Todos entraron en la mansión Ferrucci y se dirigieron al salón, donde sobre la mesa principal había algunos aperitivos para los demás. Normalmente en una boda debería haber cena de celebración, pero ninguna de los familias tenía intenciones de hacerlo. Así que omitieron ese paso.
Aunque parezca que una familia con tanto dinero como los Armani o los Ferrucci debían de tener mayordomos y cocineras que les ahorrasen el trabajo, en la mafia eso era como un suicidio al tener gente en tu casa que podía delatarte a la policía en cualquier momento. Por ello las tareas de la casa se las repartían entre ellos como una familia cotidiana.
-Sentaos. Dijo Ágata señalando el sofá de terciopelo burdeos.
Angélica y Francesco seguían sin compartir palabra, solo sus miradas se encontraban de vez en cuando inesperadamente.
Guido Ferrucci entró en la sala con dos carpetas con folios en su interior. En cada una ponía el nombre de cada familia. Debería ser solo una carpeta para los novios, pero este matrimonio no era como los de siempre y cada familia debía de plantar por escrito que sus bienes quedaban a cargo de sus respectivos hijos.
Así, como ya estaban casados, era una forma más segura de heredar la fortuna que estando solteros y desprotegidos.
Colocó los papeles sobre la mesa y soltó dos bolígrafos de plata.
-Bien, cuando queráis podéis empezar a firmar papel por papel.
Angélica sabía por la cara de su padre que sería capaz de estrangular al señor Armani allí mismo, pero el acuerdo le beneficiaría y eso era algo que no podía negar.
Mientras, los hermanos pequeños se encontraban sentados en la alfombra jugando al Jenga evadiéndose de los tratos de sus padres..
-¡Angélica! La llamó su madre mientras daba un chasquido con los dedos.
Ella echó la vista arriba y volvió al presente, ya que se había sumido en sus pensamientos sin darse cuenta. Y entonces se encontró a Francesco mirándola fijamente, que estaba sentado enfrente suya, con sus ojos esmeraldas puestos en los suyos.
¿Qué intentaba intimidarla? Porque no lo conseguiría. Aunque notaba como el pulso se le aceleraba, aunque intentaba ocultarlo.
-Firmar cada uno en sus papeles y luego en los del otro. Dijo su padre.
Y así lo hicieron, marcando con su firma el cierre de este acuerdo por conveniencia.
Cuando Angélica alargó el brazo para agarrar el papel de su "esposo", y Francesco hizo lo mismo, sus brazos se enredaron provocando un escalofrío en sus cuerpos.
-Perdón. Dijo Francesco con un tono frío retirando el brazo rápidamente.
Ella al darse cuenta de que no había cogido su carpeta, la cogió y se la dio antes de que pudiera reaccionar.
Él simplemente le dedicó una pequeña sonrisa como agradecimiento mientras tragaba saliva y comenzaba a firmar los papeles.
"Que tío más antipático" Pensó Angélica, avivando su odio.
-Bien, aquí tenéis. Dijo Guido entregando la carpeta que le pertenecía a los Armani.
-Entonces...-Dijo el padre de Francesco levantándose del asiento.-Ya está cerrado el acuerdo verdad ¿Guido?
-Así es, y por lo tanto, espero que cumplas con tu palabra de devolverme a mi hijo mayor. Dijo con una mirada asesina.
Angélica frunció el ceño y puso toda su atención en los hombres, que se encontraban cara a cara mirándose.
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Cuando la Mafia nos une (Rivals to lovers)
Novela Juvenil"Nos protegeremos el uno al otro porque estamos casados, solo por eso" Las familias rivales Ferrucci y Armani ligadas a la mafia Italiana deciden casar a sus hijos por el bien del futuro de su negocio con el dinero. Aunque Angélica y Francesco se od...