Capítulo Uno: Reencuentro

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Es una hora indeterminada en la madrugada, el hombre entra con movimientos mecánicos y cansados a su apartamento. Suelta sus llaves en el tazón sobre la pequeña mesita colocada junto de la puerta. Quiere irse a dormir, quiere descansar en su propia cama, pero se detiene junto a su mesa de trabajo. Necesita sacar todo de su cabeza mientras aún está fresco. Toma su nuevo cuadernillo y lo desata para tomar lapicero y plasmar sus acciones de esa madrugada.

"Decir que no extrañaba a BB es una mentira imposible de sostener. Viví sin saber de él por un tiempo tan largo que no supe lo desesperado que estaba de verlo, tocarlo hasta que volvimos a estar juntos. Al fin respiro tranquilo, respiro profundo pues me llenó de su aire viciado. Sigue igual a la última vez que lo vi, hace unos cuantos años atrás antes de tomar la decisión de mudarme a Denver buscando crecer en mi carrera, por largos meses temí que pensara que escapé de él. Que mis palabras cayeron en saco roto cuando tomé aquel último autobús antes de la media noche con él abrazándome lejos del gentío que hacía fila para abordar. Esa vez quería llorar sobre su sudadera oscura, aspiré su aroma tratando de llevarlo conmigo, pero el tiempo es inclemente y destruye cualquier cosa que trates de arrebatarle como aquel abrazo. B tiene tres colores favoritos, dos de ellos son el negro y el blanco. Uno para mimetizarlo con la noche al salir de cacería en uno de sus accesos que podían tomarlo en cualquier momento. El otro para ser lienzo en blanco y mancharlo de su color ideal: el rojo."

"Cuando lo vi, al otro lado de la calle creí que era sólo mi imaginación. Que el estrés del trabajo me jugaba una mala pasada hasta que lo vi sonreír. Yo no le devolví la sonrisa, estaba seguro que mis latidos eran tan notorios que era de eso de lo que se burlaba. Crucé apenas pude y no le permití abrazarme. Lo tomé del brazo y lo jalé hasta el primer motel de la calle aledaña a mi centro de trabajo."

"Recuerdo tan claro a la vez que nebuloso todo ese momento. Escuchaba nuestros jadeos, el rosar de las sábanas. Sentí gotas calientes bajar por mis caderas. Sudor o tal vez ese líquido que ensuciaba las sábanas en lugares así. Lo noté caer sobre su espalda abarcando buena parte de la cama."

"—Eres un gran idiota, me manchaste—recuerdo decirle, eran las primeras palabras que intercambiábamos, mi intención no era insultarlo, pero no soportaba más tiempo el silencio taciturno en que nos sumía. Tomé la primera prenda a mi alcance, una playera manga larga que en un inicio era blanca y con esta limpié mi espalda."

"—Sólo es sudor, Alex—lo escuché reírse de mí, lo que me molestó, pero lo dejé pasar. Tenía los ojos cerrados con esa sonrisa que odiaba y extrañaba tanto. Le observé bien, su piel se veía gris y estaba muy delgado, quizá demasiado."

"— ¿A qué debo el placer, querido Beyond? —el sonido de su nombre siendo pronunciado entre mis labios, algo que me tenía vetado por mi poca salud mental. Me sujetó fuerte del hombro, tanto que dolía y al fin se dignó a mirarme. Sus ojos sanguinoleos escaneó mi ser, buscando algún secreto, algo fuera de lugar, algo más importante que él dentro de mi y no encontró nada. Sonrió."

"—Estoy de vuelta Alex... ¿sigues interesado en una buena foto?"

"Me dio los detalles, era la segunda victima en esa ciudad. Aquello me dolió, saber que un completo desconocido tuvo su atención antes que yo. Inaceptable."

"—Eres poco más que una estúpida bestia—le dije sentándome al borde de la cama buscando mi ropa. Sus brazos me sujetaron sin cuidado y me jaló lastimándome un poco. Su toque siempre era brusco."

"—Dijiste que siempre me ayudarías...lo prometiste—siseó en mi oído—Ahora debes cumplir...toma o no las fotos, me da lo mismo tu estúpida carrera...pero ten la ventana que da a la escalera de incendios abierta...por un par de meses al menos."

"— ¿Quién te crees para venir a darme ordenes? —intenté escapar, zafarme de su agarre sin lograrlo, aún con lo débil que estaba por el tiempo seguía siendo más fuerte que yo. Odiaba que fuera más fuerte."

"—Soy tuyo—juntó sus delgados labios contra los míos. Me ardían luego de ser mordidos. Cuando salimos de allí no me siguió hasta mi apartamento, se fue por uno de los callejones hasta que lo perdí de vista entre la oscuridad. He dejado la ventana sin seguro. Dijo que en el transcurso de esta semana volvería a ponerse en contacto conmigo."

"Lo estoy esperando con ansias."

Alexander cerró su cuaderno, miró por la ventana que daba al callejón, pero no pudo distinguir movimiento. El día de mañana su jefe quería que se reunieran. Las buenas noticias siempre llegan en pares ¿no? Se permitió un bostezo y viendo su reloj en la pared calculó dormir de tres a cuatro horas. El día de mañana tendría ojeras dignas de un mapache. No tomó una ducha, debió hacerlo, a la mañana al verse en el espejó vio manchas cafés sobre su piel, sangre seca. Suspiró a sabiendas de quién pertenecía y quién lo manchó.

Me decidí por escribir sobre aquellos que casi no tienen foco en el fandom, ¿Qué les parece?  Tengo muchos planes para esta historia. Ojalá que les guste y gracias por leer. Nos vemos pronto.

A TU CAPTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora