Blackwood x Bracken

Tiempo robado.

CAPÍTULO 6

Davos POV

-¿Estás seguro? No volveremos a tener cervezas y putas en al menos meses, Aeron.

La voz se filtró a través de la puerta y yo puse mis ojos en blanco. Escabullirse en Seto de Piedra había sido relativamente fácil.

Tal vez había sido por el ajetreo de movilizar a todos los hombres del castillo para enfrentar a mi familia, pero nadie estaba prestando demasiada atención. O quizá, se me daba muy bien esto de invadir castillos enemigos. Daba igual, en realidad había sido una experiencia decepcionante.

Aún así, mi estómago estaba lleno de nudos y mi ansiedad al tope. Una parte de mi sabía que esto era lo más temerario que había hecho: servirme en bandeja de plata a mi enemigo al encerrarme en la habitación de Aeron Bracken. Si algo salía mal, estaba muerto. Pero al mismo tiempo, era lo más emocionante que había experimentado. Porque no podía tener suficiente de él. Y como era lógico, Aeron jamás iría por voluntad propia a Árbol de Cuervos así que dependía de mí volver a vernos.

Y cuando se despidió de forma cortante de sus lacayos amigos, mi mueca de sonrisa floreció en mi cara. Para cuando entró en sus aposentos y cerró la puerta con llave, me tenía encima de él.

Con mi mano tomando su cuello y mi boca contra la suya.

Su mano se enredó en mi cabello de forma inmediata. Jalando con fuerza y pegándome contra su cuerpo.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?- le pregunté entre besos desesperados.

-No eres tan listo como crees, Blackwood- respondió mientras comenzaba a desvestirme.

No supe qué responder a eso porque el hecho de tenerme aquí: sin camisa y desarmado en la casa del enemigo, le daban la razón.

-Es un mal tiempo, Davos.- comenzó a hablar mientras metía su mano en mis pantalones para acariciarme. -Mi familia ha decidido no esperar más a Desembarco del Rey, iremos a la guerra.

Su mano era firme en sus movimientos mientras avanzamos a trompicones hacia su cama.

-Lo sé- logré responder.

Esta reacción era algo que no esperaba de él. Aunque su timidez se había ido pronto en nuestro encuentro anterior en el bosque, no era normal que Aeron se mostrará tan abierto a tomar la iniciativa. En un par de minutos había logrado medio desnudarme, sentarme en su cama y subirse encima de mí con sus muslos a ambos lados de mis caderas.

Mis ojos se cerraron cuando su pulgar jugó conmigo, disfrutando de la sensación de su mano envuelta en mi.

-Mírame, Davos- me pidió y lo obedecí.

Sus pupilas estaban dilatadas y su boca rosa e hinchada.

-Esto sólo es tiempo robado- murmuró contra mis labios con su mano aún subiendo y bajando.

-Lo sé- repetí y saque su mano de mis pantalones, necesitando ir más despacio. -Pero tengo que tenerte otra vez antes de seguir con mi vida.

Intentó responderme pero estampe mi boca en la suya. No necesitaba saber como el tiempo se terminaba, como su familia iba a marchar mañana para desafiar a la mía. En como estabamos en bandos opuestos. O como esto no iba a importar cuando solo quedará el campo de batalla entre nosotros.

Mis manos bajaron el ritmo y comencé a desvestirlo con calma. Tomándome mi tiempo con él. Haciendo que se moviera contra mí.

-Sueño contigo- su susurro rompió nuestro silenció y sonó casi como un gemido.