3|Rage

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Cena familiar

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La última familia en llegar fue la del novio de Oscar, Logan. El australiano salió de la casa a recibir a su pareja.

—Hola. —abraza al rubio y luego le da la mano a Jenson— Señor Button.

—Te he dicho que me llames Jenson, Oscar.

—¡Alex! ¡George! —Lando abraza a sus amigos

Carlos y Max ven las interacciones desde el marco de la puerta principal.

—Esto va a ser un caos, ¿lo sabes? —inquiere Carlos con una mezcla de resignación y humor

—Ni me lo digas. —responde Max, asintiendo

Fernando sale a hacer su papel de anfitrión de la cena, aunque se nota que solo como obligación.

—Fer. —se da un abrazo con Jenson

El español le da la mano a Rosberg, Hamilton y Bottas.

—Pasen, la cena casi está lista.

Los invitados pasan a la casa dejando al trio de hermanos afuera. Los tres se sentaron en el porche suspirando.

—No quiero entrar. —se queja Carlos

—Pero tenemos que, vamos. —Max se levanta y los otros dos lo siguen

Están por entrar cuando el sonido del motor de un auto los detiene. Daniel se baja del vehículo con dos maletas.

—¿A ti no te quieren en tu casa? —le pregunta Carlos

—A veces creo que no, pero me gusta más aquí. —el australiano avanza hacia la puerta— ¿Qué hay de cenar?

—Creo que lo que menos haremos es comer, Danny.

Daniel sonrió ante el comentario de Max, levantando una ceja.

—Bueno, con esa actitud, espero al menos un buen vino.

—Vino y drama, una gran combinación. —el mayor de los hermanos y el australiano invitado chocan puños para luego entrar los cuatro al comedor

La cena estaba lista, y todos los miembros de ambas familias se reunieron alrededor de la gran mesa. Max se sentó entre Charles y Oscar, mientras que Carlos se ubicó al lado de Lando, y Fernando se sentó junto a Mark, con Lance a su otro lado. La conversación era ligera al principio, centrada en temas seguros antes de que explotaran las verdaderas amenazas.

—Entonces, ¿cómo ha estado Mónaco? —preguntó Lance a Mark, intentando mantener un tono amigable

—Muy bien, gracias. Es un lugar tranquilo. —respondió Mark con una sonrisa

Mientras tanto, Logan y Oscar estaban en su propio mundo, hablando en susurros y riéndose entre ellos.

—Señor Räikkönen, ¿puede pasarme la sal? —pidió Esteban a Kimi, tratando de romper el hielo entre ellos

Kimi, con su habitual frialdad, le pasó la sal sin decir una palabra, lo que provocó una risa nerviosa de Esteban.

Max observó la escena y luego miró a Charles, que le sonrió con complicidad.

—¿Y cómo está el trabajo en Red Bull, Max? —preguntó Sebastian, rompiendo el silencio

—Muy bien, Seb. Estamos trabajando en el desarrollo de la próxima temporada. Aunque, honestamente, falto a la mayoría de las reuniones. —respondió Max, arrancando una risa generalizada

Christmas dinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora