Hagamos de cuenta

Parte 5

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''¿Y este fantasma Ale?'' 

Lunes 8.30 AM y ya arrancaba así.  Enzo sabía la que se le venía cuando entró al depósito y sus dos hermanos se quedaron callados y lo miraron con sonrisa socarrona.

''hermano tuyo'' le contestó Alejandro, su hermano mayor a Marcelo el otro de sus hermanos que estaba acomodando cajas antes de abrir el local.

''Buen día'' dijo Enzo mientras dejaba su mochila en una de las sillas de la oficina y prendía la computadora pretendiendo ignorar el intercambio previo. 

''¿Qué hacías disfrazado de muñequito de torta el otro día?'' volvió a joderlo Marcelo

''Me invitaron a un casamiento'' 

''Miralo vos al nene. ¿Quien es la nueva víctima?'' gritó su hermano Alejandro desde el fondo

''¿Ven que son unos pelotudos? después quieren que les cuente algo'' les respondió Enzo fastidioso. Siempre jodían entre ellos y Enzo muchas veces era el peor de todos pero particularmente esta vez le molestaba que jodieran con el tema quizás porque no podía contar que fue a jugarla de novio a un casamiento en Córdoba sin ser juzgado y no sabía cómo defenderse si le seguían haciendo otro tipo de preguntas. 

''Bueno no te enojes che'' se acercó Ale apretándole los hombros desde atrás. ''¿Así que te presentó a la familia? viene seria la cosa entonces.'' 

Enzo no respondió y se enfocó en empezar a ingresar los pedidos que habían llegado el viernes.  Entendía lo que podía significar para alguien de afuera toda la situación y más que nada por eso tampoco le gustaba dar mucho detalle a nadie porque era difícil de explicar sin que interpretaran otras cosas. Sus padres le habían preguntado cómo le había ido y sabía que esperaban que les contara algo más que el simple 'bien' pero Enzo llegó, se cambió y se acostó antes de que pudieran hacerle alguna otra pregunta, principalmente su mamá que no era tonta y sabía que no se había ido con algún amigo de los que conocían.

Pero más allá de lo que los demás pudieran creer Enzo sabía que fue a hacer lo que tenía que hacer, Julián necesitaba alguien que hiciera de su novio y él cumplió aunque casi le arruinó todo al final por una pavada que suerte no pasó a mayores. 

El único consuelo que le quedaba para no sentirse mal después de las charlas con los padres de Julián era que a pesar de haber ido a simular un rol de pareja en todo momento se mostró tal cual era con toda la familia que lo había recibido muy bien y también que a pesar de no ser su verdadero novio sentía un cariño muy especial por ese chico que conoció a partir del accidente y por el que evidentemente era capaz de hacer cualquier cosa con tal de que estuviese bien aun cuando implicaba mentirle a toda una familia.

Había cosas que todavía le costaba descifrar del vínculo entre los dos, Enzo tenía otros amigos que los conocía desde que eran chicos pero sentía que había algo especial y totalmente distinto en empezar a relacionarse con alguien siendo adulto y más maduro. Quizás por eso se confundía a veces con lo que le pasaba con Julián porque de a ratos sentía que eran algo así como mejores amigos que disfrutaban estar juntos y en otros momentos le venía esa necesidad de cuidarlo y protegerlo pero siempre lo relacionó a la culpa que tenía por el accidente y a la costumbre de ayudarlo en todo lo que podía mientras Julián estaba enyesado por su culpa, pero aún hoy con él plenamente recuperado se ocupaba de estar siempre atento a lo que le podía servir. 

Algo que le gustó del viaje fue que le sirvió para conocer otro lado de Julián mucho más divertido y distendido rodeado de su familia y amigos y eso lo hizo pensar en lo solo que se debía sentir tan lejos de la gente que lo quería y entendió mejor por qué la mamá de Julián le había dicho todo eso en la cocina el día que les tocaba volver.