SUSURROS AL CREPUSCULO (YAOI)

34. Juntos hasta el final

El sol comenzaba a esconderse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. La suave brisa marina acariciaba la piel de Eddy y Jacob mientras caminaban descalzos por la playa desierta. Habían elegido este lugar especial para un momento que sabían sería el más importante de sus vidas. Después de años de desafíos, amor y crecimiento juntos, estaban listos para dar el siguiente paso.

Eddy miró a Jacob con una sonrisa suave, sintiendo una oleada de amor y gratitud. "Nunca pensé que llegaría este día," dijo, su voz llena de emoción.

Jacob, sosteniendo su mano con ternura, respondió, "Yo tampoco, Eddy. Pero aquí estamos, juntos, como siempre lo hemos estado."

Bajo un arco decorado con flores silvestres y cintas blancas, prepararon su propia ceremonia privada. Sin testigos, sin invitados, solo ellos dos, en un lugar donde podían ser ellos mismos completamente, sin reservas ni juicios. La simplicidad del escenario resaltaba la pureza y la profundidad de su amor.

Jacob sacó un pequeño anillo de su bolsillo, mirándolo a la luz del atardecer antes de tomar la mano de Eddy. "Eddy, tú has sido mi roca, mi consuelo y mi alegría. Hemos pasado por tanto, y cada desafío nos ha hecho más fuertes. Prometo estar contigo en cada momento, bueno o malo, apoyarte y amarte sin condiciones. Hoy y siempre."

Eddy sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas. Sacó un anillo para Jacob y dijo con voz temblorosa, "Jacob, eres mi mejor amigo, mi amor, mi todo. Prometo amarte con toda mi alma, cuidarte y apoyarte en cada paso que demos juntos. No puedo imaginar mi vida sin ti, y estoy agradecido por cada día que hemos compartido. Hoy, te elijo una vez más, y siempre lo haré."

Ambos se colocaron los anillos con manos temblorosas pero llenas de amor, sellando su promesa con un beso suave y apasionado. En ese momento, no había nada más en el mundo, solo el sonido de las olas y sus corazones latiendo al unísono.

Después de la ceremonia, caminaron de regreso a la pequeña cabaña que habían alquilado, un refugio acogedor y privado frente al mar. La habitación estaba iluminada por velas, creando una atmósfera cálida y romántica. La suave música de fondo añadía un toque mágico al ambiente.

Jacob miró a Eddy, sus ojos reflejando el amor profundo y la devoción que sentía. "Esta noche es solo para nosotros," dijo suavemente, acariciando el rostro de Eddy.

Eddy asintió, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. "Te amo, Jacob," susurró, acercándose más.

Se besaron de nuevo, esta vez con más intensidad, dejando que sus emociones fluyeran libremente. Cada caricia, cada susurro, estaba lleno de amor y deseo. Despojándose lentamente de sus ropas, se permitieron explorar y redescubrir cada centímetro del cuerpo del otro, con una ternura que hablaba de años de conexión y comprensión.

La intimidad de la noche se desarrolló con una mezcla de pasión y delicadeza. Sus cuerpos se movían al unísono, guiados por el amor y el deseo que sentían. En cada beso, en cada toque, había una promesa silenciosa de estar juntos para siempre.

Eddy susurró, "Te amo," una y otra vez, mientras Jacob respondía con igual fervor, "Te amo más de lo que las palabras pueden expresar."

El mundo exterior dejó de existir mientras se entregaban completamente el uno al otro. La pasión alcanzó su punto culminante, y en ese momento de máxima intimidad, sintieron que sus almas se unían de una manera que iba más allá de lo físico.

Después, se quedaron abrazados, disfrutando de la calidez y la cercanía. El sonido del mar y la suave brisa a través de la ventana abierta crearon un ambiente perfecto para su descanso.