Los siguientes tres días habían pasado relativamente rápido para gusto de Jace, estuvo encerrado en su alcoba sin poder salir y solo entraban las sirvientas para preparar su baño por la mañana y llevarle sus alimentos. Por la tarde del cuarto día habían entrado más sirvientas de lo habitual, llevaban muchas ropas, accesorios para el cabello y prendas de oro; el día que menos quería había llegado, no negaba que estaba nervioso pues no sabía que podía pasar cuando saliera por la puerta de aquella habitación, pero lo que lo tenía en verdad inquieto era no saber nada de sus hermanos.
Se obligo a dejar de pensar un momento para poder preparse adecuadamente pues no quería hacer espera a nadie, quería que acabara ese día lo antes posible, las sirvientas le ayudaron a vestirse una vez que salió de la tina pero el problema inició cuando intentaban arreglarle el cabello pues no estaban acostumbradas a peinar un cabello rizado y jaloneaban duramente su cabello.
—Ya basta! Yo puedo vestirme y arreglar mi cabello por mi cuenta— Dijo disgustado por la atención tan abrumadora. —Retírense—
Las sirvientas salieron de la habitación dejando solo a Jacaerys, una vez completamente solo tomó una pequeña toalla de mano que estaba a un costado del tocador y comenzó a sacarlo con suavidad hasta tenerlo seco, tomó todo su cabello haciendo una moña alta atrás de su cabeza y sujetándolo con pequeñas horquillas que tenían adornos de flores y dejando solamente dos pequeños rizos al frente.
Tomó entre sus manos un anillo que su madre se lo había regalado en su cumpleaños nuevo veinte, era un anillo simple con grabado de dos dragones escupiendo fuego pero era especial para él, se lo colocó en el dedo medio de su mano derecha y luego se puso algunas pulseras en sus manos como un collar de un hermoso loto. Se terminó de poner un traje de color rojo con algunos detalles en dorado y se dispuso a verse al espejo que se encontraba en el lugar, no le gustaba la imagen que se reflejaba en aquel espejo pues lo hacía sentir incómodo, unos pequeños golpes en la puerta se escucharon y luego alguien ingresó.
—¿Ya estás listo? Escuche de mi criada que no quisiste ayuda de las sirvientas así que pensé que la necesitarías— Alicent avanzo hasta Jacaerys con una sonrisa.
La mujer portaba un hermoso vestido de color verde con bordados plateados y unos guantes color blanco, Jace la observo y luego se volteó a verla.
—No necesito su ayuda, no necesito la ayuda de nadie y peor de la suya— Jace se detuvo al ver a Aemond entrar pero no le importo y continuó. —¿No ha tenido suficiente con la guerra que provocó con su berrinche? Mi abuelo tenía razón, su majestad habla con doble lengua—
No esperaba menos cuando su mano se estampó en su mejilla.
—Madre!— Aemond la reprendió.
—Aegon era el legítimo sucesor y ahora el rey, como debía ser y como es— Sentenció Alicent.
—Ya basta madre, sal ahora—
Alicent protesto primero pero le hizo caso a Aemond, salió de la habitación dejando a ambos jóvenes solos. Jacaerys se sentó en la cama tocando su mejilla pues aún dolía un poco, Aemond soltó un suspiró antes de hablar.
—Si Aegon se da cuenta que eres demasiado amistoso conmigo te tildara de traidor a la corona, no deberías ser tan amable—
—No soy un desalmado moustró como todos creen, tú más que nadie sabes eso Jace— Aemond habló con tranquilidad pero al no recibir respuesta continuo hablando. —Yo te entregaré a él—
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𝐋𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐫𝐞𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐨𝐫𝐭𝐞 / 𝐉𝐚𝐜𝐞𝐠𝐨𝐧
FanficEl amor... ¿Qué significa amar a alguien? En definitiva Jacaerys hubiera preferido no saberlo o mejor dicho, no haberlo aprendido de esa forma. 𔔢 Historia totalmente mía. 𔔢 Jacaerys (Omega) Aegon (Alfa) 𔔢 Mención de otros ship. 𔔢 Actualizaciones...