. Está bien, puedes tenerlo. El sábado iremos al parque, quiero ver a Deneb y también al señor Ross, ¿Es su guardaespaldas, no?

— Sí, Deneb dijo que cuida de él porque su papá está ocupado con otras cosas.

Asiento y dejo el asunto. Juego unas horas más con Anny hasta el anochecer. Le preparo la cena después de que se diera un baño.

— ¿No vas a comer?— pregunta cuando salgo de la habitación con un vestido negro con tirantes, me llega un poco más arriba de las rodillas y se ciñe a mi cuerpo.

— Tengo que salir con... Un amigo. ¿Quieres que me quede? Podemos ver una película o...

— No, no. Quiero jugar con la tía Ale. Puedes ir.— Algunas veces pienso que Anny tiene más edad de la que en realidad tiene. Es una niña muy inteligente y me sorprende siempre su manera de ser o pensar. Sonrío con dulzura y, no por primera vez, me pregunto quiénes serán sus padres y si la abandonaron o quizás fue robada al nacer. También me da mucha dulzura notar que ya pronuncia la erre con más facilidad.