𝐋𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐫𝐞𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐫𝐭𝐞 / 𝐉𝐚𝐜𝐞𝐠𝐨𝐧

𝑃𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜

Cuando Jacaerys miró que la guerra la había perdido y su madre como Daemon fueron asesinados no tuvo otra alternativa más que rendirse, no porque no fuera capaz o no tenía buenas estrategias pero no tomaría el riesgo de que sus hermanos fueran lastimados o asesinados. Amaba demasiado a sus hermanos que tomó el riesgo de negociar su rendición con Aegon mismo, aún si eso implicaba que para mantener a sus hermanos a salvo y con vida debía de ser torturado.

Al llegar a las puertas de la fortaleza roja fue capturado por los guardias reales y llevado ante el consejo dónde se encontraba en ese momento Aegon. Al entrar al salón vio que se encontraban varios lores consejeros del nuevo rey, entre ellos estaba Alicent y Aemond, esté último lo miró sorprendió por su presencia.

Los guardias le dijeron que se arrodillara para poder hablar con Aegon pero Jacaerys no lo iba hacer, sin embargo Criston Cole le brindo muy amablemente una gran bofetada que lo hizo caer al suelo saboreando lo metalico de la sangre y así lo obligaron a arrodillarse, una risa cargada de satisfacción se escuchó en el salón proporcionada por Aegon.

—Vienes a mi castillo a negociar tu rendición y no te ibas a arrodillar— Aegon se levanto de su lugar caminando con pasos lentos hacía él —Soy el rey ahora, y si digo que de rodillas, tienes que estar de rodillas— Tomó su rostro entre su mano apretando las mejillas con fuerza. —¿Lo entiendes bastardo?—

Aegon regreso a su lugar y pidiendo que hablará de una vez, Jace tomó una gran bocanada de aire antes comenzar a hablar.

—Solo quiero que mis hermanos no sean perseguidos, no tomaremos venganza alguna por lo acontecido y Lucerys dará su título del señor de las mareas como el trono de driffmark a la corona, yo principe Jacaerys Velaryon declinó totalmente a la línea de sucesión a la corona al igual que mis hermanos Viserys y Aegon— Concluyó sus palabras.

Todos los presentes parecían contemplar las palabras de Jaces y eso le dio un rayo de esperanza, tal vez sus hermanos si vivirían tranquilos después de todo.

—La propuesta del príncipe Jacaerys es muy buena mi rey, pero eso no nos asegura nada y si la corona acepta sus términos debe ofrecer algo más seguro— Larys Strong se tomó el atrevimiento de hablar.

—¿Dónde están los príncipes Jacaerys?— Preguntó está vez Alicent.

—Lo siento majestad pero no revelaré la ubicación de mis hermanos hasta que se cumpla lo prometido, ofrecí todo lo que tengo a cambió de nada más de no ser perseguidos, no sé que más quiere la corona de mí—

Un silencio bastante prolongado se instalo en el consejo esperando a la decisión del rey, una vez tomada la decisión Aegon pidio que Jacaerys también diera dragonstone a la corona pero esté se nego y fue mandado al calabozo por órdenes del Aegon. Alicent protesto a la orden de Aegon pues después de todo era un príncipe y pedía que lo encerraran en una habitación pero Aegon se negó.

Los lores aconsejaron a Aegon que debía de tomar cartas en el asunto con Jacaerys pues todavía era un traidor y lo tenía en uno de sus calabozos en ese instante.

—Aegon sabes que nunca me he negado a ninguna petición o orden tuya pero, Jacaerys sigue siendo aún príncipe y un omega que debe tratarse con dignidad no recibirlo con bofetadas— Aemond le dio una mirada mortal a Criston Cole que trago saliva al verlo.

—No revocare mi orden Aemond, estará en el calabozo como cualquier traidor y prisionero—

—No está pidiéndote el tronó, solo dejar en paz a sus hermanos y ellos desaparecerán de tu vista ¿qué tienes que perder?—