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—¡Espera! —riendo mientras con una toallita intenta retirar el maquillaje que le ha puesto su hermana a Tomioka. Es divertido verlo así, aunque debe de admitir que su hermana tiene buena mano para maquillar a las personas. Y sí, él también acabó igual, solo que ya se lo ha quitado.

Nezuko ya está en la cama. Es tarde, pero ellos siguen ahí, en el sillón.

—No te muevas, si no no puedo quitarlo —Tomioka mueve su cara cada vez que aquella toallita toca su piel, está fría. Este sigue ignorando esto que le dice Tanjiro, asique rendido le sonríe—. ¿De verdad no vas a quedarte quieto?

—Nop —serio. Queda sólo una zona por quitar; los labios, pero vaya, no le está dejando quitarlo. Tanjiro después de devolverle la misma mirada seria, le llega una buena idea, una grandiosa idea.

—¿No? ¿Y qué otra idea das? —es obvio a dónde quiere llegar a parar diciendo eso. Su mano pasa por su mandíbula hasta llegar a su barbilla, ahí es con su pulgar con lo que toca el pigmento. Todo ello mientras Tomioka entiende perfectamente a que viene eso.

Poco a poco las manos de los dos buscan el cuerpo frente a ellos—Se que insinúas —apoyándolo lentamente sobre el sofá—. ¿Estás seguro de ello? —su tono de voz suave y neutral  eriza la piel de Tanjiro. No se lo piensa dos veces antes de acabar con sus manos en el cuello de la camiseta de Tomioka y atraerlo a él.

Ha sido un poco de repente aquel contacto entre los labios tan repentino. Pero no se resistía, no podía aguantar su imprescindible falta de besos. No puede resistirse añorar eso cuando ya ha descubierto todas esas sensaciones que provoca.

La mano de Tomioka comienza a pasar por debajo de la prenda de Tanjiro su mano. Acariciando con suma cautela y haciendo se se note sus roces sensuales y cuidadosos que crean el ambiente perfecto. Y al igual que hace esto, sus besos bajan al cuello.

Después de deja marcas por todo su escote, clavícula, cuello y pecho, vuelve a subir a los labios. El pigmento del labial que ha puesto su hermana a Giyuu ahora acaba también en Tanjiro. Inclina su cabeza a un lado para profundizar, también abriendo y cerrando mínimamente. Dejan paso a las lenguas teniendo una batalla intensa que empieza a sacar calor entre ambos y más y más deseo, más necesidad, sacando un ambiente más subido de tono.

Por esto mismo, la mano de Tanjiro también pasa por la espalda de Tomioka, casi quitándole un poco la camisa que lleva puesta. Las piernas de Tanjiro se flexionan mientras se enredan con las del azabache, ambos tocando con la rodilla delicadamente sus entrepiernes.

Tanjiro, aún entre aquel beso, abre escasamente sus ojos para darse cuenta como este también los abre a su compás. Conectan miradas sinceras y eso hace que entre aquellas presiones de labios provoque que la comisura del labio de ambos se curve. Sus ojos vuelven a cerrarse, el momento es el único que les guía.

—¿Y se puede saber por qué estáis así? ¿Qué hacéis? 

En cuanto Tanjiro recibe esa voz gira su cabeza para verla. Joder, mierda. ¿No estaba dormida? Tomioka también gira su cabeza para ver a la pequeña azabache con acabado anaranjado. La pequeña no entiende que están haciendo, lo único que sabe es que se están comiendo la boca, lo que iba a ir después aún no lo sabe muy bien.

—Nezuko —ríe nerviosamente Tanjiro—, ¿pasa algo? —intenta hacer como si nada, pero esa postura no es de ser desapercibido. Se levanta de ahí para acercarse a la pequeña mientras la guía a su habitación.

—Hermano, ¿por qué tienes toda la cara con besos de color anaranjado tirando a carne? Y... ¿qué le pasaba a Tomioka? —pregunta le pequeña al ver su cuello, su clavícula, su mejilla, bueno, todo en general.

Your piscopath [ Giyuutan ] PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora