Capítulo 7

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Madrugada...

Habitación del avión

Damon se encontraba profundamente dormido, en aquella cama tan grande y lujosa. En ese instante, la puerta de la habitación comienza abrirse y unos pies descalzos pisaban el brillante y frío suelo de la habitación. Elena sostenía en su izquierda sus tacones negros, su vestido estaba colgado en su brazo derecho y ella estaba en una pequeña lencería de encaje negro. Camina despacio y tratando de no tropezar con nada para no despertar al pelinegro. Dejando los tacones y su vestido en el suelo, ella camina hasta el lado vacío de la cama, aparta las sábanas y con cuidado, se acuesta en la cama tapándose con las sobrecamas grises. Se gira hasta la dirección dónde estaba Damon y sus ojos se quedan fijos, contemplando la manera tan relajada y tranquila que duerme. Sus ojos cafés se mantenían fijos en el rostro del muchacho, admirando la belleza esculpida en él. Sus ojos bajan hasta el cuerpo bien trabajado de él, no tenía nada que lo cubra, estaba completamente desnudo en la parte superior

-Si no fueras tan odioso y egocéntrico, admitiría que estás para comerte completo

Susurraba ella mordiéndose la esquina de su labio inferior. Su vista baja más allá de lo que debería y la curiosidad saltó al ver que el bóxer negro de él, sobresale un poco de las sobrecamas

-Me pregunto ahora, si estás bien dotado tanto físico como sexualmente

Volvía a susurrar y una sonrisilla traviesa se le dibuja en el rostro al notar un gran un bulto aparecer bajo de las sobrecamas

-Pues, lo que presentía. Tus padre se divirtieron mucho la noche en la que te quisieron tener

Decidida a cerrar sus ojos y reunirse con Morfeo. Al hacerlo, se gira de espaldas a él, pero lo que no tenía planeado es que al virarse, el pelinegro la abrazara. Un ligero sonrojo involuntario aparece en el rostro de la castaña, al sentir la dureza de él en su trasero y una de las manos de él, agarró uno de sus pechos haciendo que un pequeño gemido saliera de la boca de Elena. Intentaba quitarlo pero él era muy fuerte y cada vez apretaba su dureza en los glúteos desnudos de ella. El sonrojo en su piel se iba haciendo más intenso, frustrada por no hacer nada, tampoco quería apartarlo, algo le decía que no quería hacerlo y eso no sabía cómo tomarlo

-Mierda

Se maldice al darse por vencida y dejarlo que la abrace, ¿a quién quería engañar? Tener al pelinegro abrazándola de esa manera tan jodidamente sexual, le estaba poniendo muchísimo y eso lo puede comprobar cuando su entrepierna comenzaba a humedecer del calor y la excitación que estaba teniendo. Lástima que esa excitación se fue cuando el pelinegro, dijo:

-Te quiero, Hayley

Lo dijo tan suave y tan profundo, que eso, no supo por qué, pero le desagradó completamente a Elena. La furia en ella se podía sentir a kilómetros y para demostrarlo, con un fuerte golpe, logra dañar una costilla de Damon, provocando que éste se queje y despierte molesto. Sentado en la cama

-¡¿Qué es lo que te pasa, perra?!

Exclama él molesto y adolorido, llevando una mano a su costilla. Elena completamente molesta igual se sienta en la cama

-Ay, perdón. No era mi intención

Aquellas disculpas ni eran sinceras

-Oh sí

Termina por dibujar una sonrisa maliciosa y él estaba furioso

-Eres una hija de puta

-Y tú un maldito pervertido. Estabas abrazándome y frotando tu asquerosa polla en mi trasero

Fake GirlfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora