44 | Bad idea

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Taylor.

Me desperté con el sonido de los chicos llegando. Antes de eso, ya había oscurecido y me quedé dormida en cuanto se fue la señora de la limpieza.

Miré adormilada el reloj digital al lado de mi cama. Uf, son las 4 a.m. ¿Por qué tardaron tanto?

Caminé de puntillas hasta la puerta para no hacer ruido.

Pegué la oreja a la puerta, estaba tan silencioso que podía escuchar los latidos de mi propio corazón. ¿Qué carajo? Solían charlar y tomar algo después de las carreras.

Después de un rato, escuché una puerta cerrarse y un crujido. Probablemente todos se fueron a dormir, justo cuando estaba a punto de darme la vuelta para hacer lo mismo escuché la voz de Gustav.

No podía oírlo correctamente así que en cuestión de segundos mi oreja estaba pegada a la puerta nuevamente.

Tom.

Fui a nuestro bar en la sala y me preparé un whisky con Coca-Cola.

—Hey hombre.

No me inmuté, pero sentí una pequeña descarga de adrenalina. Pensé que ambos se habían ido a dormir.

Gustav se sentó a mi lado y mezcló Dios sabe qué.

—¿Qué deseas? —Le escupí. Perdí la carrera hoy, ya es bastante malo, no necesito que nadie me consuele.

—Estuviste un poco mal hoy... ¿Qué pasó?

Bueno, vi a mi hermano muerto, que me hablaba con acertijos.

—Gustav, no quiero hablar de eso. No volverá a suceder, aunque tú realmente no tienes nada que decir al respecto, porque eres el que normalmente pierde —Dije con tono áspero mientras hacía girar el vaso en mi mano.

—¡Vaya, está bien! No hay necesidad de tomárselo tan personal... en realidad, quería preguntarte por qué Taylor está aquí y por qué no se le permite irse.

Pensé en lo que podría decir por un segundo, pero era demasiado vago para decir una mentira.

—Ella está embarazada de mí, el último deseo de Bill era que este niño viviera y arreglara las cosas entre ella y yo. —Después de un rato sin respuesta, finalmente lo miré. Me observaba en estado de shock—. Pero no puede, nada puede compensar lo que hizo. Sólo me aseguro de que dé a luz, no me importa lo que haga después.

Pude ver que quería decir algo pero no lo hizo, en lugar de eso miró su vaso, que ahora estaba solo medio lleno.

—Dilo.

Me miró sorprendido y dudó un momento antes de abrir la boca.

—¿Qué hizo ella exactamente? —preguntó.
Me reí y sacudí la cabeza mientras me llevaba el vaso a los labios y bebía el resto.

—La dejé ir, le di una segunda oportunidad. Pero no, ella tuvo que ponerse en peligro innecesario para que yo pudiera salvarla. Y como agradecimiento, se besa con mi hermano y se escapa con él.

Tomé el whisky y esta vez lo serví directamente en mi vaso.

—La dejé abrir una brecha entre él y yo, por eso ahora está muerto. Básicamente es culpa suya.

Gustav permaneció en silencio todo el tiempo.

—No importa lo que ella sienta por este niño en este momento. Le encantará, así es la naturaleza, no hay nada que pueda hacer al respecto. Y tan pronto como nazca, se lo quitaré, tal como ella me quitó a Bill.

A BEAUTIFUL LIE,  tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora