Capítulo 2: El Secreto.

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El tiempo había pasado progresivamente desde que se conocieron y ahora ambas estaban en un nuevo instituto cursando sus años finales. Jimin ahora era una adolescente de 16 años, su cabello seguía siendo igual de negros que sus ojos, sus fracciones habían cambiado a las de una señorita y se había estirado. Los cambios en su cuerpo eran positivos a la vista de muchos pero para ella no era nada cómodo tener que sentir la vista del resto sobre ella, se sentía insegura y solo quería esconderse del resto. Es por esto que siempre usaba ropa holgada que le hiciera esconderse lo más posible y así pasar desapercibida como lo había hecho toda su vida.

La única persona que había tenido la oportunidad de conocerla o de estar con ella sin juzgarla era Kim Minjeong. Sus personalidades eran realmente distintas pero por alguna razón se sentía segura, se sentía en buenas manos y quería que las cosas siguieran en ese curso. 

Sus padres no eran realmente preocupados por ella y aceptaron que Jimin nunca hablaría o dejara de ser una "rara" como solían definirla en algunas ocasiones porque para unos padres de gran prestigio tener un hijo diferente era signo de mala imagen pero tampoco se preocuparon por saber más a fondo qué era lo que había provocado que la pelinegra no hablase después de sus 5 años de edad. Simplemente la llevo al psicologo pero al no ver resultados lo dejaron así.

Ahora al menos tenía a alguien que no la dejaba sola y le hacía sentir única de una buena manera y no quería perder eso. Sin emabargo no todo era color de rosas y la pequeña traquilidad que había tenido por unos años, se vería afectada en ese año escolar.

Jimin se aislaba cada vez más. Aunque Minjeong seguía siendo su amiga cercana, Jimin parecía estar perdiéndose en su propio mundo mucho más que antes lo que preocupaba a la rubia porque era algo que no veía desde que se conocieron. 

Durante el recreo, un grupo de chicos comenzó a burlarse de Jimin debido a su comportamiento reservado. Los comentarios hirientes hicieron que Jimin se encogiera, tratando de hacerse pequeña y pasar desapercibida, sin embargo, fue en vano. 

-Miren quien está aquí. - Empujó fuertemente a Jimin contra los casilleros y se acercó para intimidarla. -Es la rarita. 

Todos comenzaron a reirse de la reacción asustada de Jimin quien solo temblaba mientras se moridía el labio inferior. 

-Mirame. -Exijió Ryujin mientras la tomaba por el cuello. -¿Quieres que te suelte? -La pelinegra comenzó a asentir freneticamente entre sus debiles intentos por librarse. -Entonces, pidemelo.

Se aferró a la libreta que tenía contra su pecho e hizo un intento por escribir pero se la arrebataron y comenzaron a romperla en pedazos. La pelinegra comenzó a sacudirse entre lágrimas con intención de que la soltaran.

-Das asco, ¿Sabías? Eres un bicho raro y no te queremos aquí. -La soltó con rabia y cuando Jimin cayó al suelo y comenzó desesperadamente a buscar sus cosas, Ryujin le pisó fuertemente la mano impidiendo que siguiera lo cual provocó que emitiera un quejido de dolor.

-La rara si puede emitir sonidos. -Yeji se acercó y la tomó del cabello con fuerza. -Espero que no digas nada sobre esto, cierto, no puedes. -Todos rieron y se alejaron entre brulas dejando a una muy asustada y desconsolada Jimin.

Minjeong iba entrando al pasillo para encontrarse con la pelinegra en el casillero de esta pero lo que se encntró le hizo correr para tirarse al suelo a abrazar a Jimin estando desesperada.

-¿Qué pasó? ¿Por qué estás así? - Comenzó a buscar heridas en el cuerpo de la mayor pero esta solamente lloraba tomando su mano con fuerza, le dolía y mucho. -¿Quien te hizo esto? -Comenzó a buscar con la mirada pero solo vió sombras marcharse a lo lejos. -Yuji, ven, lo siento por llegar tarde, vamos a la enfermería. -La pelinegra negó y volvió a intentar tomar sus cosas pero Minjeong lo hizo por ella. 

 No pudo contener su indignación, se sentía mal por no llegar antes y no entendía por qué le habían hecho eso a alguien tan puro y lindo como lo era Jimin. Nunca antes había pasado algo así y ahora se sentía culpable por haberla dejado sola, se sentía mal y le dolía verla tan asustada ye intimidada. 

Sabía que no tenía caso seguir preguntandole a Jimin quien lo hizo así como también entendió por qué la mayor estaba tan apartada últimamente. Sin decirle nada más a la hermosa chica que tenía a su lado, la acompañó el resto del día cuidando de ella en silencio para no asustarla más. Pero lamentablemente a la hora de la salida tuvo que entregar unos libros con un profesor y dejó a Jimin sola por un momento, momento que bastó para que ellos volvieran.

-Veo que eres obediente y no dijiste nada, engendro. -Jimin se tensó ante la voz de Ryujin y sin poder moverse solo se aferró a su mochila y contuvo la respiración. -Ven, no te haré nada. -Le pidió que se acercara a un pequeño espacio vacío en donde no había nadie pero Jimin se negó-

-Yo la traigo. -Dijo Jay y la tomó del cuello para llevarla donde Ryujin. El chico se quedó detrás de ella pegandola a su cuerpo de una forma realmete desagradable. Quería vomitar.

-Más te vale que desaparezcas porque realmente das asco, Yoo. -La pelinegra contuvo las lágrimas e intentó separarse del chico que la tenía pero fue inútil.

-¡Dejen en paz a Jimin! -Gritó una muy enfurecida Minjeong enfrentándose a los acosadores quienes salieron corriendo para no ser atrapados, rubia no pudo correr tras ellos porque Jimin se lo impidió tomandola de la mano.

-¿Estás bine? ¿Te hicieron algo? -Comenzó a inspeccionarla y esta negó soltando algunas lágrimas. -Te llevaré a casa y me quedaré contigo hasta que lleguen tus padres. - Le dió un fuerte abrazo para luego tomar su mano y caminar hasta la casa de la mayor.

En camino fue silencioso por parte de ambas y ante la mirada perdida de Jimin, Minjeong decidió dejarle tranquila por ese día y solamente cuidar de ella como siempre había hecho. Una vez en casa de la mayor, subieron hasta la habitación de esta y sin decir nada Jimin tomó una caja en donde tenía un montón de libretas nuevas y otras usadas y tomó una nueva donde escribiró "Tomaré un baño", la rubia le regaló una sonrisa y asintió dejando que Jimin saliera y ella se quedara sola en su habitación.

Mientras Minjeong estaba en la habitación, encontró una libreta de Jimin un poco vieja llena de notas que nunca había visto antes. Al leerlas, Minjeong descubrió que Jimin había experimentado un trauma profundo y doloroso en el pasado. Las notas detallaban momentos dolorosos y emociones reprimidas. Se sintió abrumada por la magnitud del sufrimiento de la mayor y la promesa de protegerla se volvió aún más significativa  porque en ese momento Minjeong entendió que su papel en la vida de Jimin era más crucial de lo que había imaginado.

A partir de ese momento, Minjeong se convirtió en una defensora activa de Jimin. A pesar de que no entendía completamente lo que había sucedido, estaba decidida a estar a su lado y apoyarla en cada paso del camino. La revelación de las notas fortaleció la resolución de Minjeong de ser una amiga incondicional y una protectora comprometida. No dejaría que quien amaba sufriera tanto dolor.

Waiting For Her - WirinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora