Vivisha
Un dolor intenso recorría cada fibra de su ser, como si miles de agujas afiladas se clavaran en su piel. Despertó en el centro de una amplia habitación desconocida, con paredes cubiertas de estantes repletos de hierbas secas, ingredientes extraños y frascos de colores que contenían líquidos misteriosos. La atmósfera estaba impregnada de un aroma peculiar, una mezcla de flores, especias y algo más difícil de identificar, quizás un olor a tierra húmeda y raíces. Parecía ser un sitio donde se elaboraban remedios y pociones.
Parpadeó varias veces, tratando de enfocar la vista. Al abrir los ojos, se encontró con el rostro preocupado de Asher, quien se acercaba junto a Jayden. Ambos parecían tensos, sus miradas reflejaban una mezcla de alivio y preocupación. Asher, con su cabello pelirrojo desordenado y su expresión grave, llevaba una túnica oscura salpicada de polvo y manchas de hierbas. Jayden, a su lado, sostenía un libro antiguo cuyas páginas estaban tan oscuras que parecía no haber sido abierto en años, sus dedos tamborileaban nerviosamente sobre la tapa.
—Por fin despiertas, pensaba que nunca lo harías —dijo Jayden, con una chispa de alivio en su voz.
—¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy? —preguntó Vivisha, aún desorientada, su voz era apenas un susurro mientras se incorporaba un poco sobre los almohadones.
El mareo la invadía, nublando sus recuerdos. Lo último que podía recordar era ese encuentro inesperado con Dylan; después, todo se había vuelto negro. Asher la observó con una mezcla de preocupación y alivio antes de comenzar a hablar, su voz grave llenando la habitación.
—Después de ganarle al príncipe en ese juego... te desmayaste —dijo, con sus cejas fruncidas mientras repasaba los eventos en su mente.
—Sí, ¡plof! Te desplomaste en medio de la ciudadela —interrumpió Jayden, recibiendo un codazo de Asher por su falta de tacto.
Vivisha trató de incorporarse, luchando contra la confusión que aún la embargaba, mientras las piezas del rompecabezas empezaban a encajar lentamente en su mente. Se llevó una mano a la cabeza, masajeando sus sienes para intentar aclarar sus pensamientos.
—Debo admitir que disfruté la paliza que le diste a Dylan. Fue increíble —expresó Asher con una sonrisa que revelaba una mezcla de admiración y satisfacción, sus ojos chispeando con orgullo.
—¿Increíble? ¡Fue magistral! —respondió Jayden, con una expresión que denotaba entusiasmo desbordante—. Se le borró esa sonrisita tan desagradable de su cara. ¡Quisiera ver el momento en que te entregue todas esas monedas!
Vivisha sonrió con dulzura, su mirada reflejaba un agradecimiento silencioso por el apoyo de sus amigos. Sus palabras y expresiones la reconfortaban, haciéndola sentir menos sola en esa situación extraña.
De repente, la puerta de la sala se abrió lentamente, y una figura femenina se delineó en el umbral. La luz del crepúsculo que se filtraba por las ventanas proyectaba una sombra alargada en el suelo, creando una atmósfera de misterio.
—¿Asher? ¿Estáis aquí? —preguntó una voz familiar, acercándose con pasos firmes y decididos. La figura se hizo más clara, revelando finalmente a la reina Flora, cuyo porte majestuoso inundaba la habitación. Su vestido de terciopelo azul oscuro ondeaba ligeramente, y una diadema sencilla pero elegante adornaba su cabeza.
—¡Majestad! ¿A qué debo el honor de vuestra visita a mis aposentos? —exclamó Asher, inclinándose con reverencia, aunque su mente ya comenzaba a divagar sobre los posibles motivos de la visita. Sus dedos jugaron nerviosamente con un cordón en su túnica.
—Me gustaría hablar contigo —dijo Flora con voz serena pero firme—. Y también con Vivisha.
El corazón de la chica dio un vuelco. ¿Quería hablar con ella? ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Venía aquí por aquello de Dylan? Se enderezó un poco más, sintiendo cómo su pulso se aceleraba.
—Veréis, ha sido un día muy ajetreado —comenzó Flora, con sus ojos recorriendo la estancia y deteniéndose en cada uno de los presentes—. Poco a poco va terminando y aún no hemos encontrado la manera de darle asilo a Vivisha.
—¿Qué quiere decir, majestad? —preguntó Jayden con curiosidad y preocupación, adelantándose un paso.
—No hay muchos lugares donde alojar a Vivisha —explicó Flora—. Es una situación excepcional, pero es la única opción. Hemos pensado que lo mejor sería que vivieses con alguien del Palacio. Alguien de la Corte Real. Alguien como...
—¿Asher? —sugirió Vivisha en un susurro, su mente procesando rápidamente las implicaciones.
—Correcto —confirmó Flora, con una mirada que combinaba autoridad y compasión—. Siempre y cuando acepte, claro.
Asher miró a la reina por un momento, luego a Vivisha, y sonrió, su expresión suavizándose.
—Está bien. Vivi podrá quedarse.
Flora sonrió con alegría mientras Jayden empezó a saltar y abrazar a Vivisha. Ella se sentía aliviada, el peso de la incertidumbre comenzaba a levantar.
—Muchas gracias. Te lo compensaré si es necesario —dijo Vivisha, sus palabras cargadas de sinceridad.
—No te preocupes. Estoy seguro de que lo harás —respondió Asher con tono sarcástico y burlón, sus ojos brillando con picardía.
—Está decidido entonces. Vivisha queda bajo tu cuidado, Asher.
La reina, con una sonrisa radiante, se encaminaba hacia la puerta para abandonar la sala. Sin embargo, justo antes de salir, se detuvo y se volvió hacia Vivisha, como si hubiera recordado algo importante que decir.
—Casi me olvido —dijo, fijando su mirada en Vivisha—. Excelente jugada. Me alegra que hayas puesto a Dylan en su lugar, su comportamiento había sido impropio de un heredero. Te lo agradezco.
Vivisha, sorprendida y halagada, sonrió mientras un leve rubor coloreaba sus mejillas. Con un gesto elegante, la reina abrió la puerta y salió de la habitación, dejando tras de sí una atmósfera de satisfacción y orgullo. La estancia quedó impregnada de su presencia, y los presentes sintieron el eco de su aprobación resonar en las paredes.
Vivisha irradiaba felicidad mientras sonreía a Asher y Jayden.
En ese momento, la puerta se abrió de nuevo, esta vez con mayor brusquedad. Un caballero alto y de porte imponente pero muy familiar entró en la sala, su armadura brillaba con el reflejo del fuego de las antorchas. Todos se volvieron para mirarlo.
—¿Cedric? —preguntó Vivisha, sorprendida.
El caballero hizo una reverencia ligera y dirigió su mirada hacia la chica.
—El rey Arlen te está citando en la sala del trono, novata. Es urgente.
El corazón de Vivisha se aceleró. Sin decir una palabra, se levantó y asintió, su mente inundada de preguntas y temores. Asher y Jayden intercambiaron miradas preocupadas mientras ella se encaminaba hacia la puerta, siguiendo a Cedric.
El silencio se apoderó de la habitación. La figura de Vivisha se desvaneció en la oscuridad del pasillo, dejando a sus amigos con una creciente sensación de inquietud.
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Epifanía
Fantasy"La epifanía es una revelación que transforma lo ordinario en extraordinario, donde el curso de la vida cambia para siempre" ≫ ────── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ────── ≪ En el misterioso Bosque Prohibido de Elfring, una joven de cabello blanco llamada Vivisha des...