La película comenzó y la sala se llenó con el sonido de las risas y diálogos en la pantalla. Aiko, acurrucada entre sus padres, sonreía al sentir el calor y el confort de estar en casa. Bakugou, sentado a un lado, estaba claramente disfrutando del momento a pesar de su actitud habitual de no demostrar emociones.
Shoto, que se había acomodado en el otro extremo del sofá, miraba con atención a su hija y luego a su esposo, observando cómo Bakugou trataba de actuar con naturalidad mientras sus gestos revelaban la satisfacción de tener a su familia reunida.
-Papá, ¿te acuerdas de la última vez que vimos una película juntos? -preguntó Aiko, girando la cabeza hacia Bakugou con curiosidad.
-Claro que sí, fue hace un par de semanas. Creo que vimos una película de aventuras, ¿verdad? -respondió Bakugou, con una leve sonrisa en el rostro.
-sí, y tú estabas más emocionado que todos nosotros -recordó Aiko, riendo.
-Es que me gustan las películas de aventuras. Pero esta noche es más especial. Es solo para nosotros -dijo Bakugou, mirándola con cariño.
Shoto, que estaba al tanto de cómo Bakugou a veces luchaba por expresar sus sentimientos, no pudo evitar sentirse orgulloso. A pesar de su carácter, el amor que Bakugou tenía por su familia era innegable. Era un lado que solo aquellos cercanos a él podían ver.
Aiko terminó quedándose dormida a mitad de la tercera película, por lo que Bakugou la cargó y la llevó a su habitación para arroparla. Luego bajó y terminó de ver la película con Shoto, para después irse a dormir y descansar.
***
"Respira, Aiko, cuenta hasta 1000. Tú puedes, Aiko, no pierdas la poca paciencia que te queda" -se decía a sí misma mientras miraba a la castaña, mostrándole varios platillos de comida que ella consideraba que deberían estar en el menú de la boda- "1, 2, 3, 4, 5..."
-Yo creo que este platillo estaría bien. Es delicioso y a mí me gusta mucho. ¿O qué tal este? ¿O este? No, ya sé, mejor este. Y si ponemos todos estos, ¿qué te parece, Izuku?
"... 3055, 3056, 3057..." -continuaba contando para no perder la poca paciencia que le quedaba. Esa mujer, desde hace dos días, estaba con sus "sugerencias" de comida, colores que usarían, vestido de novia. Se estaba metiendo en todo lo que se suponía debía elegir ella. ¿Por qué? Simplemente creía que ella necesitaría ayuda con eso.
Ochako le puso contras a todo lo que ella quería poner. Se quejaba del menú de comida picante que quería agregar al menú. Este menú lo eligió personalmente para su padre, que le encanta el picante, y también para su futuro esposo, que compartía ese gusto con su padre. La castaña protestó porque a ella no le gustaba esa comida, pero ni era para ella. Después quiso agregar soba porque a su mamá le encantaba, pero nuevamente la castaña protestó. Luego, Ochako quiso agregar otras comidas que a ella no le gustaban o algunas cosas que a su esposo tampoco le gustaban, pero ella estaba terca en que a Izuku le gustaban mucho esas comidas.
Con los colores fue lo mismo. Ella quería un color rojo o anaranjado, pero la castaña daba alguna excusa para que esos colores no quedaran, sugiriendo el color verde o rosa para los manteles, decoraciones y flores. A Aiko no le gustaban esos colores.
Con el vestido fue lo mismo. Ella quería que su vestido fuera más bonito, como el que usó cuando se casó con Midoriya, pero a su gusto no le gustó nada ese vestido.
Ya ni Todoroki se metía con eso porque sabía que esa boda no era de él, sino que era un día especial para su hija, y él solo le sugeriría algo solo si ella le preguntaba antes o pedía su opinión.
-Ochako, esta planificación es para la boda de Aiko. Ya te dije que ella decide. Nosotros solo podemos opinar, pero si ella pregunta -le contestó, aburrido de lo mismo desde que estaban planeando la boda. Aiko les dio la oportunidad de estar presentes en la planificación, y Ochako ha estado intensa con esos temas.
-Lo sé, pero...
-Por favor, deja que ella elija.
-... -se quedó en silencio mientras la planeadora de bodas solo se quedaba mirando, esperando decir algo.
-Es definitivo que queremos este menú para la boda, los colores de los manteles y decoraciones. Lo hablé con mi prometido y queremos dorado y flores anaranjadas con algunas rojas entre medio, por favor. También haremos una mesa de dulces. Los dulces vienen en la parte de atrás del menú -dijo después de darle una hoja donde estaba el menú de lo que se serviría.
-Está bien, me encargaré de esto entonces. Te aviso cuando esté todo listo.
-Gracias.
-... Pero, ¿por qué esos colores? -preguntó la castaña al ver que ella no eligió nada de lo que había sugerido.
-Nos gustan esos colores. Además, a mí me gusta mucho el anaranjado y a mi prometido le gusta el rojo. Como es la boda de los dos...
-Entiendo. Y sobre el vestido...
-Ya lo compré. Fui ayer con mamá.
-Pero yo quería ir para elegir contigo, y sobre lo que te dije de que mi hijo irá delante de ti para lanzar pétalos mientras caminas al altar...
-Ya dije cómo sería: irán los gemelos solamente.
-¿Pero por qué ellos y no mi niño?
-Señora, con todo respeto, usted no es nadie para mí -dijo fastidiada con la castaña y aún continuaba contando mentalmente para mantener su paciencia- Y su hijo yo apenas lo conozco. Me crié con esos niños. Son mis hermanos.
-Pero él es tu hermano.
-Eso dice usted, pero para mí solo tengo dos hermanos, y son los gemelos. A esos niños los vi crecer desde que nacieron, los cuidé algunas veces, les di de comer, jugué con ellos. ¿En serio cree que voy a cambiar a esos niños por un niño que apenas conozco y que ni siquiera recuerdo su nombre? Además, usted llega exigiendo que ponga las comidas que usted quiere, que elija el vestido que usted quiere, solo porque es la esposa de mi padre biológico -al final terminó agotándose la poca paciencia que le quedaba.
La castaña, en cuanto terminó de escuchar lo que le decía Aiko, salió corriendo llorando por todas las cosas que le dijo.
-Disculpen su comporto mal, por favor-se disculpó Midoriya y se fue detrás de su esposa.
Continúa....
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La Boda
عاطفيةSu dedo se deslizaba por la pantalla hasta que una publicación captó su atención y cuando leyó lo que decía, sus ojos se abrieron con sorpresa.