Capítulo 7

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-Elisa -llamó su madre- ¿Iremos juntas al centro comercial?

Ella estaba prácticamente convencida de que ella aceptaría encantada. Pero para su sorpresa ella se negó.

-¿Por qué no? -preguntó atónita. Elisa la miró fijamente- ¿Ocurrió algo malo? -ella negó con la cabeza- ¿No quieres seguir yendo? -ella asintió- No lo entiendo -ella tomó una gran bocanada de aire y luego de unos momentos explicó.

-A la tarde

-¿Quieres ir a la tarde? -ella asintió. Carmen sintió en verdad muchos deseos de preguntar la razón, pero no podía hacerlo. Era obvio que tenía que ver con Brenda- sabes que suelo estar ocupada con el trabajo extra de la oficina los sábados por la tarde, cariño. No estoy segura de poder acompañarte -odiaba hacerle esto a Elisa , pero a veces simplemente no podía cumplir todos sus caprichos, pero ella estaba negando con su cabeza unos segundos antes de que terminara de hablar.

-Iré sola

Carmen palideció. Elisa quería ir sola. Sin ella. Ir hasta el centro comercial. Un mes atrás apenas si lograba salir al patio trasero de la casa. Estaba feliz, pero asustada también.

-No lo sé, podría ser peligroso -no podía creer lo que estaba diciendo, que Elisa llevara una vida normal era lo que más anhelaba y ahora era ella quien quería impedírselo.

-No soy una niña -dijo seria. Su madre nunca la había visto tan decidida y confiada. Fuera lo que fuera que Brenda provocaba en Elisa estaba teniendo resultados nunca antes vistos.

-Está bien. Puedes ir sola. Sólo ten mucho cuidado -dijo su madre preocupada. Ella asintió.

Debía confiar en Elisa. Pero no podía evitar sentir una gran inseguridad respecto a esto.

Luego del almuerzo Elisa tomó su mochila morada y la colocó en su espalda. Estaba frente a la puerta de entrada de la casa. Su madre la miraba expectante, se acercó lentamente y depositó un corto beso en su cabello.

Ella dió un largo suspiro y salió finalmente de su casa. Allí estaba ella. Sola. Caminando por las aceras de Londres. Estaba nerviosa, no había que ser un genio para notarlo, pero su determinación hacía que caminara rápidamente. Una parte de su mente comenzaba a creer que ya no simplemente quería verla. Necesitaba verla.

Finalmente llegó.

El camino de momento parecía interminable y en otros momentos parecía que flotaba en un corto camino al encuentro con la persona más importante para ella.

Entró en el local. Brenda le dedicó una fugaz mirada mientras se encontraba atendiendo a alguien más. Elisa la esperó paciente en silencio. Una vez terminada la compra del otro cliente ellas se acercaron.

-Que bueno que llegaste. Hora de almorzar -dijo feliz. Elisa no pudo evitar que se dibujara una sonrisa en su rostro.

Ambas se dirigieron a la habitación trasera. Se sentaron en la mesa llena de papeles que Brenda hacía a un lado para no ensuciar nada mientras devoraba su almuerzo. Comió más rápido que la vez anterior.

-Sabes. -dijo una vez que había terminado de limpiar las migajas de pan que habían quedado en la comisura de sus labios, Elisa no lograba quitarle los ojos de encima con cada acción que la chica realizaba- He estado pensando algo la última semana. Me agradas. Pero sé muy pocas cosas sobre ti. Se me ocurrió que podríamos tratar de saber un poco más de la otra. Si está bien para ti

-Si -dijo mirando directo a sus pies que se movían nerviosos.

-Eli

La llamó sería, haciendo que la piel de la aludida se erizara. No despegó la vista de sus pies, pero pudo ver cómo la mano de Brenda se acercaba hasta ella, pero por alguna razón no tuvo el reflejo de retirarse bruscamente evitando el contacto. Brenda la tomó del mentón, y lo inclinó hacia arriba, provocando que se miraran fijamente, frente a frente. Elisa respiraba muy nerviosa.

La chica de los cd's º BrenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora