Hagamos de cuenta

Parte 2

El día del viaje había llegado y si bien originalmente el plan era salir el viernes para no llegar el mismo día del casamiento que se hacía el sábado a la noche tuvieron que cambiar todo a último momento porque a Enzo lo hicieron trabajar hasta tarde y estaba seguro que fue de castigo porque se había hecho el misterioso y no les quería decir a sus hermanos a donde iba así que decidieron que lo mejor iba a ser salir bien temprano el sábado. 

A los que sí les comentó que lo habían invitado a una fiesta fue a sus padres y avisó que volvía al día siguiente para poder descansar bien antes de manejar de vuelta —no aclaró que se iba a otra provincia pero tampoco preguntaron—. Después de haber criado cuatro hijos varones antes que él siempre tuvieron una actitud más relajada con su crianza y en parte ya estaban curados de espanto así que solo le dijeron que se cuidara y que avisara cuando llegara sin cuestionar con quién iba o a dónde. 

Sus hermanos en cambio eran otro tema, Enzo había tenido una etapa en su adolescencia donde se mandaba una atrás de otra y muchas veces ellos tuvieron que ocultarle a sus padres las que se mandaba el benjamín de la familia para no crearles disgustos y ahora que Enzo ya tenía veintiuno y estaba mucho más calmado igual seguían controlando un poco lo que hacía para que no se descarrilara y eran exigentes con la responsabilidad en el trabajo porque el ser algo familiar no significaba que podía hacer lo que quisiera, y ellos querían darle las mismas herramientas que les dio su padre cuando estaba más presente en la empresa para que el día de mañana si decidía hacer otra cosa o trabajar en algo distinto pudiera desempeñarse con compromiso y responsabilidad cosas que también se aplicaban a otros aspectos de la vida. Por eso es que no podría jamás contarles sobre el accidente porque iban a estar decepcionados una vez más, pero sentía que en otro momento no hubiese actuado de la misma manera ocupándose de Julián como lo hizo sino que hubiese ido a que lo ayudaran ellos a resolver algo que fue culpa suya.

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Julián había armado su valija con pocas cosas porque solo se iban a quedar una noche ya que los dos tenían que volver a trabajar el Lunes. Una vez que terminaron de cargar en el auto todo lo que necesitaban subieron a calentar agua para el termo y en esos pocos minutos donde ya no tenían nada más que hacer a Julián le empezó a agarrar esa sensación de terror donde su cabeza comenzaba a fabricar escenarios catastróficos.

''Hey ¿qué pasa?'' le dijo Enzo mirándolo de reojo mientras esperaba que se terminara de calentar el agua ''Y no me digas que nada porque a esta altura estoy en condiciones de decir que te conozco'' Julián lo miró y sonrió porque era cierto.

''Creo que estos últimos días me contuve de pensar en todo lo que podría pasar pero ahora no puedo evitar hacerlo. Encima siento que te metí en todo esto y me siento peor''

''Juli'' Enzo apagó la hornalla y se acercó hacia donde estaba Julián sentado en el brazo del sillón ''creo que ya te había dejado en claro que voy porque quiero, además es lo mínimo que puedo hacer después de todo lo mal que la pasaste por cupla mía''

Seguramente las palabras de Enzo tenían la intención de tranquilizarlo pero ahora Julián no iba a poder dejar de pensar que solo estaba haciendo todo esto para seguir compensándolo por el accidente y no importaba si eso implicaba hacerse pasar por su novio, es más, nunca se animó a preguntarle si al menos le gustaban los chicos y Enzo jamás le mencionó algo al respecto. Julián decidió no decir nada más de todo lo que se le estaba cruzando por la cabeza y además su familia los estaba esperando así que tampoco es que podía cambiar algo.