Después de organizar mi trabajo y de dejarle instrucciones a mi madre para que fuera a cuidar mi departamento y mis plantas, me dispuse a ir hacia el aeropuerto para por fin viajar a Seúl (mi lugar en el mundo).
El viaje fue de todo un día haciendo escala en Paris por unas horas lo que me permitió conocer esa hermosa ciudad y ver de cerca la torre Eiffel. Luego de esa escala, y después de otras diez horas de viaje me encontraba en el aeropuerto de Seúl sin poder creer lo que me estaba sucediendo.
Después de hacer el check-out y recuperar mi equipaje, a la salida estaba esperándome un hombre bajito con edad indefinida ( los orientales tienen esa virtud de parecer jóvenes por siempre), vestido con un traje negro y un cartel que decía mi nombre.
Me acerque y en mi coreano básico (solo se decir buenos días, buenas noches, hola, adiós, perdón y gracias) le dije buenos días e hice una pequeña inclinación hacia adelante (por suerte mi experiencia en series coreanas me ayuda en estas situaciones) y con expresión de sorpresa, el señor respondió de la misma forma. Me presento en mi ingles fluido y rápidamente me agarra la valija y con mucho respeto (siempre inclinándose y haciendo como una especie de reverencia) me guía hacia el coche que me iba a llevar a mi hotel, un Audi color negro increíble.
Ahí me entere que era chofer de la empresa y que iba a ser quien se iba a encargar de mi en los traslados durante toda mi estadía en Corea. Ese traslado hacia el hotel fue un sueño, edificios enormes, tecnología, mucha gente caminando, hermosos parques, todo muy limpio y organizado, semáforos que son interactivos, era maravilloso lo que miraban mis ojos y superó mis expectativas, parecía una nena que se encontraba en Disney y me sentía plena y feliz.
Luego de cruzar una autopista y el puente Banpodaegyo conocido por tener la fuente de agua mas grande del mundo, llegamos al hotel Namdaemun. Un edificio altísimo y lo mejor de todo es que contaba con un gimnasio que podía usar cuando quisiera y así poder seguir entrenando.
Llego a la habitación acompañada por un chico aproximadamente de mi edad que me abre la puerta, me da un pequeño tour y me indica todo lo que necesitaba saber sobre como manejarme por cualquier cosa que necesitara. También me indico los horarios de limpieza de las habitaciones y como se usaba la caja de seguridad para guardar mis efectos personales. Le agradezco siempre con una pequeña inclinación ya que los orientales no son de dar la mano ni del contacto físico, (eso es muy de occidente).
Cierra la puerta y me tiro en la cama boca arriba tratando de procesar la vorágine de sentimientos que estaban pasando por mi cuerpo y mi mente, mi corazón no dejaba de palpitar como un caballo galopando y mis ojos no dejaban de lagrimear.
¿Esto es real, me esta pasado de verdad?
SI ERA REAL, LO QUE NO SABIA EN ESE MOMENTO ERA QUE RECIEN COMENZABA LO QUE IBA A SER LA HISTORIA MAS HERMOSA Y MARAVILLOSA DE MI VIDA.
HAY DESTINO, DESTINO IMPREDESCIBLE, VERTIGINOSO Y EXITANTE..........................
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Historia de amor en Seul
Teen FictionGabriela, una joven bella y soñadora esta atrapada entre dos amores, uno real y otro al que solo puede ver en una pantalla con su k-drama favorito. Pero, de repente y sin planearlo todo da un giro cuando el destino y un viaje a Corea (su lugar en...