8|Don't carry everything

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Cena familiar

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Kimi tocó la puerta de la habitación de Max, esperando una respuesta. Sabía que su hijo no era alguien que mostrara fácilmente sus emociones, pero Kimi también tenía sus propios métodos para lidiar con las cosas. La puerta se abrió lentamente, revelando a un Max visiblemente cansado, aunque tratando de disimularlo.

—Papá... ¿Qué pasa? —preguntó Max

—Sé que algo te preocupa —dijo Kimi con calma—. No soy el tipo de persona que habla mucho de estas cosas, pero soy tu padre. Y aunque no lo parezca, me importa lo que está pasando contigo.

Max se apartó para dejarlo pasar y luego cerró la puerta dejando que Kimi se sentara. El hijo menor de Hamilton estaba dormido en la cama.

—No es justo que me culpen por el asiento de Carlos, yo no tuve nada que ver con lo que pasó. Me enteré antes, sí, y lamento no habérselo dicho. Pero el tiempo no me alcanzó, se que es una excusa cruel, pero ni yo mismo lo había procesado. Luego Sergio me llamó porque Patricio, Liam y Yuki habían desaparecido y él estaba cuidando de los niños. Así que fui por ellos. Y cuando volví todo era un desastre. Andrea estaba llorando y... todo se me juntó. No quise ocultarlo por tanto tiempo.

Max lo miró en silencio, esperando lo que su padre tenía para decir.

—Este deporte... nuestra vida, siempre ha sido complicada. Sabes que yo mismo he tenido que tomar decisiones difíciles, y no siempre fueron las mejores, ni para mí, ni para los demás. Pero al final del día, es nuestra responsabilidad lidiar con las consecuencias. No puedes cargar con todo tú solo, pero tampoco puedes esperar que los demás entiendan lo que no les has dicho. —habla Kimi, más de lo que estaba acostumbrado

Max asintió, pero la frustración seguía presente en su mirada. Se dejó caer en la silla junto a la cama, frotándose las sienes con las manos, tratando de mantener la calma. Era bueno que el menor de la familia Hamilton tuviera el sueño pesado.

—Sé que tienes razón, pero... Todo siempre recae sobre mí, papá. Lo que decido, lo que hago o no hago. Siempre hay algo. Lidio con las cosas como puedo, trato de ayudar, pero... al final parece que nunca es suficiente. Siempre hay algo que no hice bien o que debí haber hecho de otra manera. Y cuando intento explicarme, ya es demasiado tarde. Ya he perdido a Carlos, ¿y luego qué? Me disculpo por algo fuera de mi control y solo es esperar la próxima vez donde me va a culpar por algo. Ya hice eso antes.

—No puedes controlar lo que otros piensen o sientan —habla Kimi con voz serena—. Carlos está dolido, y quizás ahora te culpe por cosas que no son tu culpa, pero no es tu responsabilidad cargar con sus emociones. Te culpas por todo, Max. Por lo que pasa con Carlos, por lo que pasa con los demás. Pero no puedes seguir así. No puedes hacer felices a todos. Y Carlos... si no puede ver que intentaste, entonces es algo que él tendrá que resolver. No puedes poner a todos por sobre ti y es algo que les tocará entender.

El silencio que siguió era pesado, pero no incómodo. Max sabía que su padre no era de dar largos discursos, pero sus palabras siempre llegaban al punto. Kimi se levantó, dirigiéndose hacia la puerta, pero antes de irse, se detuvo y lo miró una vez más.

—Habla con Carlos cuando estés listo. Y recuerda que él también tiene que decidir si quiere arreglar las cosas. No puedes hacer todo el trabajo tú solo.

Kimi abre la puerta encontrándose a un Hamilton nervioso afuera a punto de tocar la puerta.

—Kimi, no esperaba verte aquí —dijo Lewis, tratando de sonar relajado, aunque claramente estaba incómodo

Christmas dinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora